Fotos de stock de Barna Tanko/Shutterstock
México está lleno de joyas arqueológicas que nos ofrecen una mirada al esplendor de la época precolombina. Una de sus estructuras más impresionantes, la Pirámide del Sol, está llena de sorpresas. Construida alrededor del año 100 d.C., esta pirámide es la edificación más grande de Teotihuacán, y los arqueólogos no han dejado de estudiarla. Aunque se han encontrado pocos artefactos en el sitio, en 2011, los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hicieron un sorprendente descubrimiento .
Mediante el uso de un túnel de 115 metros de largo excavado por arqueólogos en los años 30, el grupo fue capaz de llegar al nivel de la base rocosa. Una vez allí, descubrieron una inusual colección de tesoros. Esto incluyó fragmentos de piezas de cerámica, huesos de animales, trozos de obsidiana, tres figuras humanas y una impresionante máscara de serpentina. La máscara verde es particularmente interesante porque, en el momento de su descubrimiento, era la única máscara de este tipo hallada en un contexto ritual en Teotihuacán.
Se cree que estas ofrendas fueron colocadas como parte de un ritual para inaugurar la construcción de la pirámide—de ahí su ubicación en la base. La máscara es extremadamente realista, por lo que existe la teoría de que es en realidad un retrato. Esto sería increíble, ya que los arqueólogos saben poco de la gente que construyó Teotihuacán. También hay teorías contradictorias sobre el uso exacto de la pirámide; de hecho, su nombre ni siquiera es el original.
Foto: INAH
La Pirámide del Sol fue nombrada así por los aztecas, quienes visitaron Teotihuacán siglos después de que fuera abandonada. En otras palabras, el nombre original de la tercera pirámide más grande del mundo aún es un misterio. En algún momento, Teotihuacán (que significa “Ciudad de los Dioses”) fue una de las mayores ciudades de Mesoamérica. En su apogeo, fue el hogar de unas 200,000 personas. Aún así, los investigadores no tienen muy claro quiénes fueron estas personas ni por qué desaparecieron sin dejar rastro.
Con tanta información por descubrir, no es una sorpresa que el INAH siga realizando investigaciones en el área. De hecho, hace no mucho se encontró un túnel subterráneo bajo la cercana Pirámide de la Luna. Utilizando tecnología de resistencia eléctrica, fueron capaces de cartografiar el túnel sin excavar.
La cámara subterránea, a la que se accede por una cámara de 15 metros de diámetro, podría tener aún más tesoros. Con suerte, estos hallazgos arrojarán más luz sobre esta gran civilización y revelarán más sobre su desaparición. “Estos grandes complejos ofrendatorios constituyen el núcleo sagrado de la ciudad de Teotihuacán, por lo que toda la gente la consideraba la meca de la civilización”, dijo Verónica Ortega, directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna. “Lo que se pueda hallar en su interior podrá ayudar a desentrañar las relaciones que tuvo esta antigua metrópoli con otras regiones de Mesoamérica”.
h/t: [Live Science, History]
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