El fotógrafo Moises Levy transforma escenas ordinarias en la playa en paisajes fantásticos habitados por gigantes. Usando perspectiva forzada, Levy sitúa su cámara casi al nivel del suelo. Las imágenes resultantes muestran figuras a contraluz que parecen ser enormes; nosotros, en cambio, no somos más grandes que un grano de arena. Las figuras se erigen sobre nosotros mientras juegan, montan a caballo, y disfrutan del día en la playa.
La elección de perspectiva de Levy abstrae sus composiciones en blanco y negro e inyecta un poco de humor a la colección. La gente crea graciosas ilusiones ópticas con el simple hecho de moverse; mientras alguien salta, por ejemplo, parece elevarse por encima de otra persona mucho más pequeña. También hay una imagen donde un pequeña mujer camina bajo el hocico de un caballo, y un chico que camina sobre la cuerda floja se dirige directamente a la boca de un perro.
El enfoque en el ser humano y en sus actividades diarias es el corazón de la obra de Levy. Al fotógrafo le gusta acercarse a la gente por razones tanto conceptuales como estilísticas. “Creo que acercarme a las personas que retrato me ayuda a crear imágenes poderosas”, explica a My Modern Met. Aunque su trabajo se centra en las personas, prefiere ocultar la identidad de sus sujetos valiéndose de efecto a contraluz; el contraste crea sorprendentes ilusiones que atraen al espectador como si fuera la marea.