En abril, un incendio destruyó una parte de la Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos más icónicos de París. Afortunadamente, los bomberos pudieron apagar el incendio antes de que el edificio de 850 años de antigüedad fuera pérdida total. Sin embargo, los esfuerzos para salvar la famosa aguja de la iglesia no tuvieron éxito; cuando el techo de roble y plomo fueron consumidos por el fuego, esta estructura de 750 toneladas se derrumbó.
Además de la pérdida de un ícono del paisaje urbano parisino, la destrucción del techo y la aguja ha desencadenado otros problemas. Apilados dentro de la iglesia, los fragmentos de plomo y las vigas rotas han arruinado gran parte de la nave y han causado un desastre monumental. Por supuesto, estos escombros no son el único problema de la iglesia tras el incendio; vitrales rotos, arte pulverizado, y el daño por agua y humo son algunas de las preocupaciones principales.
Como era de esperarse, los expertos señalan que podría llevar años –si no es que décadas– reconstruir la Catedral de Notre Dame. Si bien esto significa que uno de los destinos más visitados de París estará cerrado a mediano plazo, todavía puedes incorporar algo de la magia medieval de Notre Dame en tu próximo viaje a la capital francesa.
En estos seis lugares puedes experimentar algunas de las cosas que hacen especiales a Notre Dame, desde sus imponentes gárgolas hasta su hermoso jardín. Ubicadas por todo París, estas gemas son un homenaje a la catedral: es como explorar su larga y compleja historia desde una nueva perspectiva.
Entra al primer edificio gótico: la Basílica de Saint-Denis.
La catedral de Notre-Dame es la pieza de arquitectura gótica más famosa del mundo; sin embargo, no es la más antigua. Ese título le pertenece a la Basílica de Saint-Denis, una iglesia medieval ubicada en las afueras de París. Construida en 1144, Saint-Denis fue completada casi 20 años de que comenzara la construcción de Notre Dame. Varios elementos arquitectónicos que hicieron su primera aparición en Saint-Denis también forman parte del diseño de Notre Dame, como las bóvedas de crucería, contrafuertes voladores y portales decorados con grabados complejos.
A diferencia del techo abovedado, los contrafuertes de apoyo y los impresionantes relieves de Notre Dame sobrevivieron al fuego. Sin embargo, como el acceso a las áreas alrededor de la iglesia será limitado durante la reconstrucción, verlos no será posible. Por fortuna, Saint-Denis presenta ejemplos igualmente exquisitos de estos tres elementos arquitectónicos, por lo que un visita a la basílica bien vale el viaje en metro hasta esta zona.
Sube a la medieval Tour Saint-Jacques y maravíllate con su vista panorámica de París.
Durante años, un gran atractivo de la Catedral de Notre Dame fue la posibilidad de visitar sus hermosos campanarios. A medida que los visitantes subían los 387 escalones de la catedral, podían ver algunos de los elementos más encantadores del edificio, desde una colección de gárgolas y grutescos hasta una vista inolvidable de la ciudad.
Si bien París está lleno de miradores en monumentos como la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo, hay un monumento que se acerca más a lo que ofrecía Notre-Dame. Ubicada exactamente del otro lado del río, la Tour Saint-Jacques, que data del siglo XVI es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad. Aunque fue construido un par de siglos después de Notre Dame, este flamante campanario tiene mucho en común con la catedral, como una escalera de 300 escalones, una manada de gárgolas y una vista panorámica impresionante de París.
Maravíllate con los vitrales medievales de Sainte-Chapelle.
Algo que nunca dejó de cautivar a los visitantes de Notre-Dame es su colección de vitrales. Por fortuna, la mayoría de las ventanas de la catedral—incluyendo sus tres rosetones—sobrevivieron al incendio. Si bien aún puedes ver estas deslumbrantes obras de vidrio desde afuera de la catedral, nada puede compararse con la impresionante vista de la luz del sol filtrándose a través de sus coloridos paneles. Por fortuna, la Catedral de Notre Dame no es el único lugar donde puedes ver este espectáculo; de hecho, las ventanas de la vecina Sainte-Chapelle probablemente son más impresionantes.
Descrita como la “joya del período gótico radiante”, la impresionante Sainte-Chapelle de París se construyó en el siglo XIII. Aunque inicialmente tenía la intención de albergar reliquias, la Sainte-Chapelle ha asumido un nuevo papel, ya que ahora alberga algunas de las vidrieras más famosas del mundo. Además de una colección de 15 ventanas, la capilla medieval también cuenta con un rosetón caleidoscópico de tamaño similar a la conocida ventana oeste de Notre-Dame.
Además, asegúrate de mirar hacia arriba cuando estés fuera de la capilla, y podrás echar un vistazo a su aguja, una estructura del siglo XIX similar en diseño a la que alguna vez coronó la Catedral de Notre-Dame.
Relájate en un jardín gótico en el Hotel de Sens.
Notre-Dame está cerrado, al igual que la Plaza Jean XXIII, un hermoso jardín ubicado justo detrás del ábside de la iglesia. Lleno de flores y bancos, este pequeño parque ofrecía a los amantes de la catedral un lugar bonito para relajarse y contemplar la obra maestra gótica. Afortunadamente, hay otra plaza con un diseño similar, y está a solo un par de puentes de distancia.
Ubicado detrás del gótico Hotel de Sens, una mansión del siglo XVI que una vez albergó a los arzobispos, este jardín es un gran substituto para la Plaza Jean XXIII. Aunque es más pequeño, el Jardín de l'Hôtel de Sens es igual de encantador. Con un montón de lugares para sentarse, flores bien mantenidas y vistas de las torres y gárgolas del edificio gótico, este pequeño jardín es una de las joyas ocultas de París.
Pasea por Sacré-Cœur para escuchar sus famosas campanas.
Por supuesto, Notre Dame no sería Notre Dame sin su colección de 10 campanas. Lideradas por su famoso bourdon (la campana más pesada), las campanadas de la catedral han resonado a través de París durante siglos, sirviendo como un llamado a la adoración y como un indicador de ocasiones especiales. Si bien estas campanas no sonarán durante un tiempo, hay muchos lugares en París donde puedes escuchar campanas de las iglesias, como la imponente Sacré-Cœur.
Estilísticamente, Sacré-Cœur tiene poco en común con la catedral de Notre Dame. Terminada a principios del siglo XX, sus rasgos redondeados romano-bizantinos están muy lejos de los exquisitos detalles góticos de Notre Dame. Sin embargo, una cosa que estos sitios tienen en común son sus célebres colecciones de campanas. Mientras que Notre-Dame tiene el bourdon más famoso de Francia, Sacré-Cœur tiene el más pesado. Con un peso asombroso de más de 18,000 kilos, esta campana produce uno de los sonidos más distintivos de todo París.
Conoce a la “hija” de Notre Dame, la Iglesia de San Eustaquio.
Ubicada a kilómetro y medio de Notre Dame y erigida a finales del período gótico, la Iglesia de San Eustaquio, o Saint-Eustache, es una excelente manera de experimentar todo lo que Notre-Dame tiene para ofrecer. De hecho, la relación entre los dos edificios es tan cercana que se les conoce como “familia”.
“Con su plano y estructura, Saint-Eustache es la hija de Notre Dame de París: una nave flanqueada por pasillos y capillas dobles, amplio crucero sin protuberancia en el exterior, un coro rodeado por un doble ambulatorio y una hilera de capillas”, se explica en su sitio web. Debido a esta conexión, las misas de Pascua de este año se trasladaron de la catedral de Notre-Dame a Saint-Eustache, lo que muestra el lugar prominente que esta iglesia tiene en el corazón de los parisinos.
Por supuesto, nada puede reemplazar una visita a la famosa Catedral de Notre Dame de París. Sin embargo, con estas alternativas, puedes estar seguro de que tu próximo viaje a la Ciudad de las Luces tendrá una dosis de magia medieval.
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