Dos belugas llamadas Little Grey y Little White pudieron nadar en el mar por primera vez desde 2011. En una misión de reubicación que requirió años de planeación, estas dos criaturas fueron transportadas desde un acuario chino hasta un santuario marino de tres hectáreas en la bahía de Klettsvik, en Islandia. Basándonos en sus sonrisas, podemos decir que están felices de estar allí.
La idea de transportar a Grey and White surgió en 2012, un año después de que fueran trasladadas de un centro de investigación ruso al acuario Changfeng Ocean World de Shanghái. Merlin Entertainments había comprado el acuario ese año y se oponía a mantener a los delfines y las ballenas en cautiverio. La empresa ayudó a establecer un santuario, operado por la organización benéfica Sea Life Trust, que se convirtió en un lugar natural para que las dos belugas pudieran vivir en libertad.
Sin embargo, mover a estos animales no fue fácil—especialmente durante una pandemia. Cada beluga pesa alrededor de una tonelada y come unos 20 kilos de pescado al día. Pero con la ayuda de un equipo de cuidadores expertos y veterinarios independientes, una extensa planificación, ensayos generales e incluso camillas especialmente diseñadas para moverlas por tierra, el rescate fue un éxito.
Una vez que llegaron a la bahía de Klettsvik, las belugas fueron colocadas en una piscina de cuidado dentro del santuario marino. Ahora, están siendo monitoreadas y se les proporcionará atención veterinaria mientras se aclimatan al nuevo ambiente. Eventualmente, y una vez que se determine que es seguro, serán liberadas en su nuevo hogar permanente.
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