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El pintor, grabador, dibujante y muralista argentino Antonio Berni es conocido por su arte con un profundo compromiso social. A lo largo de su vida, Berni experimentó con múltiples estilos y técnicas, dándoles un giro personal para construir narrativas complejas. Antonio Berni fue uno de los máximos exponentes del nuevo realismo, y su imponente obra lo ha convertido en uno de los pintores argentinos más importantes de la historia.
¿Quién fue Antonio Berni?
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Delesio Antonio Berni nació el 14 de mayo de 1905 en Rosario, Santa Fe, Argentina. Desde pequeño, Berni mostró inclinación y talento para las artes plásticas. Esto lo llevó entrar como aprendiz en un taller de vitrales, donde obtuvo sus primeros conocimientos sobre el dibujo. En 1920, a la edad de 15 años, el joven Antonio montó su primera exposición, compuesta por 17 pinturas al óleo de paisajes y estudios de flores. Tres años después, expuso algunas piezas de estilo impresionista en la reconocida Galería Witcomb de Buenos Aires, con lo que se ganó el aprecio de los críticos de arte.
Gracias a la atención que había recibido por su obra, en 1925 Berni recibió una beca para viajar a Europa. Su primera parada fue Madrid, donde estudió las obras de los grandes maestros como Goya, Velázquez y el Greco. En su paso por España realizó algunas exposiciones en las que mostró obras inspiradas por paisajes y escenas del viejo continente.
Un año después, Berni llegó a París. Ahí, el joven pintor se sumergió en las vanguardias como el surrealismo y el fauvismo –que eventualmente influyeron en su obra– y experimentó con técnicas como el grabado y el collage. En este periodo también conoció a otros pintores argentinos que se desarrollaban en Europa, como Lino Enea Spilimbergo. Su viaje por el viejo continente creó en él una conexión entre el arte y la realidad social que moldearía el resto de su carrera al regresar a Argentina.
Nuevo realismo
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Cuando Berni volvió a Buenos Aires, el panorama era desolador: Estados Unidos atravesaba una profunda recesión, España estaba por entrar en una guerra civil y en Argentina comenzaba un periodo conocido como la “década infame”, la cual inició con un golpe de estado. La miseria que envolvía a Argentina contrastaba con el esplendor de los años veinte en Europa, lo que lo impulsó a hacer un lado el surrealismo para retratar la realidad social, creando un canal para mostrar su preocupación y compromiso con las dificultades que atravesaba la sociedad argentina.
Uno de los proyectos que realizó a su regreso fue el mural Ejercicio Plástico (1933) en el que colaboró con Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Enrique Lázaro y el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien estaba de viaje por Argentina para exhibir su trabajo y dar algunas conferencias. El encuentro con Siqueiros impactó a Berni: si bien le interesó su visión sobre el mural como un vehículo como el arte para las masas–además de que su estética sus obras futuras–, el alcance limitado de este medio dada su inmovilidad lo llevó a cuestionarse el papel del arte en la lucha por la justicia social.
Con ello, Berni se perfiló hacia un estilo conocido como nuevo realismo o “realismo social”. Sus dos obras más famosas, Manifestación (1934) y Desocupados (1934), son consideradas las piedras angulares de este movimiento. En ellas, Berni retrata la melancolía y la rabia de los argentinos que se vieron afectados por la crisis política y económica de ese periodo. Retomando el gran formato de Siqueiros, Berni experimentó con piezas fáciles de transportar que circularían por sindicatos y fábricas.
Juanito Laguna y Ramona Montiel
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Para 1936, Antonio Berni ya era un artista consagrado, y dedicó las siguientes décadas a producir obras un tanto más introspectivas al tiempo que tomaba comisiones para proyectos decorativos en Argentina y Estados Unidos. Tras probar con un estilo más cercano al expresionismo y al Pop Art en la década de 1950, decidió meterse de lleno en la técnica del collage (utilizando materiales de desecho) y el fotomontaje para impulsar el mensaje de su realismo crítico.
Así nacieron Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos personajes que se convertirían en figuras clave de la historia del arte argentino. Estos motivos permitieron a Berni abordar la realidad de las clases más bajas no solo de Argentina, sino de toda América Latina. Juanito, un chico del Gran Buenos Aires, hace frente a las circunstancias y mantiene su esperanza ante los obstáculos. Por otro lado, Ramona es, en palabras de Berni, “un personaje porteño, un personaje de trabajo pero a la vez tomado por el torbellino de la gran ciudad…”.
Las piezas protagonizadas por estos personajes muestran, desde un punto de vista un tanto crítico, escenas de la vida cotidiana en las metrópolis industrializadas. Estos motivos llevaron a Berni a hacerse de un nombre en la escena artística a nivel mundial, e incluso le valieron el Gran Premio Internacional de Grabado en la Bienal de Venecia de 1962.
Legado
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A lo largo de la década de 1970, Berni continuó desarrollando las piezas de Juanito y Ramona. Realizó obras inspiradas en un viaje a Nueva York, una ciudad que le parecía reinada por el consumismo y la opulencia; y que era, por lo tanto, completamente opuesta a su hogar. En 1979 fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, y con dos de sus últimas piezas, Apocalipsis y La Crucifixión, Berni exploró motivos religiosos desde una perspectiva tenebrosa.
Antonio Berni falleció el 13 de octubre de 1981 a los 76 años de edad. Su expansiva y diversa obra, que aborda con agudeza los problemas sociales de la mano de técnicas vanguardistas, lo han convertido en uno de los pintores argentinos más importantes de la historia. Días antes de su muerte, dio una entrevista en la que declaró: “El arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones”.
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