La versatilidad e innovación de los pintores argentinos ha hecho de esta escena artística una de las más fascinantes a nivel mundial. Desde escenas costumbristas hasta estéticas experimentales e imágenes estremecedoras, los pintores argentinos han desafiado los cánones estéticos y le han impreso su propio sello a las corrientes artísticas, creando un imaginario único que ningún amante de las pintura puede pasar por alto.
Aquí te presentamos 11 grandes pintores argentinos que debes conocer.
Prilidiano Pueyrredón (1823-1870)
Prilidiano Pueyrredón fue uno de los precursores de la pintura en Argentina. Se formó en Europa y a pesar de su corta vida–falleció a los 47 años–produjo más de 200 piezas. Si bien era mejor conocido por su labor como retratista, dejó una enorme colección de paisajes y escenas de campo. Además de ser pintor, Pueyrredón fue arquitecto e ingeniero. Su obra, marcada por una influencia neoclásica y elementos del romanticismo, combina una estética y temas dictados por la academia con una representación costumbrista de la vida popular.
Eugenia Belín Sarmiento (1860-1952)
Nacida en San Juan, Eugenia Belín Sarmiento es mejor recordada por el célebre retrato que hizo de su abuelo, el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Sin embargo, esta artista tuvo una larga y prolífica carrera: realizó muchas otras obras, desde retratos hasta pinturas de flores, paisajes, aves y bodegones. Participó en la Primera Exposición Anual de Pintura, Dibujo y Escultura para artistas de América del Sur y su hermano, el diplomático Augusto Belín Sarmiento, regaló una de las obras de Eugenia a Auguste Rodin, que hoy permanece en el Museo Rodin de París.
Xul Solar (1887-1963)
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Xul Solar, cuyo nombre real era Óscar Agustín Alejandro Schulz Solari, fue más que un pintor revolucionario: fue una de las figuras más celebradas de la esfera intelectual argentina por su expansivo conocimiento en múltiples disciplinas. Su obra, aunque de estética surrealista, es mejor definida con el término “fantástica”, debido tanto a la amplitud de su imaginario como a su experimentación con el color y la composición. Tras estudiar las vanguardias europeas, tomó los elementos que más le marcaron de cada una para desarrollar un estilo personal sin igual.
Benito Quinquela Martín (1890-1977)
La obra de Benito Quinquela Martín es sinónimo del bullicio de los puertos de Buenos Aires. Para él, más que paisajes había escenarios y personajes dando vida a la capital argentina. Su elección chocó con los cánones estéticos que la academia imponía en su época, y fue mayormente autodidacta. Su elección de escenas– un tanto impresionistas–y su paleta de colores vibrantes han hecho de Quinquela Martín una de las figuras más importantes en la historia del arte en Argentina. Su legado va más allá de sus lienzos: es por él que las fachadas de La Boca, una de las zonas más emblemáticas de Buenos Aires, tienen el característico colorido que la han convertido en un símbolo de la capital argentina a nivel mundial.
Emilio Pettoruti (1892-1971)
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Nacido en La Plata, la obra de Emilio Pettoruti se caracteriza por una estética influenciada por el cubismo, el futurismo y el constructivismo, que hizo suyos para crear un estilo personal preciso, geométrico y armonioso. Comprometido con la técnica, la luz, el movimiento y el color, su visión le valió convertirse en uno de los pintores argentinos más emocionantes del siglo XX, no sin antes causar revuelo en la escena artística. Sus obras forman parte de museos alrededor del mundo, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo Reina Sofía en Madrid.
Norah Borges (1901-1998)
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Leonor Fanny Borges Acevedo fue mejor conocida como Norah Borges, apodo que le puso su hermano, Jorge Luis Borges. Aunque su obra quedó a la sombra de su hermano escritor, su estilo es excepcional dentro de la historia de los pintores argentinos. Borges experimentó con el óleo, la acuarela, las témperas y el acrílico para concebir una obra personal e íntima sin dejar de ser disruptiva. Su obra se caracterizó por una paleta suave y una interpretación innovadora de la perspectiva. “Solo puede dar alegría la representación de un mundo perfecto donde todo esté ordenado, de contornos nítidos, de colores limpios, de forma definidas y de detalles minuciosos hasta la exaltación”, dijo la artista.
Antonio Berni (1905-1981)
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Conocido por su arte comprometido con la sociedad, Antonio Berni retrató a los sectores más bajos y olvidados de Argentina. Nacido en Rosario en 1905, Berni fue pintor, grabador, dibujante, muralista e ilustrador, y utilizó estos medios para abordar la falta de empleos, la pobreza, el alza del fascismo y los efectos de la industrialización en la ciudad de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX. Tras explorar las corrientes artísticas de Europa, adoptó el nuevo realismo, convirtiéndose en una de las figuras más importantes de movimiento y en uno de los pintores argentinos más importantes de la historia.
Raquel Forner (1922-1988)
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Raquel Forner, conocida por su obra de carácter expresionista, fue pintora, escultora y profesora de dibujo. Nacida en Buenos Aires, su vocación por el arte nació de un viaje a España cuando era joven. Su pintura está profundamente interesada por los eventos históricos del momento. Es por esto que aborda el dolor y la angustia en un mundo azotado por las guerras, pero también exploró la emoción y la esperanza de la carrera espacial en su obra. Forner ha recibido muchos premios a lo largo de su carrera, como el primer lugar del Salón Nacional de Artes Visuales en 1942 y la medalla de oro en la Exposición Internacional de París en 1987.
Luis Felipe Noé (1933)
Nacido en Buenos Aires en 1933, Luis Felipe Noé–conocido como Yuyo–es uno de los pintores argentinos más importantes de las últimas décadas. El centro de su obra es el caos del mundo moderno, y para expresarlo se vale de colores intensos, pinceladas gráficas y pintura accidental, dando como resultado un imaginario barroco, salvaje y exuberante. Desde la década de 1960 ha sido el gran exponente de la Nueva Figuración argentina, un movimiento artístico enfocado en retomar la pintura figurativa frente a la abstracción; sin embargo, sus pinturas más recientes se han enfocado en elementos del paisaje. En 1965 publicó Antiestética, donde argumentó que los artistas deben centrarse en el acto de creación más que en la composición y las técnicas tradicionales.
Norma Bessouet (1940-2018)
La obra de Norma Bessouet está poblada de retratos con elementos domésticos y femeninos envueltos en una atmósfera surrealista, por lo que sus creaciones recuerdan a la obra de Leonora Carrington y Remedios Varo. Influenciada por los pintores del Trecento, esta pintora argentina se valió de técnicas renacentistas para formar un estilo onírico y profundamente simbólico. En 1970 obtuvo el Gran Premio del Salón Nacional de Artes Visuales y el 2009 el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una retrospectiva. Su obra forma parte de colecciones como la del Museo Arte Contemporáneo de Caracas y el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Diana Dowek (1942)
Diana Dowek es una artista multipremiada que ha enfocado su obra en los derechos civiles. “Pintar es como escribir un diario de mi vida y uno del país, con imágenes”, le dijo al diario Clarín en 2013. Su obra aborda eventos históricos nacionales (como la dictadura militar y la crisis económica de 2001) e internacionales (como la guerra de Vietnam). En sus piezas la ausencia es el eje; el protagonista son las cicatrices de los conflictos, capturadas con una profundidad que, más allá del tema de la serie o la pintura, tienen una calidad universal que puede estremecer a cualquier persona.
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