Tal vez no lo sepas, pero Vincent van Gogh tenía 28 años cuando decidió volverse artista. Considerando que murió tan solo 9 años después, es difícil creer que durante ese tiempo produjo casi 900 pinturas. Con tantos cuadros que ver, puede que no sepas bien por dónde empezar a explorar su trabajo. Afortunadamente, hemos compilado una selección de sus pinturas más famosas—y, lo más importante, dónde puedes encontrarlas.
Aquí tienes dónde se encuentran 10 de las pinturas más famosas de Van Gogh.
Girasoles – Museo Metropolitano de Arte, Nueva York y la Galería Nacional de Arte, Londres
Van Gogh pintó una variedad ecléctica de temas. Además de sus reveladores autorretratos y encantadoras escenas nocturnas, le encantaba pintar bodegones con girasoles, flores que le brindaban un “gran consuelo al contemplarlas”.
Van Gogh completó dos series de girasoles: los Girasoles de París (una colección de cuatro pinturas que constan de estudios de girasoles cortados sobre una superficie plana) y los Girasoles de Arlés (una serie de cinco cuadros con los girasoles colocados en jarrones). Si bien estas pinturas se encuentran en instituciones por todo el mundo, puedes encontrar dos de las piezas más conocidas de estas colecciones en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York y en la Galería Nacional de Arte en Londres.
La casa amarilla – Museo Van Gogh, Ámsterdam
Durante catorce meses, Van Gogh vivió en Arlés, una comuna al sur de Francia. En este tiempo, el artista buscó establecer un estudio compartido donde él y otros de sus colegas pudieran pintar. En un intento por hacer este sueño realidad, Van Gogh rentó cuatro habitaciones en la “Casa Amarilla”, un edificio de dos pisos localizado en Place Lamartine 2.
Desafortunadamente, la Casa Amarilla fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en septiembre de 1888, Van Gogh inmortalizó la encantadora casa en una pintura, que hoy se encuentra en el Museo Van Gogh.
El dormitorio en Arlés – Museo Van Gogh, Ámsterdam
Mientras vivía en la “Casa Amarilla”, Van Gogh halló inspiración en un lugar inesperado: su dormitorio. Van Gogh pintó su habitación en tres ocasiones, poniendo especial atención al color. Al terminar la primera versión—que la Fundación Van Gogh ha prestado de manera permanente al Museo Van Gogh—describió la paleta de colores en una carta a su hermano Theo:
” Pinté las paredes de color violeta pálido. El suelo con material bicolor. La cama de madera y las sillas, amarillas como mantequilla fresca; la sábana y las almohadas, verde limón. La colcha, de color escarlata. La ventana, verde. El lavabo, anaranjado; el tanque, azul. Las puertas, lila. Y, eso es todo. . . No he representado ningún tipo de sombra; sólo he aplicado colores simples y lisos, como los de las crepas”.
Terraza de café por la noche – Museo Kröller-Müller, Otterlo
Van Gogh completó varias de sus pinturas más famosas durante su tiempo en la Casa Amarilla, incluyendo dos encantadores paisajes nocturnos: Terraza de café por la noche y La noche estrellada sobre el Ródano.
Terraza de café por la noche retrata una noche de verano den la Place du Forum, una vibrante plaza pública en Arlés. Para capturar los colores de la escena, Van Gogh montó su caballete en la plaza y pintó al aire libre. En una carta a su hermano explica esta decisión: “Disfruto muchísimo pintar in situ de noche. En el pasado solían dibujar y pintar a partir del dibujo durante el día. Pero he descubierto que me sienta mejor pintar las cosas en el momento… es la única forma de escapar la noche oscura convencional mal iluminada por una triste y pálida luz blanca”.
Esta pintura se encuentra en el Museo Kröller-Müller en Otterlo, Países Bajos.
La noche estrellada sobre el Ródano – Museo d'Orsay, París
Van Gogh pintó La noche estrellada sobre el Ródano menos de un mes después de completar Terraza de café por la noche. Una vez más, optó por pintar en el exterior; sin embargo, esta vez escapó del bullicioso centro de la ciudad para asentarse a la orilla del río Ródano. Desde ahí podía ver el reflejo de las lámparas de gas sobre el agua, que se asemejaban a las centelleantes estrellas del cielo.
Al igual que sus otras escenas nocturnas, La noche estrellada sobre el Ródano ilustra el interés de Van Gogh por el color, desde el cielo aguamarina hasta el malva de la tierra. Aunque los tonos luminosos y las pinceladas energéticas le dan vida, la escena es excepcionalmente calmada—muy diferente a la tumultuosa Noche estrellada que pintaría un año después.
Hoy en día, La noche estrellada sobre el Ródano forma parte de la colección permanente del Museo d'Orsay.
La noche estrellada – Museo de Arte Moderno, Nueva York
Van Gogh sufrió de problemas de salud mental durante gran parte de su vida. Después de una serie de incidentes desafortunados (incluyendo un episodio que provocó que el artista se cortara la oreja) a finales de la década de 1880, se internó en un centro de salud mental en el sur de Francia. Durante su estancia en el hospital realizó 150 pinturas, entre ellas La noche estrellada, un paisaje nocturno pintado a través de los “barrotes de la ventana” de su habitación.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York adquirió esta renombrada pintura en 1941.
Lirios – Museo J. Paul Getty, Los Ángeles
Van Gogh no dejó que su hospitalización interfiriera con su amor por la pintura al aire libre. A menudo, pintaba en el jardín del asilo, donde encontró una abundancia de plantas y flores, incluidos los lirios.
En 1889 creó su pintura más conocida de estas flores. Titulada Lirios, esta obra fue concebida como un simple estudio. Sin embargo, en 1987, esta obra sin pretensiones se convirtió en la pintura más cara de la historia cuando fue vendida a un coleccionista privado por 53,9 millones de dólares. Dos años más tarde, fue adquirida por el Museo J. Paul Getty, donde permanece hoy en día.
Autorretrato – Museo d'Orsay, París
Antes de su estancia en el hospital psiquiátrico, Van Gogh comenzó a explorar con los autorretratos. De 1886 a 1889, realizó 30 pinturas de sí mismo, entre las que destaca una obra especialmente conocida en el Museo d'Orsay.
Completada durante su estadía en el hospital, esta conmovedora pintura alude al deterioro del estado mental de Van Gogh. Además de pintarse con “ojeras verdes“, este deterioro es evidente en el uso del color por parte del artista: “una mezcla de verde absenta y turquesa pálido [que] encuentra un contrapunto en su color complementario, el naranja ardiente de la barba y el cabello”.
Van Gogh murió un año después de completar este retrato.
Trigal con cuervos – Museo Van Gogh, Ámsterdam
Dos meses antes de su muerte prematura, Van Gogh dejó el hospital y se trasladó a Auvers-sur-Oise, un suburbio de París. Aunque su trabajo comenzó a recibir reconocimiento durante este tiempo, sufrió algunas dificultades financieras que sin duda contribuyeron al deterioro de su salud mental.
El 27 de julio de 1890, se disparó a sí mismo en un campo de trigo—el mismo escenario de su cuadro, Trigal con cuervos, una pieza conservada por el Museo Van Gogh. Esta sería la última pintura completada por Van Gogh, quien murió dos días después.
Con más de 850 pinturas en su obra, esta selección simplemente rasca la superficie de las pinturas imprescindibles de Van Gogh. Sin embargo, estas 10 piezas son de particular importancia, ya que estudiarlas nos permite apreciar sus habilidades artísticas y trazar la historia de su trágica vida.
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