El Imperio romano dejó huellas profundas en Italia y toda Europa, las cuales todavía pueden apreciarse en hitos arquitectónicos como el Panteón de Agripa y el Muro de Adriano. Aunque este famoso régimen fue una república por casi 500 años, quizás es mejor recordado por los emperadores que transformaron a Roma en la fuerza que dominaría el Mediterráneo. Algunos —como Augusto, Calígula y Nerón— se han convertido en personajes famosos de la historia mundial y sus acciones han llegado hasta la cultura popular. Sin embargo, hubo otros emperadores que cambiaron Roma para siempre, tanto para bien como para mal.
A continuación, conoce más sobre siete fascinantes emperadores romanos: algunos buenos, otros malos, y un par que simplemente perdieron la cabeza.
Augusto (gobernó del 27 a.C al 14 d.C.)
Augusto (63 a.C. – 14 d.C) es mejor recordado por ser el primer emperador romano. Antes de convertirse en emperador su nombre era Julio César Octavio. La llegada al poder de Augusto en el año 27 a.C. ocurrió en medio de una época sangrienta y problemática. Como sobrino-nieto de Julio César, Augusto prometió vengar su muerte, lo que lo llevó a luchar contra Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio en el 31 a. C. Al final, no quedó nadie para desafiar el título de Augusto, por lo que reinó con seguridad.
En general, Augusto es recordado como uno de los mejores emperadores romanos. Transformó un imperio al borde del caos con la muerte de Julio César en un imperio próspero y financieramente estable. Augusto ayudó a facilitar muchas reformas, que incluían nuevos edificios, la Guardia Pretoriana, una fuerza policial y la brigada de bomberos. Además, sin disturbios internos, el imperio pudo concentrar sus esfuerzos en expandir su territorio a Alemania y España. Fue a través del reinado de Augusto que comenzó la pax romana (paz en todo el Imperio romano), que duraría unos 200 años.
Tiberio (gobernó del 14 al 37 d.C.)
El sucesor de Augusto fue Tiberio Claudio Nerón, conocido simplemente como Tiberio (42 a. C. – 37 d. C). Aunque no era el heredero deseado, Tiberio, el hijastro de Augusto, fue finalmente adoptado como hijo y heredero tras una serie de muertes desafortunadas. Tiberio tenía 56 años cuando finalmente se convirtió en emperador en el año 14 d.C.
En general, Tiberio tenía una reputación mixta. Su legado como general está repleto de victorias, y expandió aún más el territorio romano en Dalmacia, Panonia, Recia y partes de Alemania. A pesar de esto, Tiberio fue descrito como alguien con una personalidad oscura y paranoica. Plinio el Viejo incluso lo llamó “el más triste de los hombres” en sus escritos. Tiberio a menudo actuó como un tirano, particularmente con el Senado, ya que mandó ejecutar a decenas de senadores. Hacia el final de su reinado, Tiberio se retiró a su villa en Capri, donde llevó una vida desenfrenada y dejó el mando de Roma al prefecto Sejano.
Calígula (gobernó del 37 al 41 d.C.)
El nombre Calígula (12 – 41 d.C) casi se ha vuelto sinónimo de un gobernante que pierde la cabeza. Sin embargo, cuando asumió por primera vez el título de emperador en 37 d.C., Calígula era muy amado por su pueblo. Incluso se cree que Calígula fue un joven emperador benévolo durante los primeros seis meses de su mandato.
Sin embargo, cuando Calígula se acostumbró al dinero y al poder, comenzó a ser consumido por la tiranía y la locura. Entre sus muchas injusticias estuvo su intento por aumentar los poderes del emperador, una vida de lujos mientras descuidaba al pueblo romano y la ejecución de familiares cercanos por miedo y paranoia. Además, fue acusado de libertinaje en varias ocasiones. El despotismo de Calígula llegó a su fin después de cinco años cuando fue asesinado por oficiales de la Guardia Pretoriana.
Nerón (gobernó del 54 al 68 d.C.)
El emperador Nerón (37 – 68 d.C.) es otro personaje con una reputación atroz. Sin embargo, al igual que Calígula, Nerón no se convirtió en un tirano de la noche a la mañana. En realidad, Nerón asumió el título de emperador en 54 d.C. cuando todavía era un adolescente y dependía de la guía de su madre, Agripina la Menor. Los primeros cinco años del gobierno de Nerón fueron una época muy estable para Roma. Scullard escribe que Agrippina “tenía la intención de gobernar a través de su hijo”, por lo que esta breve ventana de prosperidad cultural probablemente fue gracias a ella.
Los acontecimientos empeoraron después de que Nerón se convenció de que su madre planeaba matarlo, por lo que mandó asesinarla. Esta acción alteró drásticamente a Nerón, dando paso a gastos decadentes y delirios de grandeza. Al igual que algunos de sus predecesores, Nerón también cayó en una profunda paranoia y ejecutó a muchos de sus allegados.
Todos estos giros y vueltas culminaron en el Gran Incendio de Roma del 18 al 19 de julio de 64 d.C. La mayoría de las fuentes creen que Nerón inició el incendio debido a que quería tener suficiente espacio para construir su “Casa Dorada”, que incluía una estatua de sí mismo de 30 metros de altura. Nerón, a su vez, acusó a los cristianos de iniciar el incendio, lo que resultó en el arresto de muchas personas.
Vespasiano (gobernó del 69 – 79 d.C.)
Vespasiano (9 – 79 d.C.) fue el sucesor del caótico emperador Nerón, por lo que tuvo mucho trabajo por delante. En realidad, Vespasiano fue el primer emperador que provenía de una familia ecuestre, y ganó poder a un paso constante en el Senado. Es considerado uno de los mejores emperadores romanos por devolver la paz y el crecimiento a Roma después del asesinato de Nerón. Vespasiano comenzó muchos proyectos arquitectónicos, incluido el Coliseo de Roma, y proporcionó compensaciones monetarias para escritores como Plinio el Viejo y Tácito.
Trajano (gobernó del 98 al 117 d.C.)
El emperador Trajano (53 – 117 d.C.) a menudo es considerado como uno de los mejores emperadores romanos. Incluso fue declarado oficialmente por el Senado como optimus princeps, o “mejor gobernante“. Bajo su reinado, Roma alcanzó su mayor extensión territorial, cubriendo más de 2,500,000 kilómetros cuadrados en toda Europa, África y Asia con una población total de casi 57 millones de personas.
Trajano fue el primer emperador no nacido en Italia; era originario de España. Comenzó su carrera en el ejército, ganándose el amor y el respeto del pueblo romano. Como emperador, Trajano dirigió la conquista de Dacia y una gran parte del Imperio Parto. Además, Trajano desarrolló proyectos de construcción ambiciosos como el Foro de Trajano y la Columna de Trajano.
Adriano (gobernó del 117 al 138 d.C.)
Adriano (76 – 138 d.C.) tuvo la ventaja de heredar un imperio poderoso y rico de Trajano, por lo que su mandato comenzó con el pie derecho. En vez de buscar una mayor expansión como el Senado quería que hiciera, Adriano puso sus esfuerzos en invertir en el ya grande y complicado imperio compuesto por muchos pueblos diversos.
El muro de Adriano fue construido bajo su mandato, y marcó el límite norte de la frontera de Roma en Britania. La arquitectura griega fue una de las grandes pasiones Adriano, algo que se puede ver en sus propios proyectos de construcción. Adriano ordenó la edificación de docenas de lujosos templos y baños en todo el imperio romano. El más famoso es probablemente el Panteón, que Adriano reconstruyó después de que el templo anterior de Marco Agripa se quemara.
Antonino Pío (gobernó del 138 al 161 d.C.)
A diferencia de muchos de sus predecesores, Antonino Pío gobernó Roma durante uno de sus periodos más pacíficos, lo que le permitió mejorar la infraestructura de Roma. Fue un buen administrador, respetó las tradiciones religiosas, logró que el Senado deificara a Adriano, su predecesor, y anuló las condenas a muerte ordenadas por este último.
Antonino Pío ordenó la creación del muro de Antonino para aumentar la protección de Britania, pero el proyecto fue abandonado poco tiempo después. Su legado para el mundo está en el sistema legal: fue el primer emperador romano en adoptar el concepto de “derecho natural”, una doctrina que propone la existencia de derechos fundamentados en la naturaleza humana. Con ello, instituyó un sistema legal que sirvió de referencia para futuras naciones, como Francia y Alemania.
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