El siglo XIX fue una época especialmente difícil para las personas negras en Estados Unidos, y las cosas no eran diferentes para aquellos que intentaban triunfar en el arte. Por ello, que un pintor estadounidense de ascendencia africana pudiera triunfar pese a la discriminación racial representa una hazaña extraordinaria. Este es el caso de Henry Ossawa Tanner, quien logró ser reconocido a nivel internacional y disfrutó de su éxito en vida.
Tanner hizo frente a numerosos obstáculos y pudo desarrollar su talento en varios géneros pictóricos. Su obra e historia formaron un legado duradero que allanó el camino de muchos artistas negros de generaciones posteriores.
¿Quién fue Henry Ossawa Tanner?
Tanner se enamoró de las artes desde muy joven. A los 13 años decidió que quería ser pintor tras ver a un un artista trabajando mientras caminaba con su padre por el Fairmount Park de Filadelfia. “Fue este simple evento el que, por así decirlo, me prendió fuego”, Tanner relató después sobre esta experiencia.
Aunque tuvo problemas de salud en su juventud, esto le ayudó a desarrollar su talento artístico. Si bien su actividades se vieron limitadas, aprovechó todas las oportunidades que tuvo para dibujar, pintar y ver la mayor cantidad de arte posible. Durante ese periodo, no había muchos artistas que aceptaran a un aprendiz afroamericano; sin embargo, Tanner pudo inscribirse en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania, donde era el único estudiante negro, en 1880, a la edad de 21 años.
En la Academia, Tanner estudió con Thomas Eakins, quien tuvo un inmensa influencia en su estilo y en su desarrollo inicial como artista. También se hizo amigo de otros artistas en ciernes que llegarían a tener un gran impacto en la pintura estadounidense, como Robert Henri. Este periodo fue un pilar en la carrera del joven artista.En 1888, Tanner se mudó a Atlanta, Georgia, para intentar ganarse la vida y ahorrar dinero para viajar a Europa, mientras continuaba trabajando en su arte. Ahí estableció una pequeña galería, donde vendía pinturas y tomaba fotografías. También impartió clases de arte en Clark College para llegar a fin de mes.
Fue en Atlanta donde el artista conoció al obispo Joseph Crane Hartzell y a su esposa, quienes se convirtieron en sus principales mecenas. Su patrocinio permitió a Tanner lograr su sueño de viajar a Europa. Finalmente zarpó en 1891, con planes de estudiar arte en Roma. Sin embargo, después de una parada en París, se enamoró de la escena artística local y rápidamente olvidó su plan de viajar a Italia.
Tanner se inscribió en la Académie Julian de París, donde estudió con artistas como Jean-Paul Laurens y Jean-Joseph Benjamin-Constant. Desde ese momento, su carrera artística empezó a florecer y se convirtió en el primer artista afroamericano en alcanzar reconocimiento internacional. Tanner pasó la mayor parte del resto de su vida en Francia, donde sintió un cierto alivio respecto a los prejuicios raciales que lo abrumaban en su país de origen; solo regresó a Estados Unidos por periodos breves para visitas y exposiciones.
¿Qué pintó Henry Ossawa Tanner?
Paisajes
Tanner es conocido por sus paisajes expresivos y serenos. Dedicó buena parte de los primeros años de su carrera a este tipo de temas, y su enfoque reverencial hacia las escenas de paisajes también puede verse en muchas de sus pinturas religiosas posteriores. En 1885, pintó uno de sus primeros paisajes importantes, Dunas de arena al atardecer, Atlantic City—que fue integrada a la Colección Permanente de la Casa Blanca en 1995 (fue la primera pintura de un artista negro que se adquirió para esta colección).
Escenas de género
Durante sus primeros años en París, Tanner comenzó a pintar escenas de género, varias de ellas centradas en sujetos negros. En 1893 y 1894, pintó dos de sus pinturas más conocidas, La lección de bajo y Los pobres agradecidos. Tras un viaje a Chicago en 1893 para presentar un artículo titulado The American Negro in Art (“El negro norteamericano en el arte”), el artista empezó a sentirse más preocupado por ofrecer representaciones dignas, respetables y con las que los afroamericanos pudieran sentirse identificados. Esto tuvo lugar durante una época en la que las personas negras eran representados solo en caricaturas o eran retratados como “otros” en el arte.
Escenas religiosas
Después del regreso de Tanner a París en 1894, el artista rápidamente comenzó a pintar las escenas religiosas que le valieron una buena parte de la atención que obtuvo durante su vida. Después de que una de sus obras religiosas ganara una medalla en el Salón de París y fuera comprada por el gobierno francés para la Galería de Luxemburgo, uno de los patrocinadores de Tanner, Rodman Wanamaker, financió un viaje del artista al Medio Oriente. Wanamaker pensó que Tanner debería estudiar el entorno donde tenían lugar las escenas bíblicas por las que se estaba volviendo tan conocido, y el viaje le permitió al artista profundizar en su estudio y desarrollo.
Legado como un artista negro del siglo XIX
Henry Ossawa Tanner rompió muchas barreras durante su vida, convirtiéndose en el primer artista afroamericano en alcanzar renombre y fama internacional. Este logro fue excepcional, especialmente en el panorama racial del siglo XIX, cuando era difícil para una persona negra se convirtiera en artista. También fue una inspiración para muchos otros jóvenes artistas y líderes negros, como William Edouard Scott y Booker T. Washington, quienes lo visitaron en París.
En sus últimos años, Tanner recibió varios honores que sirvieron para distinguirlo aún más como artista. En 1923, recibió el mayor honor de Francia: fue nombrado caballero de la Legión de Honor por sus logros. Unos años más tarde, en 1927, se convirtió en el primer afroamericano en obtener la membresía de pleno derecho como académico de la Academia Nacional de Diseño.
Tanner murió en 1937 en su casa de París. Incluso después de su muerte, este artista siguió superando obstáculos y socavando las implicaciones sociales atribuidas a su raza. El pintor se convirtió en el primer artista negro en tener una exposición individual de importancia nacional en los Estados Unidos cuando varias de sus pinturas fueron exhibidas por el Instituto Smithsoniano en 1969.Como hijo de una madre que nació esclava, el éxito y la historia de Tanner son tanto una fuente de inspiración para aquellos que superaron las adversidades como un reflejo de las historias de innumerables hombres y mujeres negros, quienes, aunque no alcanzaron a un nivel similar, superaron grandes obstáculos en su vida.
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