En la ciudad de Sevilla existen pocos edificios tan emblemáticos como la Giralda. Ubicada a un costado de la catedral de Santa María de la Sede, esta torre ha sido el campanario del recinto desde la época del Renacimiento. Sin embargo, la Giralda no es un campanario cualquiera: los dos tercios inferiores de la torre originalmente correspondían al minarete de la antigua mezquita de la ciudad.
Con poco más de 104 metros de altura, la Giralda fue por mucho tiempo una de las torres más altas de toda Europa, y su belleza la ha llevado a ser imitada en muchas partes del mundo. Aquí te presentamos su historia, empezando por sus orígenes musulmanes.
Periodo almohade
En la Edad Media, buena parte de la península ibérica estuvo bajo dominio musulmán. Durante el periodo de dominación almohade, Sevilla se convirtió en la capital de Al-Andalús; por ello, se decidió actualizar la infraestructura de la ciudad, siendo la construcción de una nueva mezquita uno de los proyectos prioritarios.
La edificación de la nueva mezquita inició en 1172 bajo órdenes del califa Abu Yaacub Yúsuf, y entró en funcionamiento en 1182. Sin embargo, el califa murió antes de que se completara el proyecto. Fue su hijo, Abu Yúsuf al-Mansur, quien mandaría a construir el minarete de la mezquita, desde el cual se realizaría el adhan o llamado a la oración.
El diseño de la Giralda está inspirado en otros dos alminares: el de la mezquita de Kutubía en Marrakesh y el de la mezquita Hazan de Rabat. De planta cuadrada, este edificio contaba con dos cuerpos principales. La estructura mayor tenía más de 50 metros de altura; la segunda sección, colocada encima de la base, medía 14 metros de alto, y se encontraba coronada con un yamur compuesto de cuatro bolas doradas. Dentro del minarete no se construyeron escaleras; en cambio, se realizaron 34 rampas lo suficientemente anchas como para subir a la torre a caballo.
Reconquista cristiana
La ciudad de Sevilla fue reconquistada por el rey Fernando III en 1248. Al igual que ocurrió en la mezquita de Córdoba, la mezquita de Sevilla fue consagrada como templo cristiano. Aunque era habitual colocar campanas y retirar el yamur en los minaretes de las mezquitas reconquistadas, el de la Giralda se mantuvo en su lugar hasta el 24 de agosto de 1356, cuando las cuatro bolas que lo conformaban cayeron a causa de un terremoto. Tras su caída, el yamur que coronaba la torre fue reemplazado por una cruz.
La antigua mezquita almohade también sufrió graves daños durante el terremoto; por ello, se decidió demoler la estructura y en 1434 se inició la construcción de la actual catedral de Sevilla. Las obras del nuevo templo gótico se prolongaron hasta 1506, y durante todo ese siglo se realizaron distintas construcciones anexas a la catedral, como la Sacristía Mayor y la Capilla Real.
Además de las muchas construcciones nuevas, se decidió remodelar el antiguo minarete para transformarlo en el campanario de la catedral. El proyecto de remodelación estuvo a cargo del arquitecto Hernán Ruiz II, quien se dio a la tarea de construir un cuerpo de campanas en la parte superior de la torre. Las obras para instalar las 24 campanas—18 de volteo y seis de golpe—terminaron en 1565.
El campanario remodelado fue coronado con una veleta con forma de mujer que simboliza la victoria del cristianismo sobre el mundo musulmán. A finales del siglo XVI, esta escultura móvil comenzó a ser conocida como Giralda, cuyo significado literal es “que gira”. Este nombre terminaría por ser usado para denominar a toda la torre, mientras que la veleta pasaría a ser conocida como Giraldillo.
El legado de la Giralda
Hoy en día, tanto la Giralda como el Giraldillo son considerados como símbolos importantes de la ciudad. Se puede acceder a la torre a través de la catedral, y quienes se aventuren a subir las 34 rampas y los 17 escalones del campanario serán recompensados con increíbles vistas de la ciudad.
La belleza de la construcción no ha pasado desapercibida en el resto del mundo, y se han realizado réplicas de ella en muchas otras ciudades. La versión de 1890 del famoso Madison Square Garden de Nueva York incluía una recreación de la Giralda de 134 metros de altura, convirtiéndola en uno de los primeros rascacielos de la ciudad. A su vez, Kansas City—ciudad hermanada con Sevilla—cuenta con su propia réplica en el centro comercial Country Club Plaza. Así, la arquitectura única de la Giralda sigue asombrando e inspirando a todos aquellos que tienen el honor de presenciarla.
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