Los exploradores europeos “descubrieron” la Antártida en la década de 1820. Sin embargo, probablemente no fueron los primeros navegantes que surcaron las gélidas aguas del sur del océano Pacífico. Los habitantes de las islas de la Polinesia tienen una rica historia de navegación, marinería y exploración. En las historias orales de los maoríes, la exploración de las aguas antárticas se remonta al siglo VII, lo que precede en más de mil años a la llegada de los europeos al continente de hielo. Un reciente informe publicado en el Journal of the Royal Society of New Zealand pretende compartir las contribuciones, a menudo ignoradas, del pueblo maorí a los viajes a la Antártida.
Dirigido por la Dra. Priscilla Wehi, el equipo pretendía investigar y dar a conocer la larga conexión entre los maoríes y las aguas del sur de Nueva Zelanda, de las que son habitantes originarios. En una declaración, Wehi dijo: “Tener en cuenta nuestras responsabilidades hacia los grupos infrarrepresentados, y en particular con los maoríes como socios del Tratado, es importante tanto para los programas contemporáneos como para los futuros de investigación antártica, así como para la futura exploración de las obligaciones de Nueva Zelanda dentro del Sistema del Tratado Antártico”. El informe del equipo ayuda a reparar la narrativa sesgada de la exploración y a resaltar el conocimiento que se encuentra en la historia oral y en la “literatura gris” (investigación fuera de los sitios académicos convencionales).
El informe presenta algunos fascinantes ejemplos de los primeros viajes de los maoríes. La historia oral del pueblo Ngāti Rārua habla de Ui-te-Rangiora (también conocido como Hui Te Rangiora), un navegante polinesio del siglo VII procedente de Rarotonga, en las actuales Islas Cook. Se dice que este antiguo explorador llegó al océano Austral o Antártico, una franja de océano que rodea el continente. El navegante se encontró con nieve y témpanos, y pudo haber llegado a la barrera de hielo de Ross, en el borde de la Antártida.
Incluso con la llegada de los exploradores europeos, los conocimientos maoríes eran valorados a pesar de la discriminación que sufrían las comunidades indígenas. Un navegante llamado Te Atu ayudó a cartografiar la costa antártica en 1840 en la Expedición Wilkes. En el siglo XX, Ray Heke sirvió como secretario de obras y capataz en la expedición transantártica de la Mancomunidad de Naciones de 1955 a 1958, dirigida por Sir Edmund Hillary al Polo Sur. Estos son solo algunos ejemplos de exploración maorí que merecen más atención. Tras la era de la exploración, los autores del informe esperan que cada vez más científicos antárticos maoríes contribuyan con sus conocimientos y experiencias a la era de la investigación científica en el remoto continente.
Un nuevo informe detalla las exploraciones de los navegantes maoríes en aguas de la Antártida, que preceden a los europeos por más de mil años.
El pueblo maorí tiene una rica tradición de navegación marítima en la Polinesia y fuera de ella.
h/t: [IFL Science, Science Alert]
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