Los pintores guatemaltecos, aunque originarios de un país relativamente pequeño, se han movido entre vanguardias revolucionarias y la herencia cultural de la región para formar sus propios lenguajes pictóricos. Desde el legado de Carlos Mérida hasta los colores de Paula Nicho, los artistas de Guatemala han dado de qué hablar alrededor del mundo.
Aquí tienes 10 pintores guatemaltecos cuya obra debes conocer.
Carlos Mérida (1891-1984)
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Originario de la ciudad de Quetzaltenango, Carlos Mérida fue un pintor y escultor vinculado al muralismo mexicano. A lo largo de su carrera, fusionó elementos de las vanguardias europeas y el arte mesoamericano a través de un lenguaje abstracto y geométrico con un uso dinámico del color. “La pintura abstracta es el mejor camino para una entrega sin reservas”, dijo en una ocasión. Por sus méritos, el Museo Nacional de Arte Moderno de Guatemala lleva su nombre.
Carmen Lind Pettersen (1900-1991)
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Pintora, acuarelista y artista visual, Carmen Lind Pettersen dedicó su práctica a plasmar la historia y cultura de Guatemala. Tuvo especial interés en los paisajes de la costa sur, y además fue una gran retratista. En 1976 publicó el libro Los Mayas de Guatemala, con el fin de documentar los colores y patrones de los textiles locales. Pasó sus últimos años en la Finca El Zapote, ubicada en Escuintla.
Antonia Matos (1904-1994)
Antonia Clementina Matos Aycinena descubrió su vocación por la pintura desde muy joven. Estudió en la Academia Nacional de Pintura, y cuando su familia se trasladó a Europa, ingresó a la Escuela de Bellas Artes de París. Expuso una sola vez en vida en Guatemala en 1934. La muestra fue cerrada rápidamente porque entre las piezas expuestas había desnudos, un tema que Matos exploró en repetidas ocasiones con ayuda de una paleta de colores sobrios.
Rina Lazo (1923-2019)
Aunque Rina Lazo era una pintora y activista guatemalteca, fue una figura importante del muralismo mexicano. Su incursión en el movimiento fue como asistente de Diego Rivera, quien la consideró “mi mano derecha, la mejor de mis estudiantes”. Tras empaparse de los encendidos comentarios políticos y sociales del muralismo mexicano, Lazo forjó un estilo propio basado en la alegoría y una paleta suave que buscaba celebrar las culturas mesoamericanas.
Roberto Ossaye (1927-1954)
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A Roberto Ossaye le bastaron 27 años de vida para transformar el paradigma de la pintura en Guatemala. Tras estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, viajó a Nueva York y París para conocer de primera mano las vanguardias pictóricas del momento. Es difícil encasillar su obra en una sola corriente, aunque se pueden apreciar influencias del cubismo y expresionismo en sus piezas. Durante su corta carrera experimentó con varios medios, como la acuarela, el óleo y el gouache.
Rodolfo Abularach (1933-2020)
Rodolfo Abularach inició su carrera a temprana edad, y tuvo su primera exposición a los 14 años. Además de pintor, fue dibujante, grabador y escultor. Es mejor conocido por sus expresivas pinturas de ojos, pero también llevó su interés por las tradiciones y el misticismo a sus lienzos. Alguna de sus creaciones forman parte del acervo del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Tristemente, falleció por complicaciones a causa del Covid-19 en agosto de 2020.
Elmar Rojas (1942-2018)
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Elmar René Rojas, originario del departamento de Sacatepéquez, inició su carrera como arquitecto antes de sumergirse en la pintura y la escultura. Los estudiosos de su obra la adscriben al realismo mágico, ya que fusiona escenarios fantásticos con elementos de abstracción. En 1986, fundó el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala con el fin de impulsar el arte y la cultura en su país.
Zipacná de León (1948-2002)
Nacido en Ciudad de Guatemala, Sergio Zipacná de León Rodríguez fue un pintor, dibujante, grabador, promotor cultural y ceramista. Figura clave del arte moderno en su país, la obra de De León estuvo fuertemente influenciada por sus viajes, la otra gran pasión de su vida. Pasó buena parte de su infancia en París, y perfeccionó su técnica de grabado en México. Su obra destaca por sus colores vibrantes y sus pinceladas expresivas.
Paula Nicho (1955)
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Originaria de San Juan Comalapa, Paula Nicho nació en el seno de una familia de agricultores. Aunque desarrolló un amor por el arte desde que era pequeña, inició su carrera como artista hasta que tuvo 30 años. “Mi inspiración proviene de mi cultura, de mi pueblo, de mi vida, del libro sagrado maya Popol Vuh y de nuestras mujeres indígenas”, dice en su declaración de artista. El color y fuerza narrativa de sus obras la ha llevado a exponer en Estados Unidos y Canadá.
María Eugenia Nájera (1959)
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La pintora María Eugenia Nájera nació con parálisis cerebral, pero sus pies y su boca han sido sus principales herramientas artísticas desde que era pequeña. “Recuerdo que estaba en mi habitación, vi una luz en la ventana que se reflejó en la pared. Pensé: ‘Voy a ser pintora’. Fue un llamado”, dijo en una entrevista. Aunque se describe a sí misma como una copista, se ha dedicado a desarrollar un estilo inspirado en el impresionismo, su corriente pictórica favorita.
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