La cultura mexicana está llena de color, y no hay mejor representación de ello que las artesanías. Estos objetos hechos a mano se producen en todos los rincones del país, y reflejan la singular visión de sus creadores. Su función puede ser tanto utilitaria como decorativa, pero todas tienen algo en común: cada pieza producida es única.
Hoy en día, el arte popular mexicano se enfrenta a muchos problemas, incluyendo el plagio a nivel nacional e internacional y la poca valorización del trabajo de los artesanos. Además, buena parte de la producción artesanal se realiza en comunidades indígenas, cuyos habitantes viven en situaciones precarias. Por ello, cada vez es más importante reconocer la labor y la maestría detrás de la realización de todas estas piezas.
Existen tantas artesanías mexicanas que es difícil hacer una lista exhaustiva. Sin embargo, aquí te presentaremos algunas de las más representativas del país, las cuales abarcan todo tipo de medios, desde cerámica y textiles hasta papel y cartón.
Aquí te presentamos 12 de las artesanías mexicanas más famosas.
Alebrijes
Con sus colores vibrantes y estética onírica, los alebrijes son figuras fantásticas que combinan elementos fisionómicos de varios animales. Pedro Linares, un cartonero de la Ciudad de México, tuvo la idea de crear estas figuras mientras dormía: al despertar, decidió replicar las extrañas criaturas que vio en su sueño, dando origen a una de las artesanías mexicanas más populares.
Aunque los alebrijes originalmente estaban hechos de papel maché, la técnica eventualmente fue adoptada por artesanos en Oaxaca, quienes optaron por usar madera de copal para tallar sus creaciones. Los artesanos no utilizan ningún tipo de molde para la creación de sus piezas, por lo que cada alebrije es único e irrepetible.
Cajas de Olinalá
Originarias del estado de Guerrero, las cajas de Olinalá son conocidas por su elaborada decoración. Para producir estas piezas, los artesanos cubren la caja con varias capas de laca hecha de aceite de chía, aglutinantes y pigmentos vegetales. A continuación, graban dibujos sobre la caja usando una pluma o espina de maguey en un proceso conocido como “rayado” o esgrafiado. Las cajas finalmente se decoran con pintura, dándoles su aspecto tan característico.
Las cajas de Olinalá están hechas con linaloe, una madera aromática originaria de la región. Aunque las cajas y baúles son los objetos más conocidos , los artesanos también usan este proceso decorativo en otras piezas de madera, incluyendo bandejas, biombos, platos, mesas y jícaras.
Tenangos
El tenango es uno de los textiles mexicanos más reconocidos a nivel mundial. Este estilo de bordado es originario de la Sierra Otomí-Tepehua en Hidalgo, y se caracteriza por sus coloridos patrones que retratan la flora y fauna de la región, así como las experiencias de los miembros de la comunidad.
Creados casi de manera fortuita en los años 60, estos diseños bordados pueden encontrarse en todo tipo de productos, desde manteles y caminos de mesa hasta blusas y vestidos. Hoy en día, los tenangos representan una importante fuente de sustento en la comunidad de Tenango de Doria. Sin embargo, los artesanos aún viven en situaciones precarias y han sido víctimas de plagio en numerosas ocasiones, poniendo en riesgo el futuro de su arte.
Arte huichol
El arte huichol compone numerosas expresiones artísticas del pueblo wixárika (o huichol), un grupo indígena que habita mayoritariamente en la sierra de Nayarit. Llenas de un profundo simbolismo espiritual, las piezas producidas por los artesanos huicholes son una forma de comunicación con el mundo de los dioses, y cuentan las historias de su pueblo a través del arte.
El arte huichol tiene dos formas de expresión principales: las piezas con chaquiras y los cuadros de estambre. En ambos casos, los artesanos utilizan cera de abeja para fijar las cuentas o el estambre en sus lienzos, realizando complicados patrones llenos de simbolismo.
Barro negro
La cerámica de barro negro es un elemento central de la producción alfarera de Oaxaca. El color característico de estas piezas proviene de las propiedades naturales del barro. Los artesanos moldean cada pieza con métodos tradicionales antes de dejarlas secar; una vez que se secan, se frotan con una piedra de cuarzo para darles un acabado brillante. Si no se frotan, las piezas terminadas tienen un acabado gris mate.
Buena parte de las artesanías de barro negro son realizadas en la comunidad de San Bartolo Coyotepec, y hay alrededor de 600 familias de artesanos en la zona. La gran mayoría de las piezas que se producen son para fines decorativos e incluyen cántaros, ollas, máscaras y figuras.
Huipil
El huipil es una blusa o vestido propio de las comunidades indígenas de México y Centroamérica. Sus características varían mucho de una región a otra, pero estas prendas prehispánicas tienen un profundo significado simbólico. Los diseños de los huipiles sirven para comunicar la identidad de las comunidades que los producen y están íntimamente asociados con sus creencias y su cosmogonía.
La herramienta principal para crear un huipil es el telar de cintura, un instrumento de tejido con dos extremos: uno se ata a un árbol, mientras que el otro rodea a la artesana por la cintura. Usando varas de madera y sus manos, las artesanas van tramando los hilos para crear patrones en el textil. No se usan guías ni se planean los diseños de antemano, por lo que el resultado final es completamente único y depende de la experiencia y la destreza de la artesana.
Cartonería
La cartonería es una técnica de modelado en la que se crean diferentes piezas utilizando papel, cartón y engrudo. Una vez que se secan, las esculturas adquieren una dureza considerable, por lo que pueden ser pintadas y decoradas de innumerables formas.
El ámbito de la cartonería en México es muy amplio, y la técnica puede ser usada para crear desde piezas como diablitos y Catrinas hasta piñatas. Las piezas de cartonería son un elemento característico de las celebraciones del Día de Muertos, donde a menudo se usan para decorar altares.
Talavera poblana
La talavera poblana es un claro resultado de la influencia cultural española en México. Aunque se originó en Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, este tipo de mayólica—una loza de arcilla decorada con esmaltes metálicos—fue retomado por artesanos mexicanos durante el siglo XVI. La calidad de la arcilla de Puebla y Tlaxcala favoreció su desarrollo en estas regiones, y los artesanos le dieron su propio estilo a sus piezas.
En ese entonces, México era un punto clave para la importación de porcelana desde China. Inspirándose en los diseños, los artesanos poblanos favorecieron el uso de blanco y azul cobalto en sus piezas, aunque también se utilizan colores como el amarillo, naranja, verde y malva.
Árboles de la vida
Originarios de Metepec, Estado de México, los árboles de la vida son otra representación de mezcla cultural que se vivió en la época colonial. Estas elaboradas esculturas de barro están llenas de figurillas de diferentes tamaños y a menudo están decoradas con colores vibrantes. Todos los elementos de las esculturas se moldean de manera individual, por lo que puede tomar desde semanas hasta meses acabar un solo árbol de la vida.
Usados como un objeto de evangelización, los árboles de la vida tradicionales retrataban la historia bíblica de la Creación, con Adán y Eva al centro. Sin embargo, hoy en día es común encontrar estas esculturas con otras temáticas ajenas a la Biblia.
Platería
México posee una increíble riqueza mineral; esto es particularmente cierto cuando se habla de plata. El pueblo de Taxco, en el estado de Guerrero, tiene una rica tradición de platería. Este poblado en las montañas es conocido por su producción de piezas de plata, particularmente de joyería y otros objetos decorativos.
La plata es un mineral muy maleable, por lo que es necesario mezclarla con otros metales para producir piezas duraderas. La plata de ley o 925 (compuesta en un 92.5 % de plata pura y en un 7.5% de otro metal como el cobre) es la de mejor calidad, ya que permite a los artesanos tallar y moldear las piezas sin riesgo a que se rayen o se deformen.
Muñecas de trapo
Las muñecas de trapo son el juguete mexicano por excelencia. También conocidas como muñecas Marías o de Amealco (por la localidad en la que se producen), estas coloridas creaciones son elaboradas tradicionalmente por los pueblos otomí y mazahua. Las muñecas son fácilmente reconocibles gracias a su cabello trenzado con listones y sus coloridos atuendos, que en conjunto reproducen la manera de vestir de las mujeres indígenas.
Aunque se podría pensar que estas muñecas solo están hechas para jugar, ese no era su propósito original. En un principio, las muñecas de trapo estaban pensadas para mantener a los malos espíritus lejos de los niños.
Papel picado
El papel picado es casi omnipresente en las celebraciones tradicionales mexicanas. Los diseños varían, pero pueden incluir grecas, motivos florales, aves y figuras populares como calaveras.
Aunque no lo parezca, la producción del papel picado es completamente artesanal. Para crear sus piezas, los artesanos apilan hasta cien hojas de papel de china, las cubren con plástico y perforan (o “pican”) cuidadosamente su diseño con un cincel. Un artesano puede producir entre 1,000 y 24,000 piezas de papel picado al día.
Este artículo ha sido editado y actualizado.
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