Miguel Ángel es conocido por ser uno de los pintores y escultores más prolíficos de la historia. Como figura clave del Alto Renacimiento, es recordado por su ambicioso enfoque sobre la escala y su maestría para abordar la anatomía. Si bien todas sus obras maestras muestran su inmenso talento, su célebre fresco en el techo de la Capilla Sixtina destaca sobre el resto.
Pintada para el papa, esta composición–recargada pero balanceada al mismo tiempo–retrata a varios íconos religiosos en el distintivo estilo de Miguel Ángel, convirtiéndola en una de las obras maestras más importantes de la historia del arte.
¿Qué es la Capilla Sixtina?
La Capilla Sixtina es una gran capilla ubicada en el Palacio Apostólico del Vaticano. Su nombre viene de papa Sixto IV, quien supervisó su restauración a finales del siglo XV. Históricamente, la capilla ha tenido varias funciones importantes. Hoy en día, aún mantiene su papel religioso, ya que es el sitio donde los cardenales se reúnen para elegir al siguiente papa.
Sin embargo, lo que hace tan popular a la Capilla Sixtina es su techo. Pintado por el artista florentino Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni entre 1508 y 1512, este complejo y colorido fresco es reconocido por sus figuras realistas, gran escala e innovador proceso de creación.
Historia
A principios del siglo XVI, Miguel Ángel era un artista respetado conocido en toda Italia. El pintor era particularmente famoso por su habilidad para crear—tanto en pintura como escultura—figuras con estructuras anatómicas realistas, como se puede apreciar en el famoso David de 1504. Dada la reputación del artista, no es una sorpresa que el papa Julio II le encargara decorar el techo de la Capilla Sixtina, cuyos muros ya habían sido decorados con frescos de Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y otros artistas famosos.
Mientras los planes del papa para techo giraban en torno a una representación de los 12 apóstoles, Miguel Ángel tenía planes más ambiciosos: pintar múltiples escenas de las escrituras compuestas por más de 300 figuras.
Método
Para poder alcanzar el techo de la capilla, Miguel Ángel diseñó un andamio especial. En lugar de construir una estructura que subiera desde el piso, instaló una plataforma de madera sostenida por soportes insertados en agujeros en la pared. Como completó esta pintura por etapas, el andamio estaba diseñado para moverse por toda la capilla.
Una vez que el andamio fue instalado, Miguel Ángel pudo comenzar el proceso de pintura. Al igual que muchos otros pintores italianos renacentistas, usó la técnica del fresco; es decir, que aplicó lavados de pintura sobre yeso húmedo. Para crear la ilusión de profundidad, Miguel Ángel solía raspar algo de medio húmedo antes de pintar. Este método dio como resultado “contornos” visibles alrededor de sus figuras, un detalle característico de la obra del artista.
Como el yeso se seca rápido, Miguel Ángel tenía que trabajar en secciones, aplicando planos de yeso fresco cada día. Estas secciones son conocidas como giornata, y aún son visibles hoy.
Iconografía
El centro del techo se compone de nueve escenas del Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento. Estos paneles están rodeados de retratos de figuras importantes de la Biblia. En total, 343 figuras fueron incorporadas a las escenas. Esto incluye personajes de relatos famosos—incluyendo la historia de Adán y Eva y el Diluvio Universal—así como los ancestros de Jesús, aquellos que predijeron su nacimiento y Ignudi, o desnudos masculinos.
Escenas centrales
Separación de la luz de la oscuridad
La creación del Sol, la Luna y la vegetación
La separación del agua y la tierra
La creación de Adán
La creación de Eva
Expulsión de Adán y Eva del Paraíso terrenal
El sacrificio de Noé
El Diluvio Universal
La Embriaguez de Noé
Ejemplos de figuras
El profeta Daniel
Sibila Délfica
Los antepasados de Jesús: Jesé, David y Salomón
Ignudo
Legado
Hoy, la Capilla Sixtina sigue siendo una atracción turística y un sitio religioso. Unas 25,000 personas la visitan todos los días para maravillarse con las pinturas de su techo, confirmando el legado de una de las obras más conocidas de Miguel Ángel y del sorprendente arte del Alto Renacimiento.
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