Botticelli, “La primavera”, ca. c. 1477–1482 (Foto: Google Arts & Culture vía Wikimedia Commons dominio público)
El artista florentino Sandro Botticelli es conocido por sus contribuciones al Renacimiento italiano. Considerado ampliamente como uno de los pintores más prolíficos del siglo XV, es famoso por sus pinturas a gran escala de temática mitológica, como La alegoría de la primavera.
Esta pieza, conocida simplemente como La primavera, es una de las obras más importantes del Renacimiento temprano. Ubicada en la famosa Galería Uffizi de Florencia, esta pintura sigue atrayendo a los espectadores por su simbolismo clásico, su elaborada composición y su delicada atención a los detalles.
Para comprender su importancia en la historia, es importante entender el contexto en el que fue comisionada y creada.
Contexto
Botticelli pintó La primavera alrededor del año 1480. Aunque se discute su origen exacto, se cree que fue encargada por Lorenzo di Pierfrancesco de Médici—un primo de la familia gobernante de Florencia—como regalo para su nueva esposa. En esta época, las obras de arte normalmente se encargaban para las iglesias católicas y los edificios civiles. Sin embargo, La primavera fue creada para la finca privada de Di Pierfrancesco, la Villa di Castello.
Giusto Utens, “Luneta de la Villa di Castello tal y como se veía en 1599” (Foto vía Wikimedia Commons, dominio público)
Al igual que El nacimiento de Venus (otro cuadro gigantesco), Botticelli pintó La primavera tras regresar a Florencia desde Roma, donde había sido contratado para crear frescos en la Capilla Sixtina. Durante este tiempo, comenzó a desviar su atención de la iconografía católica romana para enfocarse en escenas de la mitología griega y romana.
Este interés humanista por las alegorías antiguas culminó en El nacimiento de Venus y La primavera, dos pinturas al temple protagonizadas por Venus, la diosa romana del amor y la belleza.
Temática
Venus es la gran protagonista de La primavera. Vestida con un atuendo típico del siglo XV, la diosa está colocada bajo un arco debajo de su hijo, Cupido, quien apunta una flecha hacia las tres Gracias. En la mitología, estas tres hermanas suelen representar el placer, la castidad y la belleza, aunque la identidad de las figuras de Botticelli no está del todo clara.
Detalle de Venus y Cupido
Detalle de las tres Gracias
A la izquierda de las Tres Gracias, Mercurio—el dios romano del comercio—utiliza su caduceo, o bastón, para alejar un grupo de pequeñas nubes grises. Conocido como el mensajero de los dioses, aparece con su característico casco y sandalias aladas.
Detalle de Mercurio
En la parte derecha de la composición, Céfiro, el dios griego del viento del oeste, atrapa a Cloris, una ninfa asociada a las flores. En la mitología, se transforma en Flora, la diosa de la primavera, que aparece a la izquierda de ambos.
Detalle de Flora, Céfiro y Cloris
Esta escena primaveral está ambientada en un bosque mítico. Botticelli incorporó a la escena unas 500 especies vegetales identificables, incluyendo casi 200 tipos de flores.
Detalle de las flores
Relación con El nacimiento de Venus
Botticelli, “El nacimiento de Venus”, c. 1486 (Foto vía Wikimedia Commons)
Aunque no están concebidos como un díptico, La primavera y El nacimiento de Venus suelen considerarse como tal. Botticelli pintó El nacimiento de Venus en 1486, unos años después de la supuesta concepción de La primavera. En ambos casos, el artista empleó pintura al temple, un medio tradicional que utiliza yema de huevo como aglutinante. Las pinturas también tienen una escala similar: La primavera mide 2.03 m x 3.14 m, mientras que El nacimiento de Venus mide 1.72 m x 2.78 m.
Sin embargo, la mayor similitud entre las dos obras es su temática. Ambas obras están protagonizadas por Venus. En La primavera, esta figura está representada en un estilo relativamente gótico; su postura es estática y está vestida. En cambio, en El nacimiento de Venus ha adoptado una postura humanista. También está desnuda, una característica artística que Botticelli tomó prestada de la pintura y la escultura clásicas.
Botticelli también retrató a Céfiro y Cloris en ambas obras. En La primavera, varias flores brotan de la boca de Cloris; en El nacimiento de Venus, las flores flotan alrededor de la pareja mientras vuelan.
Flora, la diosa de la primavera, también está representada en ambos cuadros. Es fácil de identificar gracias a su vestido, que presenta un estampado floral y un cuello en forma de guirnalda. En El nacimiento de Venus, aparece cubriendo a la diosa recién nacida con un manto rojo similar al que lleva en el brazo en La primavera.
Legado
Hoy en día, La primavera es considerada una de las pinturas más importantes del Renacimiento temprano. Sigue siendo una de las obras más destacadas de la Galería Uffizi, donde ha encantado al público desde su debut en el museo en 1919. Quienes visiten la prestigiosa institución podrán admirar La primavera y El nacimiento de Venus a la vez, ya que ambas han encontrado un hogar en su famosa Sala Botticelli.
Visitantes en la Sala Botticelli de la Galería Uffizi (Foto: Fotos de stock de vvoe/Shutterstock)
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