5 Icónicas pinturas de David Hockney que definen su prolífica carrera

 

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Conocido por sus vibrantes pinturas de las piscinas de Los Ángeles, David Hockney es considerado uno de los atristas más influyentes del siglo XX. El pintor, dibujante, diseñador y fotógrafo inglés de 83 años de edad hizo grandes contribuciones al Pop Art en los años 60, y continúa pintando y exhibiendo hasta el día de hoy. Desde sus pinturas abstractas tempranas hasta sus collages fotográficos posteriores, el estilo de Hockney está en constante evolución.

Sigue leyendo para descubrir cinco pinturas de Hockney que muestran las diferentes técnicas y temáticas que ha explorado a lo largo de su carrera.

Aquí tienes cinco pinturas de David Hockney que muestran la evolución de su estilo artístico a lo largo de los años.

 

We Two Boys Together Clinging, 1961

 

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Una de sus primeras obras, titulada We Two Boys Together Clinging (algo como “Dos chicos aferrándonos el uno al otro”) , fue una de las referencias más tempranas a la homosexualidad de Hockey en su arte. Pintada durante una época en la que ser gay era ilegal tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, representar a dos hombres abrazados fue una decisión riesgosa para el artista. El estilo gestual y la paleta de colores apagada está muy lejos de las coloridas composiciones por las que Hockney es conocido hoy en día. Sin embargo, este enfoque abstracto le permitió explorar una relación homosexual en su obra sin revelar la identidad de sus sujetos.

Hockney pintó We Two Boys Together Clinging hacia el final de su segundo año en el Royal College of Art. La pintura deriva de un poema del mismo título del escritor americano del siglo XIX, Walt Whitman. Dos líneas del poema han sido garabateadas en el lado derecho, ofreciendo una narración de la escena. El cuadro también hace referencia a un recorte de periódico que detalla un accidente de escalada en ese momento (“Two Boys Cling to Cliff all Night”, o “Dos chicos se aferran a un acantilado toda la noche”). El doble significado de la palabra cliff (que además de traducirse como “acantilado” puede ser un nombre) deleitó a Hockney, que idolatraba al cantante pop británico, Cliff Richard.

 

A Bigger Splash, 1967

 

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Hockney pintó A Bigger Splash (“El gran chapuzón”) mientras enseñaba en la Universidad de California en Berkeley. Las piscinas de Los Ángeles eran uno de sus temas favoritos, y se dio a conocer por sus grandes e icónicas obras que las representaban con un estilo vibrante y realista. Esta particular pieza de 94 × 94 pulgadas es el resultado de dos pinturas más pequeñas en las que desarrolló la idea: A Little Splash (1966) y The Splash (1966). A Bigger Splash fue pintada con pintura acrílica, que era un medio artístico relativamente nuevo en ese entonces. Conceptualmente, su uso tenía sentido: Hockney sentía que el pigmento de secado rápido era más adecuado para representar los paisajes californianos calurosos y soleados que las pinturas al óleo tradicionales.

Hockney basó la salpicadura de la pintura en una fotografía que encontró en un manual de piscinas. Su objetivo era capturar algo que ocurre en una fracción de segundo en una imagen fija. La fluidez de la salpicadura contrasta con la rígida geometría de la casa californiana en el fondo, así como los bordes rectos de la piscina y el trampolín amarillo. “Primero que nada, me encanta la idea de pintar como Leonardo, todos sus estudios de agua, cosas arremolinadas”, escribió Hockney en su autobiografía. “Y me encantó la idea de pintar esta cosa que dura dos segundos: me toma dos semanas pintar este evento que dura dos segundos”.

 

American Collectors (Fred and Marcia Weisman), 1968

 

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Las pinturas de retratos de Hockney de finales de los 60 ofrecen una visión del estado de ánimo y la cultura de Estados Unidos en ese momento. En American Collectors (“Coleccionistas estadounidenses”), Hockney retrata a sus amigos Fred y Marcia Weisman fuera de su hogar en Los Ángeles. Están rodeados por sus preciadas posesiones artísticas, como una escultura modernista y un tótem de Henry Moore.

Los colores pastel del cuadro dan una apariencia de ensueño a la escena, capturando la belleza de la luz del sol del sur de California. La pareja se mantiene tan rígida como las estatuas del jardín que la rodea, dándole una sensación surrealista y casi cómica a la pieza. La pintura también desafía los roles de género tradicionales; Marcia, una matrona en bata, muestra sus dientes y adopta una pose que es a la vez elegante y poderosa. Fred, el hombre de la casa, está de pie en el extremo izquierdo del cuadro con los puños cerrados, imitando la posición del tótem como si ambos tuvieran la misma importancia.

 

A Bigger Grand Canyon, 1998

 

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Inspirado por la escala monumental del Gran Cañón, Hockney comenzó a fotografiar esta maravilla natural en 1982. “No hay duda de que la emoción de estar de pie en ese borde del Gran Cañón es espacial”, dijo una vez. “Es el mayor espacio desde el que puedes mirar hacia fuera que tiene un borde”.

El pintor del siglo XIX Thomas Moran es uno de los pocos artistas que logró capturar exitosamente la escala y los detalles del Gran Cañón en su arte. La versión de Moran es considerada por muchos como la más famosa, pero Hockney quería desafiar esta idea con una iteración propia. Creó A Bigger Grand Canyon (“Un Gran Cañón más grande”) en respuesta a la pintura de 281 × 431 centímetros de Moran—la de Hockney es aún más grande, midiendo 269 × 698 centímetros. Se compone de 60 pequeños lienzos unidos para crear una gran escena, que representa solo una porción del cañón. La vibrante pieza evoca lo que es en realidad visitar este paisaje épico, ver sus pequeños detalles así como sus dramáticas vistas, todo al mismo tiempo.

 

Billy + Audrey Wilder, 1981-1982

 

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A principios de los años 80, como parte de una investigación sobre el cubismo, Hockney comenzó a experimentar con collages fotográficos. Combinó docenas de fotos instantáneas, tomadas desde diversos ángulos, para crear una imagen completa, o lo que él describió como joiners, o “ensamblajes”. En Billy + Audrey Wilder, Hockney produjo un efecto vertiginoso al retratar a los sujetos desde múltiples puntos de vista. Cada Polaroid fue tomada por separado pero se experimenta simultáneamente. “Yo estaba en la cámara día y noche”, explica Hockey, “los joiners estaban mucho más cerca de la forma en que realmente vemos las cosas, más cerca de la verdad de la experiencia”.

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Sofía Vargas

Sofía Vargas es redactora en español para My Modern Met. Originaria de la Ciudad de México, es licenciada en Lenguas Modernas y tiene un Máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid. A lo largo de su carrera ha trabajado para varias instituciones culturales y ferias de arte en México. Además de escribir, Sofía dedica su tiempo a explorar otras prácticas artísticas, como la cerámica y la ilustración.
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