Impresión de plata sobre gelatina de Henri de Toulouse-Lautrec como artista y modelo tomada por Maurice Guibert. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Aunque los famosos carteles de Toulouse-Lautrec hablan por sí mismos gracias a su energía y diseño perdurable, es importante saber de dónde vienen. Aquí presentamos seis datos esenciales sobre la fascinante pero trágicamente corta vida de Toulouse-Lautrec.
6 datos acerca de la vida bohemia del famoso artista postimpresionista Henri de Toulouse-Lautrec.
Toulouse-Lautrec era de origen noble.
Toulouse-Lautrec es uno de los pocos artistas consumados que nacieron en una familia aristocrática, lo que lo convierte en una rareza en la historia del arte occidental. Su nombre completo era Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa, el hijo mayor del conde de Toulouse-Lautrec-Monfa.
Era común que las familias aristocráticas fueran mecenas de las artes en lugar de producirlo ellos mismos. Sin embargo, tras la separación de sus padres a los ocho años, Toulouse-Lautrec se quedó con su madre, quien le permitió dibujar tal y como él quería.
Henri de Toulouse-Lautrec por Maurice Guibert, 1892 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Sufrió una discapacidad de por vida.
Además de sus impresiones gráficas, Toulouse-Lautrec es quizás más conocido por su baja estatura. En dos accidentes distintos a los 13 y 14 años, Toulouse-Lautrec se rompió ambos fémures. Estas lesiones traumáticas, combinadas con afecciones congénitas que heredó debido a un historial familiar de endogamia, desafortunadamente afectaron permanentemente el crecimiento de Toulouse-Lautrec, quien solo llegó a medir 1.52 metros de altura.
Como miembro de la alta sociedad, esta discapacidad tuvo efectos importantes en la vida del artista. Al no poder realizar las mismas actividades al aire libre que otros, su familia alentó sus intereses creativos. La combinación de talento y conexiones familiares pronto lo llevó a trabajar en varios estudios en París.
Izquierda: Fotos de stock de Everett Historical/Shutterstock. Derecha: Henri de Toulouse-Lautrec, 1894 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Toulouse-Lautrec estudió con Vincent van Gogh.
Durante su estancia de cinco años en el estudio de Fernand Cormon en Montmartre, Toulouse-Lautrec conoció a otros artistas postimpresionistas emergentes, como Émile Bernard y Vincent van Gogh—de hecho, Toulouse-Lautrec retrató a este último en pastel. Las amistades que Toulouse-Lautrec hizo en el estudio de Cormon tuvieron una gran influencia en su arte.
“Retrato de Vincent van Gogh,” Henri de Toulouse-Lautrec, 1887 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Toulouse-Lautrec se inspiró en la vida nocturna parisina.
Al sentirse rechazado por las élites de la ciudad, Toulouse-Lautrec se integró en las subculturas teatrales de París. Allí, entre las prostitutas y los artistas, era menos juzgado por su apariencia y halló inspiración en el ambiente bohemio. Alrededor de 150 dibujos y pinturas del artista son de mujeres que conoció en los burdeles.
“Ambassadeurs: Aristide Bruant Dans Son Cabaret,” Henri de Toulouse-Lautrec, 1892 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Combinó las bellas artes con el arte comercial.
En aquel entonces, diseñar carteles y grabados se consideraba por debajo de las habilidades de un artista, pero Toulouse-Lautrec aceptó estas comisiones con gusto. En 1889, diseñó una serie de carteles litográficos para dar a conocer la apertura del cabaret del Moulin Rouge. Hoy en día, estas piezas están entre sus obras más famosas.
En sus carteles, Toulouse-Lautrec usó magistralmente las líneas de contorno para retratar a artistas conocidos de la época, como Yvette Guilbert, Louise Weber y Jane Avril. Sus dibujos capturaban el movimiento de la danza y la energía de la vida nocturna parisina durante la Belle Epoque.
“Moulin Rouge: La Goulue,” Henri de Toulouse-Lautrec, 1891 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Toulouse-Lautrec fue un artista increíblemente prolífico.
Toulouse-Lautrec hizo un poco de todo durante su vida, y produjo un número impresionante de obras a lo largo de su carrera. En menos de 20 años creó 275 acuarelas, 363 carteles, 737 pinturas sobre lienzo y 5,084 dibujos.
En la actualidad, el Museo Toulouse-Lautrec de Albi, Francia, alberga la mayor colección permanente de su obra, compuesta por más de mil piezas.
“En el Moulin Rouge,” 1892 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
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