La ciudad de Córdoba tiene un recinto religioso único en el mundo. Conocida por sus característicos arcos blancos y rojos, la mezquita-catedral de Córdoba representa uno de los más extraordinarios ejemplos de arte islámico en la península ibérica. La mezquita fue el centro religioso más importante del califato de Córdoba durante cinco de los ocho siglos de dominio musulmán; sin embargo, tras la reconquista de la ciudad fue adaptada al culto cristiano, dándole el aspecto tan peculiar y maravilloso que conocemos hoy.
Con una extensión de 23,400 metros cuadrados, la mezquita de Córdoba llegó a ser la segunda más grande del mundo, superada solo por la mezquita de la Meca. Uno de sus elementos más famosos es el bosque de 856 columnas de mármol, jaspe y granito que llenan el espacio. Tiene la particularidad de estar orientada hacia el sur y no hacia la Meca, como lo hacen la mayoría de los recintos religiosos islámicos. Se cree que esta anomalía se debe a que el edificio se adaptó a construcciones urbanísticas preexistentes de la época romana.
La construcción de la mezquita inició en el año 786, bajo el mandato del emir Abderramán I. El edificio sería ampliado en tres ocasiones para adaptarse a la creciente población de la ciudad, que en ese entonces era uno de los mayores centros económicos y culturales de todo Al-Andalús. Las primeras dos fueron ordenadas por Abderramán II y Alhakén II; este último sería responsable de la construcción del actual mihrab—la pequeña habitación que señala la quibla, o la dirección hacia donde hay que rezar—y de cuatro cúpulas ornamentadas pensadas para mejorar la iluminación de la mezquita.
La última gran extensión sería realizada por el hayib Almanzor. Esta expansión sería la más extensa de las tres y se haría hacia el este, a diferencia de sus predecesores, que construyeron en dirección al sur. Durante su mandato se construyeron ocho nuevas naves en la mezquita, descentralizando el mihrab.
Para cuando Córdoba fue reconquistada por los cristianos en 1236, la mezquita ya se había convertido en un muy querido símbolo de la ciudad. En vez de ser destruido, se decidió que el edificio sería adaptado para el culto cristiano. Durante los dos siglos siguientes, la mezquita sufriría algunas alteraciones menores, como la creación de varias capillas. Sin embargo, tras la expulsión definitiva de los musulmanes de la península ibérica, los líderes religiosos de la ciudad decidieron construir una catedral de estilo manierista justo en el centro de la antigua mezquita.
La creación de la nueva nave central de la catedral inició en 1523 bajo la autorización del emperador Carlos I. A pesar de dar el visto bueno a la obra en un principio, el rey eventualmente lamentaría esta decisión, diciendo: “Habéis destruido lo que era único en el mundo y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”.
Hoy en día, la mezquita-catedral es uno de los monumentos más visitados de toda España. En 2019 superó su récord histórico al recibir a 2 millones de personas, quienes sin duda se vieron atraídos por la monumental belleza de una de las estructuras más importantes de la arquitectura andalusí.
Con su mezcla de arte islámico y cristiano, la mezquita-catedral de Córdoba es una estructura única en el mundo.
La mezquita es conocida por sus característicos arcos blancos y rojos, que se apoyan sobre 856 columnas de mármol, jaspe y granito.
Tras la conquista de Córdoba por los cristianos, se edificó en el recinto la catedral de la ciudad.
Artículos relacionados:
Descubre la opulenta belleza de la Alhambra de Granada
La espectacular ‘mezquita rosa’ de Irán es iluminada por un caleidoscopio de colores
Este enorme templo del siglo VIII en India fue tallado en una sola roca