Desde que comenzó la guerra en Ucrania, muchas personas han hecho todo lo posible para proteger y cuidar a los animales atrapados en el fuego cruzado. Ya sea que arriesguen sus vidas para literalmente cargar a cuestas a sus mascotas mientras huyen del país o se queden atrás para cuidar a los animales que no tuvieron tanta suerte, los héroes anónimos de toda Ucrania han intervenido en momentos de extrema necesidad. Este es el caso de Asya Serpinska, de 77 años, quien tomó la difícil decisión de arriesgar su propia vida por el bien de su refugio de animales en Hostomel, una ciudad a unos 35 kilómetros al noroeste de Kiev.
Cuando comenzó la invasión, Serpinska cuidaba de unos 600 perros y casi 100 gatos en su refugio. Y cuando la gente comenzó a huir, también acogió varios animales abandonados del zoológico. Conforme las fuerzas rusas continuaron avanzando, no tardaron en rodear el municipio por todos lados mientras intentaban apoderarse de la ciudad, pero Serpinska aún se mantuvo firme. Luego, cuando vio que el enemigo se acercaba, la valiente mujer corrió hacia el refugio lo más rápido que pudo para abrir las jaulas de los animales vulnerables, asegurándose de que no quedaran atrapados dentro. Incluso en medio de los bombardeos, ella y algunos empleados leales se quedaron allí para cuidarlos.
“Lo primero que pasó por mi mente fue que tenía que correr al refugio”, comparte Serpinska, contando su valiente reacción. “Estaba conscientemente yendo a la guerra. Mi gente estaba aquí, mis perros estaban aquí”.
Si todo eso no fuera suficiente, Serpinska también asumió la responsabilidad de un zoológico privado local después de presenciar cómo el establecimiento se incendiaba. Sus dueños habían huido, temiendo por sus propias vidas y seguramente sin saber cómo podían protegerse a sí mismos y a los animales que albergaban. Pero su partida dejó a las pobres criaturas abandonadas e incapaces de valerse por sí mismas. Cuando Serpinska y su equipo intervinieron, tuvieron que atravesar el humo para rescatar tantos animales como pudieron. Entre la vida silvestre, también había muchas criaturas exóticas, incluyendo tortugas y pavos reales. Sin embargo, hubo un león que sobrevivió al fuego que los rescatistas no pudieron llevar consigo.
“Durante cinco semanas, íbamos allí bajo bombardeos y balas para alimentar a ese león, porque lo habían encerrado en una jaula y no teníamos las llaves”, relata Serpinska. En un momento, los soldados rusos colocaron una mina terrestre cerca de la jaula del león como una amenaza contra Serpinska y su equipo, pero ella se esforzó por negociar con ellos para evitar que mataran al animal inocente. Sin embargo, incluso cuando los soldados detonaron la mina a pesar se sus esfuerzos, el león de alguna manera logró sobrevivir.
En otra ocasión, los soldados rusos incluso llegaron directamente al refugio y procedieron a encerrar a Serpinska y su equipo en una habitación, diciéndoles que estaban colocando una mina terrestre en la puerta que mataría a todos si la abrían. Después de que fueron rescatados, pronto se dieron cuenta de que probablemente había sido una amenaza sin fundamentos para asustarlos hasta que se sometieran. Sin embargo, el miedo y la angustia que experimentaron fue muy real.
Esos fueron solo algunos de los muchos encuentros peligrosos, y potencialmente mortales, que Serpinska y su equipo tuvieron con las tropas rusas mientras ocupaban la ciudad, incluyendo una trágica interacción en la que mataron a su amada perra, Gina. Pero incluso en medio de la angustia y el miedo, siguieron adelante. Y ahora que Hostomel está nuevamente bajo control ucraniano, Serpinska está trabajando para reconstruir su refugio mientras se recupera de los daños de la guerra.
Gran parte de la ciudad todavía está desierta, y muchos de sus edificios fueron quemados y destruidos. Sin embargo, la valiente mujer de 77 años sigue teniendo esperanza en el futuro. Serspinska ya comenzó a recolectar donaciones para mantener el refugio en funcionamiento, y continúa encontrando hogares para los animales por los que trabajó tan duro para proteger a medida que la ciudad vuelve a la vida. Contra todo pronóstico, sobrevivió y tuvo éxito mientras hacía todo lo posible para mantener a salvo a las criaturas vulnerables que lo necesitaban.
Sorprendentemente, a pesar de los momentos angustiosos que enfrentaron, los animales del refugio parecen estar felices y saludables. Y para Serpinska, eso es lo más importante. “No importa a quién protejas: niños, personas, animales, naturaleza. Lo más importante es la responsabilidad”, insiste la heroica mujer. “Hay que rescatar animales para seguir siendo humanos”.
Una mujer ucraniana de 77 años llamada Asya Serpinska arriesgó su vida para cuidar a más de 700 animales en su refugio de animales.
El refugio alberga alrededor de 600 perros, más de 100 gatos e incluso un león abandonado en un zoológico local.
Impulsada por su amor por los animales, enfrentó muchos momentos peligrosos.
“No importa a quién protejas: niños, personas, animales, naturaleza. Lo más importante es la responsabilidad”, insiste la heroica mujer. “Hay que rescatar animales para seguir siendo humanos”.
Mira este video para conocer más sobre su increíble historia.
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h/t: [iHeartDogs]
Todas las imágenes vía Gostomel Animal Shelter.
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