El México del último siglo no puede entenderse sin Pedro Ramírez Vázquez. Al darle vida a algunos de los edificios más representativos de esta metrópoli –desde el Museo Nacional de Antropología hasta el Estadio Azteca y la Basílica de Guadalupe–, este arquitecto mexicano diseñó los escenarios de algunas de las historias que han definido al pueblo mexicano de las últimas décadas, invitándolo a reflexionar sobre un presente que, a la hora de convertirse en pasado, inspiraría decididamente al futuro.
Recordado como un arquitecto moderno con claras influencias de las vanguardias europeas y el imaginario precolombino, los diseños de Pedro Ramírez Vázquez destacan por sus líneas limpias y elegantes; el concreto fue su material más usado.
Diseñando tanto museos y embajadas como mercados y viviendas de interés social, Pedro Ramírez Vázquez infundió un aspecto elegante a grandes edificios públicos y privados, sin dejar crear inmuebles al servicio de sus habitantes. Así, este arquitecto fue una persona resolutiva que transformó y definió el urbanismo en una de las ciudades más grandes del mundo en un momento clave de su historia.
¿Quién fue Pedro Ramírez Vázquez?
Pedro Ramírez Vázquez nació en 1919 en la Ciudad de México. Hijo de un vendedor de libros, tuvo uno de sus primeros encuentros con la arquitectura en un viaje que hizo en la adolescencia, cuando quedó fascinado por la Acrópolis de Grecia. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que egresó en 1943.
En sus primeros años de carrera, diseñó una estructura para escuelas rurales que dio origen a 35,000 escuelas de todo México. Eventualmente se convertiría en uno de los arquitectos más prolíficos de México, con una carrera que abarcaría casi siete décadas. Ramírez Vázquez diseñó pabellones de México en tres ferias mundiales, y fue el rector fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Además, estuvo a cargo de crear la identidad visual y el icónico logo de los Juegos Olímpicos de México 1968 en colaboración con el diseñador Lance Wyman.
“Nunca he pretendido hacer arquitectura de autor. Esta disciplina tiene que cumplir con una función de servicio para quien ocupará esos espacios”, le dijo al diario Excélsior en 2011. Pedro Ramírez Vázquez falleció en 2013 a los 94 años de edad.
“Una condición fundamental de la conducta social de Ramírez Vázquez fue la comprensión de la arquitectura como una disciplina de amplio espectro social, capaz de influir en la forma de vida del grupo y no en la de los usuarios de un edificio”, escribió Enrique X. de Anda Alanis, profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. “La arquitectura iba más allá del compromiso individual con un problema arquitectónico, al extenderse para influir en la naturaleza social del conglomerado“.
Obras más importantes de Pedro Ramírez Vázquez
Facultad de Medicina, UNAM (1952)
Como parte de la gran mudanza de la Universidad Nacional Autónoma de México del Centro Histórico al sur de la ciudad a mediados del siglo XX, Ramírez Vázquez diseñó la Facultad de Medicina–un complejo de una decena de edificios con aulas y laboratorios en el Campus Central–en colaboración con Roberto Álvarez Espinoza, Ramón Torres Martínez y Héctor Velázquez. El edificio central es coronado por un mural en cerámica vidriada de Francisco Eppens.
Museo Nacional de Antropología, 1964
El Museo Nacional de Antropología, ubicado en el corazón del Bosque de Chapultepec, se edificó sobre una una superficie de 70,000 metros cuadrados. “Su diseño materializó el respeto a la tradición de los pueblos prehispánicos, al tiempo que conservó sus valores y constantes culturales, los aplicó con soluciones nuevas y en armonía con materiales, técnicas y necesidades contemporáneas”, dice el equipo del museo.
Estadio Azteca, 1966
Diseñado en colaboración con el arquitecto Rafael Mijares Alcérreca, el Estadio Azteca fue construido como parte de la estrategia para obtener la sede de la Copa Mundial de 1970. La fachada se compone de columnas de concreto reforzado que soportan el sistema de gradas de concreto, así como el techo de acero laminado. “La arquitectura del estadio es contemporánea, sigue vigente en aspecto y en todo”, le dijo Ramírez Vázquez a Mediotiempo en el 40º aniversario del estadio.
Nueva Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, 1976
Ante el deterioro estructural y la falta de espacio para peregrinos en la Basílica de Guadalupe–que data de principios del siglo XVII–se decidió construir un nuevo recinto religioso. Construida con hormigón armado para la estructura de la cubierta, su característico color turquesa proviene de las láminas de cobre usadas para su recubrimiento. Este templo se ubica al norte de la Ciudad de México y destaca por su planta circular, que puede albergar hasta a 10,000 personas.
Centro Cultural Tijuana, 1982
Si bien sus obras más representativas se encuentran en la Ciudad de México, Ramírez Vázquez también diseñó edificios para otras ciudades. Entre ellas destaca el Centro Cultural Tijuana, que desde su inauguración en 1982 se convirtió en un ícono arquitectónico de esta ciudad fronteriza. Creado en colaboración Manuel Rosen Morrison, el boceto inicial fue proyectado sobre un lote de 35,445 metros cuadrados. Este recinto tiene salas de cine, museos, salas para espectáculos y espacios de exhibición.
Museo de Templo Mayor, 1987
Creado para albergar las piezas arqueológicas descubiertas en las excavaciones del Templo Mayor, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el diseño de Ramírez Vázquez para el museo de sitio recrea la dualidad al corazón de este centro religioso mexica: vida y muerte, agua y guerra, símbolos de Tláloc en el área norte y Huitzilopochtli en la sección sur, creando en sí mismo un diálogo entre el pasado y el presente de México.
Museo Olímpico (Lausana, Suiza), 1993
Entre las obras internacionales de Pedro Ramírez Vázquez (quien formó parte del Comité Olímpico Internacional y ayudó a llevar los Juegos Olímpicos de 1968 a la ciudad de México) destaca el Museo Olímpico ubicado en Lausana, en el oeste de Suiza. Concebido en colaboración con el arquitecto suizo Jean-Pierre Cahen, este recinto de 3,000 metros cuadrados divididos en tres plantas exhibe obras de arte, artefactos históricos, documentos, videos y todo tipo de objetos relacionados con la justa olímpica.
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