De día, Santiago Olay trabaja como marino en un gran buque mercante. Pero al caer la noche, Olay explora su pasión por la fotografía al tomar increíbles imágenes del cielo. Luchando contra el movimiento y las vibraciones, este fotógrafo ha perfeccionado un método que le permite conseguir hermosas fotos de la Vía Láctea.
Este marino español se interesó por la fotografía desde que era pequeño gracias a su padre, un verdadero hombre renacentista que era ingeniero de profesión pero que se desarrolló en muchos otros campos. Tras iniciarse en la fotografía digital hace algunos años, Olay compró una Nikon D750, que ahora lo acompaña en sus viajes por el océano. Cuando está en mar abierto, suele enfocar su lente en las estrellas y el cielo nocturno.
Aunque las imágenes de Olay son realmente espectaculares, capturar este tipo de astrofotografía de larga exposición desde un buque no es una tarea sencilla. “La parte más difícil de fotografiar este tipo de largas exposiciones es que tienes que lidiar con los movimientos inherentes al barco y las vibraciones producidas por el sistema de propulsión”, comparte el talentoso fotógrafo con My Modern Met. “Para lidiar con esto sólo hay unas pocas cosas que puedes hacer. Tienes que esperar a que las condiciones climáticas sean las apropiadas, ajustar la velocidad del obturador dependiendo de los movimientos residuales de la nave y las condiciones del cielo, y tomar tantas fotos como sea posible”.
Para ayudar a minimizar los movimientos, Olay sostiene la cámara con una mano mientras está montada en un tripié. Esto le permite amortiguar las vibraciones sin perder flexibilidad en la composición de sus fotografías. Aunque también podría lograr esto dejando el tripié de lado y sujetando la cámara contra una superficie sólida, el fotógrafo señala que el diseño de la nave limita las posiciones de estas superficies y por lo tanto sus opciones de composición serían bastante limitadas.
Por cuestiones de seguridad, Olay también está limitado a ciertas áreas del barco para realizar sus sesiones nocturnas. “Estamos en un buque de carga peligroso, así que sólo puedo usar la cámara de una zona no peligrosa, que está designada a través de un plan de zonas peligrosas específico, y también uso un detector de gases portátil sólo para estar seguro”, explica.
Dadas sus limitaciones, lo que Olay es capaz de conseguir es realmente increíble. Y aunque comenzó a tomar estas fotografías para enviarlas a sus amigos y familiares, ha visto la reacción positiva que han tenido y esto ha hecho que comparta más tomas con el público. Ahora que ha empezado a publicar fotos regularmente en su Instagram, también ha descubierto una hermosa conexión entre su trabajo y su hobby.
“Me gusta la idea de que la gente sepa un poco más sobre nosotros los marinos y nuestra vida a bordo, ya que también somos un importante eslabón de la cadena de suministro”, comparte Olay. “Nuestra profesión a menudo es poco conocida y siempre está sujeta a viejos mitos, leyendas y estereotipos, que están muy lejos de la vida en un barco hoy en día. Una vez que ven las fotos, a mucha gente le da curiosidad y hace preguntas sobre nuestra vida a bordo y cosas de ese tipo, y yo trato de responder y explicarlas lo mejor posible. Su respuesta es siempre muy buena y amable, así que mi satisfacción es doble, ya que disfrutan de mis fotos pero también me gusta la interacción”.
Los comentarios positivos también han impulsado a Olay a seguir con su fotografía a bordo y a mejorar sus habilidades, así que no podemos esperar para ver más fotos deslumbrantes en su Instagram.