Como una de las ciudades más visitadas del mundo, París posee características únicas que la definen. Además del amor, la luz y los croissants, también es conocida por la belleza distintiva de sus edificios. Desde encantadores letreros art nouveau hasta sus espectaculares catedrales góticas, la capital muestra la arquitectura francesa en su máximo esplendor—con la emblemática Torre Eiffel a la cabeza, por supuesto.
Si bien la mayoría de la gente reconocerá la Torre Eiffel como el símbolo extraoficial de París, no muchos conocen su historia única y sus inicios controvertidos. Aquí exploraremos la historia detrás de esta construcción emblemática que ha coronado el paisaje urbano de París por más de 125 años.
¿Por qué se construyó la Torre Eiffel?
Eiffel et Compagnie, una compañía del arquitecto e ingeniero francés Alexandre-Gustave Eiffel, diseñó y construyó la torre de hierro para la Exposición Universal de 1889.
Seleccionada entre más de 100 propuestas, la torre funcionaría como entrada al evento, donde personas de todo el mundo se reunirían para experimentar sus atracciones de vanguardia, que iban desde espectáculos teatrales y musicales hasta inventos innovadores y descubrimientos científicos.
Diseño
El diseño básico de la torre fue presentado a Eiffel por los ingenieros de Eiffel et Compagnie Maurice Koechlin y Émile Nouguier. Ellos imaginaron “un gran pilón, compuesto por cuatro vigas de celosía que se separan en la base y se unen en la parte superior, unidas por cerchas metálicas en intervalos regulares”.
Esta estética inusual fue retratada por Koechlin en un boceto temprano de 1884:
Eiffel estuvo de acuerdo con construir su visión. Él, junto con un equipo de ingenieros y arquitectos de alto nivel—incluyendo a Koechlin, Nouguier y Stephen Sauvestre, quien diseñó los famosos arcos de la torre—visualizaron una torre de tres niveles y 300 metros de altura hecha de hierro forjado.Además de mostrar sus habilidades como ingeniero, Eiffel tenía la intención de conmemorar la Revolución francesa con su torre, ya que la Feria Mundial tendría lugar 100 años después de su inicio. Así, para Eiffel, el edificio era mucho más que una entrada; era “una expresión de la gratitud de Francia”.