A lo largo de la historia, cientos de artistas han encontrado inspiración en Venus, la diosa romana del amor. Derivada de Afrodita–una deidad prominente en la mitología griega antigua–Venus era una figura central en el panteón romano, y, por lo tanto, en el arte de la época. Si bien la Venus de Milo del siglo II a.C. es quizás la escultura más conocida de esta diosa, no es la más antigua; de hecho, ese título le pertenece a la Venus de Willendorf, una pieza que precede al mito en sí por más de 20,000 años.
Descubierta a principios del siglo XX, a esta pequeña estatuilla se le dio este título retroactivamente con base en la creencia de que se trataba de una escultura de la fertilidad. Si bien esta hipótesis se ha mantenido durante años, los historiadores, arqueólogos y otros expertos no están totalmente seguros de lo que representa, su propósito o incluso sus orígenes, lo que hace que esta escultura sea una de las más misteriosas del mundo.
La Venus de Willendorf
La Venus de Willendorf es una figura tallada de 11.17 cm descubierta en Willendorf, Austria. Se cree que fue creada entre 30,000 y 25,000 a. C., lo que la convierte en una de las obras de arte más antiguas conocidas del mundo.
Tallada en piedra caliza matizada con ocre rojo, la estatuilla representa a una mujer desnuda. Aunque no tiene rostro, la corona de la cabeza de la figura está decorada con un motivo repetitivo que se asemeja a un peinado trenzado o un tocado estampado. Sin embargo, aún más fascinante que la decisión del escultor o escultora de dejar a la figura sin rostro, es la forma en la que retrató cuerpo, exagerando las proporciones y haciendo énfasis en elementos asociados con la reproducción sexual y la fertilidad.
Debido a los prominentes senos, el abdomen redondeado y las caderas bien formadas de la figura, muchos investigadores han concluido con el tiempo que la talla era una figura sobre la fertilidad, o “estatuilla de Venus”.
¿Qué son las estatuas de Venus?
Las figuras o estatuas de Venus son pequeñas estatuillas de una figura femenina creada durante la era del Paleolítico Superior. Si bien los detalles que rodean los orígenes de las figuras son dudosos, la mayoría de los historiadores creen que cumplieron un propósito ritual y probablemente representaban ideas relacionadas con la fertilidad, incluida la feminidad, las diosas y el erotismo.
Hasta hoy, 144 estatuillas de la fertilidad han sido encontradas en Europa y Asia. Si bien no todas estas estatuillas comparten las voluptuosas características de la Venus de Willendorf', están presentes en la mayoría. Esto se debe a que, durante la Edad de Piedra, dicha apariencia estaba inherentemente vinculada a la capacidad de una mujer para concebir, lo que hacía que una mujer robusta fuera un sujeto ideal para un escultor interesado en la fertilidad.
“Las personas que hicieron esta figura vivían en el ambiente hostil de la edad de hielo, donde las características de gordura y fertilidad habrían sido muy deseables”, explica PBS. “Entonces, en términos de personas paleolíticas, las partes que más importaban tenían que ver con una reproducción exitosa: los senos y la región pélvica. Por lo tanto, estas partes fueron aisladas y amplificadas por el cerebro del artista”.
Debido a la naturaleza sexualmente cargada de estas estatuillas, Paul Hurault—un arqueólogo aficionado que descubrió una de estas figuras en 1864—optó por nombrarla en honor a Venus, la diosa del amor, la belleza, el deseo y el sexo.
Aunque esta denominación en realidad era algo irónica (Hurault llamó a la pieza de marfil que él descubrió Venus Impudique, o “Venus impúdica”, un juego de palabras en alusión a Venus pudica, una pose encontrada en el arte clásico), el nombre se quedó, y la Venus de Willendorf recibió un título similar cuando fue desenterrada casi 50 años después.
El descubrimiento y legado de la Venus de Willendorf
El 7 de agosto de 1908, Johann Veran descubrió la pequeña estatua mientras participaba en excavaciones en un sitio paleolítico cerca de Willendorf, un pueblo austríaco. Inicialmente, los arqueólogos determinaron que la escultura databa de alrededor de 10,000 a. C. Sin embargo, estudios posteriores han apuntado a un origen cada vez más antiguo.
En la década de 1970, los investigadores concluyeron que tenía alrededor de 20,000 años. Sin embargo, después de un análisis de 1990 de las capas de roca en las que se encontró la pieza, la fecha cambió de 25,000 a 30,000 a. C., la hipótesis más aceptada en la actualidad.
Además de su antigüedad, la Venus de Willendorf es paradójicamente celebrada por el misterio que lo rodea. Aunque se sabe poco sobre sus orígenes, ha llegado a ser no solo una de las piezas más importantes del Naturhistorisches Museum (Museo de historia natural de Viena), sino de toda la historia del arte.
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