Los megalitos son grandes monumentos de piedras construidos por pueblos prehistóricos. Quizá el ejemplo más famoso de una estructura megalítica sea Stonehenge, en Inglaterra. Sin embargo, se pueden encontrar antiguas (y a menudo misteriosas) estructuras de piedra en toda Europa. En 2019, un verano inusualmente seco hizo que las aguas del embalse de Valdecañas se retiraran, dejando al descubierto un monumento que ha llegado a ser considerado el “Stonehenge español.” Los satélites de la NASA captaron imágenes de las piedras expuestas, conocidas como el dolmen de Guadalperal, que los expertos sospechan pudo ser construido en algún momento del segundo o tercer milenio a.C.
El dolmen de Guadalperal es un conjunto de 150 grandes piedras de granito dispuestas en una estructura circular con lo que parece ser una entrada custodiada por un menhir (piedra alargada colocada en vertical) tallado con motivos de serpientes y copas. El término dolmen se utiliza normalmente para describir una estructura antigua en la que las piedras en pie sostienen una gran piedra horizontal para crear una cámara, una estructura utilizada a menudo para las tumbas del Neolítico temprano. Es probable que el dolmen de Guadalperal tuviera un techo en forma de cúpula y que la cámara interior funcionara como tumba, lugar religioso o puesto comercial a lo largo del río Tajo, en el sureste de España.
Este antiguo yacimiento fue descubierto en 1926 por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier, quien también encontró artefactos de los presuntos constructores del monumento que sugieren que vivieron cerca durante su construcción. En 1963, bajo el gobierno de Francisco Franco, el gobierno inundó la zona que contenía el Dolmen para crear el embalse de Valdecañas. Solo las puntas de los megalitos más grandes eran visibles por encima del agua hasta que una fuerte sequía afectó a Europa en el verano de 2019. Con un bajísimo nivel de agua, el dolmen emergió en su totalidad por primera vez en décadas.
El cambio drástico en los niveles de agua y la aparición del monumento fueron captados por los satélites Operational Land Imager de la NASA. Entre 2013 y 2019 se aprecia un gran cambio en la profundidad del embalse. El dolmen de Guadalperal—sumergido durante décadas—volvió a ser visible. Los grabados del monumento se han erosionado durante el tiempo que lleva sumergido; el agua es dura con las piedras porosas. Algunos residentes locales han abogado por trasladar las piedras para recrear el monumento en un territorio más seguro. Este paso, argumentan, preservaría el monumento, promovería el turismo y mostraría con orgullo la historia prehistórica de España. Por ahora, el dolmen se mantendrá en su sitio, ya que los expertos consideran que el traslado podría suponer una “pérdida irreversible del contexto histórico-arqueológico”.
El dolmen de Guadalperal es un monumento megalítico en Extremadura que ha sido llamado el “Stonehenge español”.
Descubierto en 1929, quedó posteriormente sumergido bajo las aguas tras la creación del embalse de Valdecañas en 1963.
La sequía del verano de 2019 hizo que los niveles de agua descendieran a mínimos históricos, dejando al descubierto el dolmen en su totalidad.
Este inusual suceso fue captado por los satélites de la NASA y ha animado a los lugareños a abogar por el traslado del monumento lejos de las condiciones corrosivas.
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