En los primeros años de la fotografía, los retratos de personas eran escasos, pero tenían una cosa en común: expresiones serias. Hoy en día, uno espera ver un rostro sin emociones en estas fotografías antiguas, por lo que el reciente descubrimiento de una imagen de una joven sonriente de hace casi 130 años de antigüedad es verdaderamente inusual y totalmente fascinante. La fotografía de 1894, en la que aparece una niña nativa americana llamada O-0-dee del pueblo kiowa, fue encontrada en una subasta en 2019 y ahora es propiedad del Instituto Smithsoniano.
Desde su descubrimiento en la colección de George W. Brentz, la brillante sonrisa de O-o-dee ha cautivado a personas de todo el mundo a través de las redes sociales. Un usuario de Reddit comenta: “Wow. Lo que puede hacer una sonrisa. De repente parece que esta foto fue tomada mucho más recientemente.” Otro dice: “Una foto genial. Creo que esta es la primera vez que veo una foto antigua de alguien sonriendo”.
Pero, ¿por qué la mayoría de las fotos de esta época muestran a gente seria? Existen muchas teorías sobre por qué la gente no sonreía en las fotografías históricas. Aunque los largos tiempos de exposición para capturar estas fotos hacían que sonreír fuera poco práctico—imagina tener que mantener una sonrisa durante más de treinta segundos—esto no es lo único que explica la seriedad de nuestros bisabuelos. A finales del siglo XIX, la fotografía aún se inspiraba en la pintura de retratos, así que cuando la gente posaba para las fotos emulaba los rostros decididos de los retratos pintados.
El retrato de O-o-dee se aleja de esta tradición, y muestra su brillante sonrisa al espectador. Su tradicional vestido de piel decorado con hueso de alce honra sus raíces indígenas, y muestra la habilidad artística de la tribu kiowa. Su sonrisa es realmente efervescente, y casi podría ser una joven de hoy en día. Lo que hace que esta fotografía sea aún más especial es que documenta a una persona de un grupo cuyas historias han sido olvidadas. Lamentablemente, las mujeres indígenas siguen estando subrepresentadas en la narrativa histórica, y a menudo sus voces se pierden en favor de otras comunidades más poderosas. El rostro sonriente de O-o-dee nos muestra un pedazo de la vida de un grupo de personas que, a pesar de que se les ha quitado tanto, continúa perseverando.
h/t: [PetaPixel]
Todas las imágenes vía el Archivo Antropológico Nacional del Instituto Smithsoniano.
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