Pablo Picasso, uno de los artistas más famosos de la historia del arte occidental, es conocido por su larga y prolífica carrera que abarcó 79 años y numerosas disciplinas. Su pintura, en particular, pasó por numerosas evoluciones estilísticas, explorando desde el cubismo hasta el surrealismo. Y aunque gran parte de su obra pictórica es recordada por su afán de romper con todas las convenciones, solo una es conocida por su poderoso mensaje antibélico: Guernica, de 1937.
Esta obra monumental de 7.7 metros de largo y 3.5 de ancho es fascinante gracias a su escala, composición e inusual paleta en tonos grises. El sombrío cuadro está inspirado en el bombardeo nazista de Guernica, un pueblo vasco al norte de España, durante la guerra civil española. Con el paso del tiempo, el Guernica no solo se ha convertido en la obra más representativa de Picasso, sino también en un poderoso recordatorio del terrible daño y sufrimiento que inflige la guerra a los seres humanos.
Aquí te presentamos el contexto histórico del Guernica, y después analizaremos el simbolismo antibélico de estas trascendental pintura.
¿Quién fue Picasso?
Picasso (1881 – 1973) fue un prodigio que inició su carrera artística a los trece años. A medida que continuaba produciendo arte, su enfoque realista y académico hacia la pintura se desvaneció, mientras que otros estilos más imaginativos se hicieron cada vez más prominentes. Su obra puede dividirse en ocho periodos diferentes: el realista, el periodo azul, el periodo rosa, el africano, el cubismo, el surrealismo, el neoclasicismo y su obra posterior. Picasso utilizó cada uno de estos enfoques distintos para explorar la estética, los temas figurativos, las emociones y la realidad. Se le considera una de las figuras más influyentes del arte moderno.
Contexto histórico y el bombardeo de Guernica
En el año 1937, Picasso —quien entonces se encontraba viviendo y trabajando en Francia— recibió un encargo del Gobierno republicano español para realizar una pintura para el Pabellón Español en la Exposición Internacional de París.
En ese entonces, España se encontraba sumida en una brutal guerra civil. Un año antes, una parte del Ejército liderada por el general Francisco Franco se había rebelado en contra el gobierno de la Segunda República, ocasionando un atroz conflicto armado. El País Vasco era un bastión del bando republicano; sin embargo, el pequeño pueblo de Guernica, de unos 10,000 habitantes, contaba con una población mayoritariamente civil y no tenía defensas antiaéreas.
El 26 de abril de 1937, y con el apoyo de los gobiernos fascistas de Alemania e Italia, el general Francisco Franco ordenó el bombardeo de Guernica. Los aviones arremetieron contra la ciudad, lanzando más de 1,300 kilos de bombas durante tres horas. Guernica quedó reducida a escombros: el 70% de los edificios de la ciudad fueron destruidos por los incendios causados por las bombas, y el 20% quedaron gravemente dañados. Además, se estima que murieron entre 120 y 300 civiles durante el ataque.
Las dramáticas fotos del bombardeo fueron publicadas en diferentes diarios de todo el mundo. La atrocidad y y el horror que Pablo Picasso vio en las imágenes lo impulsaron a pintar una obra a gran escala sobre esta tragedia. La pintura quedó terminada en solo 35 días.
Análisis del Guernica
Composición
Dado que el encargo estaba planeado como un mural para la Exposición Universal, el Guernica se concibió como una pintura de gran tamaño sobre lienzo (7.7 metros de largo y 3.5 de ancho). Picasso usó una paleta polícroma donde predominan el blanco, el negro, y una gama de grises, dándole al cuadro un aspecto sobrio y lleno de contrastes.
El Guernica muestra las consecuencias inmediatas del bombardeo en un espacio contenido. El historiador de arte inglés Anthony Blunt divide a las figuras de la pintura en dos grupos. Por un lado están los animales, que se ubican en el lado izquierdo del lienzo: un toro que gira el rostro hacia el espectador, un caballo herido y una tenue paloma colocada entre ambos. El segundo grupo está conformado por los seres humanos, que incluye a varias mujeres y un soldado muerto. Una de las mujeres sostiene una lámpara mientras se asoma por la ventana; otra sostiene a su hijo muerto mientras suelta un alarido desgarrador. Una más entra corriendo desde la derecha, y, finalmente, una mujer alza los brazos al cielo frente a una casa en llamas.
Estilo
El artista mezcla elementos cubistas y expresionistas para dar vida a una escena en la que reina el caos: las figuras parecen estar en medio de un movimiento frenético, huyendo de un peligro inminente. Casi todas las figuras están unas encima de otras, creando más formas y narrativas con el espacio extra. A pesar de su título, no vemos bombas, aviones, ni referencias concretas a Guernica; así, en vez de crear un cuadro narrativo, Picasso pintó una escena simbólica, representando la barbarie de la guerra a nivel universal.
Simbolismo
Aunque el mensaje antibélico del Guernica es claro, el simbolismo específico de los diferentes elementos de la pintura aún es debatido. El toro y el caballo, por ejemplo, aparecen numerosas veces en la obra de Picasso; sin embargo, algunos historiadores del arte tienen la teoría de que son personajes importantes que podrían representar personas o ideales.
Otros han señalado que el uso de la escala de grises inspira desolación y tormento y que la composición abarrotada y caótica hace referencia a la opresión. Asimismo, las formas retorcidas de los cuerpos se han interpretado como una protesta ante la adversidad, el fuego se ve como el poder destructivo de la guerra y el brazo desmembrado que sostiene la espada rota es representativo de la derrota del pueblo.
Dicho todo esto, en realidad no existe una sola interpretación correcta de estos símbolos. “Más allá de lo que digan los expertos, es interesante escuchar a las personas que no lo son”, dice José Lebrero, director del Museo Picasso de Málaga, “porque si hay algo que hace estas grandes obras tan especiales, es que trascienden cualquier discurso culto o retórica histórico-artística; nos llevan a unas dimensiones y a un espacio que tienen muchas lecturas. Yo, más que decir lo que es Guernica, intentaría escuchar lo que otra persona cree que es”.
Legado del Guernica
Tras la Exposición de París, el Guernica viajó a diferentes ciudades en Europa y Estados Unidos para hacer conciencia sobre la guerra civil española. Como España ya estaba bajo la dictadura militar de Franco, Picasso optó por dejar que el Guernica quedara bajo custodia del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Sin embargo, el artista expresó su deseo de que el cuadro fuera devuelto a España una vez que se restablecieran las libertades democráticas. Finalmente, en 1981, la pintura fue trasladada de regreso a su país.
Hoy en día puede verse en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Este artículo ha sido editado y actualizado.
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