En nuestro planeta aún hay rincones indómitos que bien podrían ser escenarios de historias mágicas; la clase de lugar donde esperarías encontrar hadas, a Bilbo Bolsón o espíritus del bosque. Las Islas Feroe son uno de estos lugares. Sus prados ondulados y verdes, laderas espectaculares y acantilados escarpados podrían conquistar el corazón de cualquier viajero. La belleza natural de este remoto archipiélago en el Atlántico Norte sin duda encantó al fotógrafo de paisajes Lazar Gintchin, cuyas imágenes de las islas ofrecen una ventana a un sitio exuberante y lleno de tesoros.
Ubicadas a 320 kilómetros al noroeste de Escocia, las islas Feroe tienen una superficie de 1393 kilómetros cuadrados y una población de poco más de 53,000 personas. Son un territorio autónomo de Dinamarca con una larga historia de asentamientos nórdicos. Las islas son sorprendentemente templadas ya que la corriente del golfo mantiene las temperaturas extremas bajo control. Tienen un ecosistema diverso, tipo tundra, con muchas plantas, pocos árboles y una gran diversidad de aves marinas. Fueron estos detalles los que hicieron viajar a Gintchin en busca de lo que él llama “arte en vivo”.
Como fotógrafo de bellas artes, Gintchin busca vistas majestuosas para plasmarlas con su cámara. Transformadas en impresiones artísticas de alta calidad, estas imágenes sirven como ventanas al mundo. La profundidad y el detalle son los objetivos de Gintchin, quien comenzó a dedicarse a la fotografía de paisajes cuando era joven en su natal Bulgaria. Desde sus primeras aventuras reas la lente en las montañas Pirin hasta sus viajes alrededor del mundo, Gintchin ha fotografiado bosques de álamos, cañones del desierto y puestas de sol. Hoy, el fotógrafo vive en Colorado con su familia. Puedes seguir su trabajo y sus viajes en Instagram y sitio web, donde también tiene impresiones a la venta.