Los relojes derretidos, retomados
Aunque Dalí completó La persistencia de la memoria con tan sólo 28 años, el pintor retomó el popular motivo del reloj derretido en diversas ocasiones. Este tema está presente en varias piezas pintadas, impresas y esculpidas a lo largo de la carrera del artista.
Pintura
Dalí creó La desintegración de la persistencia de la memoria en 1954. Como es evidente tanto por su título como por su contenido, la pintura es una reinterpretación de la famosa pintura. Mientras que la composición es más o menos la misma, la escena se ha sumergido en el agua y el primer plano se encuentra cubierto de bloques. Además, aunque los “relojes blandos”, el árbol desnudo, la forma de cara y la costa escarpada aparecen en la pieza, Dalí también introdujo varios elementos nuevos—incluyendo un pez y varios cuernos con forma de misiles.
Para Dalí, retomar temáticas existentes era un aspecto intrínseco de su arte. Como él mismo afirmaba: “Los que no quieren imitar nada, no producen nada”.
La desintegración de la persistencia de la memoria, 1954
Litografías
Dalí también incluyó iconografía de La persistencia de la memoria en sus litografías posteriores. Específicamente, incorporó relojes derretidos en Time Suite, una serie de grabados. Creada en 1976, esta colección se inspira en la joyería e incluye seis litografías: Tear of Time, Stillness of Time, Desert Watch, Desert Bracelet, American Clock y Barometer Woman.
Escultura
Además de la pintura, Dalí también es conocido por sus esculturas surrealistas. A lo largo de su carrera, diseñó varias obras escultóricas inspiradas en sus relojes derretidos. Hoy en día, varias reproducciones en edición limitada de estas piezas aún están a la venta, y existen versiones a gran escala que se instalan en áreas públicas para que todos puedan disfrutarlas.
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La persistencia de la memoria hoy
La persistencia de la memoria se encuentra en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York desde 1934. La curiosa pintura tiene una procedencia desconcertante, ya que llegó al museo como un regalo de un donante anónimo. Gracias a esta misteriosa donación, La persistencia de la memoria ha sido un punto focal de las colecciones del museo por más de 80 años—y, sin duda, permanecerá en la colección por muchos años más.
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