Después de un siglo lejos de Costa Rica, 1,305 artefactos históricos por fin volvieron a casa. Estos objetos, que incluyen piezas raras de cerámica y piedra, habían sido conservados por mucho tiempo en el Museo de Brooklyn, una institución neoyorquina que obtuvo las reliquias de la colección del magnate ferroviario estadounidense Minor Keith, quien las adquirió a finales del siglo XIX y principios del XX. Esta devolución de objetos prehispánicos, que no fue solicitada por Costa Rica, es una acción digna de reconocerse dado que muchos museos luchan con la repatriación de artículos adquiridos a través del colonialismo, la explotación y la conquista, como es el caso del penacho de Moctezuma.
Esta colección de artefactos incluye piezas de más de 2,000 años de antigüedad hechas por las antiguas civilizaciones de Centroamérica. Entre los objetos devueltos a Costa Rica se encuentran parte de una lápida importante y un jarrón pintado con líneas de cera. Hasta hace poco, estos elementos se encontraban en las colecciones del Museo de Brooklyn junto con muchas otras piezas de la región. Conocida como la “colección Keith”, estos artículos y miles más fueron sacados de America Central por este coleccionista.
A principios del siglo XX, Keith era dueño de plantaciones de plátano en Costa Rica y explotaba a los habitantes locales. Su uso abusivo de la mano de obra fue paralelo a la constante exportación de artefactos a los Estados Unidos. Para 1938, había tomado alrededor de 16,000 artefactos. Afortunadamente, en 1938 se promulgó una ley para ayudar a prevenir la pérdida de piezas históricas a manos de los coleccionistas extranjeros. Tales leyes, aunque no siempre son efectivas, pueden usarse como medios legales para recuperar artefactos robados en años posteriores.
Si bien la ley no se aplica a las colecciones tomadas por Keith, el Museo de Brooklyn afirma haberse interesado en devolver los artículos de todos modos. Un primer lote fue devuelto en 2011, y el más reciente envío tardó tres años en coordinarse. Los objetos fueron removidos de la colección, catalogados, empacados y enviados cuidadosamente por mar. Las piezas fueron recibidas por el Museo Nacional de Costa Rica, que ha iniciado su propia catalogación de las piezas recién llegadas. Sylvie Durán, Ministra de Cultura y Juventud, destacó la importancia de estos objetos repatriados como evidencia de miles de años de historia costarricense. Durán agregó en un comunicado del museo: “Agradecemos profundamente al Museo de Brooklyn la apertura para la devolución de estas piezas al país, y, desde luego, al Museo Nacional de Costa Rica, por encabezar con esmero este proceso de recuperación”.
La actual repatriación de objetos adquiridos por medios injustos es irregular y, a menudo, polémica. Si bien algunos museos devuelven voluntariamente los artefactos, otros deben ser demandados por los artículos (e incluso los restos humanos) que permanecen en sus colecciones. Qué devolver, cuándo hacerlo y a quién siguen siendo puntos de debate. Como lo destacó Javier Fallas, arqueólogo del Museo Nacional, esto hace que la decisión del Museo de Brooklyn de devolver libremente los artículos sea bastante inusual. Fallas le dijo a Reuters: “No sabemos por qué lo hicieron, pero es algo muy bueno y atípico en el mundo”.
El Museo de Brooklyn ha devuelto más de 1,000 artefactos tomados de Costa Rica por un magnate de principios del siglo XX.
Los artefactos fueron sacados de Costa Rica antes de que se estableciera una ley para proteger el patrimonio histórico.
Los artículos son parte de un esfuerzo para definir los términos de la repatriación: la devolución de los artículos tomados durante tiempos de colonización y explotación.
h/t: [Reuters, The Smithsonian]
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