Aunque se ha convertido en un símbolo prehispánico, esta pieza también es una de las más controvertidas: específicamente, porque desde hace siglos está en posesión del gobierno de Austria. La pertenencia del penacho ha sido un punto delicado en las relaciones diplomáticas entre México y Austria desde hace tiempo. Aún así, se mantiene en posesión de este gobierno europeo, y sigue siendo una de las piezas centrales del Museo de Etnología de Viena. Pero ¿cómo acabó allí?
¿Qué es el penacho de Moctezuma?
El penacho de Moctezuma, conocido oficialmente como penacho del México antiguo, es un quetzalapanecáyotl—un aditamento prehispánico hecho de plumas de quetzal. Además de las características plumas esmeralda de esta ave, el tocado incluye plumas cafés de pájaro vaquero, rojas de espátula y azules de charlador turquesa, así como 1500 piezas de oro, plata y cobre con tres formas principales: medias lunas, discos y escamas.Contrario a lo que podría sugerir su nombre, el penacho no era la corona de Moctezuma. Los emperadores aztecas utilizaban una especie de tiara de oro llamada copilli, que se ataba en la nuca y terminaba en punta sobre la frente. Aunque aún no se tiene un consenso general, se cree que el penacho pudo haber tenido un fin ceremonial y religioso.
De México a Austria
Se cree que el penacho del México antiguo llegó al Viejo Mundo a manos del conquistador Hernán Cortés. Según varios historiadores, el artefacto pudo ser un regalo del gobernante mexica Moctezuma Xocoyotzin tras la llegada del explorador español a las costas mexicanas a principios del siglo XVI. El penacho recibe su nombre más conocido de esta teoría, aunque no existen pruebas concretas de que el artefacto en realidad haya sido usado por el tlatoani.
Sea cual sea su origen, sabemos que Cortés obsequió el ornamentado penacho al rey Carlos I de España y V de Alemania, de la Casa de Habsburgo. Después de esto, no se supo nada del penacho hasta que fue registrado en el inventario de bienes del archiduque Fernando II de Habsburgo—pariente de Carlos I—tras su muerte en 1595. Después, entre 1799 y 1802, el penacho fue trasladado al Castillo de Ambras con otros artefactos para protegerlos durante las guerras napoleónicas. Finalmente llegó a Viena en 1806, y 72 años después pasaría a ser oficialmente propiedad del Estado austriaco.
¿Podrá volver a México?
A lo largo de los siglos, muchas personas—tanto en México como en Austria—han intentado lograr que el penacho regrese a su país de origen. México ha pedido la devolución de la pieza en varias ocasiones, y en 2011 estuvo a punto de concretarse. En ese entonces, el gobierno mexicano ofreció enviar a Austria el carruaje del emperador Maximiliano de Habsurgo como parte de un intercambio temporal. Sin embargo, el acuerdo nunca se concretó. Adicionalmente, un grupo de especialistas mexicanos y austriacos realizó la restauración del penacho entre 2010 y 2012, y concluyeron que su traslado sería imposible debido a su fragilidad ante cualquier tipo de vibración.El gobierno mexicano volvió a solicitar su traslado en 2020, en el marco de los 200 años desde la Independencia, los 500 años desde la conquista española y los 700 desde la fundación de Tenochtitlán. Sin embargo, el curador del Museo Etnológico de Viena, Gerard van Bussel, señaló que tendrían que pasar diez años antes de que el penacho pudiera ser trasladado, ya que cualquier vibración en el aire podría destruirlo. “Me gustaría conocer a la persona dispuesta a asumir esa responsabilidad”, dijo.
Aunque es una noticia triste para los mexicanos amantes de la historia, no debes preocuparte mucho si no planeas viajar a Viena pronto. En 1940, un artista mexicano realizó una réplica del penacho de Moctezuma, que hoy en día se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. Si bien no es idéntico al original—ya que el artista tuvo que trabajar a partir de imágenes de archivo—sigue siendo una gran manera de acercarnos a las maravillas del México antiguo.
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