La moderna y rica estética del aclamado arquitecto japonés Tadao Ando no tiene par. Al equilibrar los aspectos del modernismo con los principios de diseño japonés, Ando es una de las mentes más brillantes de la arquitectura contemporánea.
Sus logros incluyen ganar el Premio Pritzker de 1995, pero su carrera resulta aún más impresionante cuando se tiene en mente que Ando es en buena medida autodidacta. Nacido en Osaka en 1941, el arquitecto trabajó como boxeador profesional y conductor de camiones antes de ser aprendiz de carpintero y dedicarse al diseño. Después de enfrentar rechazos continuos por parte de sus clientes de carpintería, a quienes quería cautivar con sus diseños, Ando decidió aprender sobre arquitectura por su cuenta, devorando la lista de lectura que reciben los estudiantes universitarios de esta disciplina. Lo que estaba destinado a ser leído a lo largo de cuatro años le tomó uno. Además, se inscribió cursos de educación a distancia en dibujo para prepararse.
El arquitecto ha mantenido su obstinación y tenacidad a lo largo de los años, permitiéndole mantenerse enfocado en la visión singular que define su arquitectura. Su estudio de arquitectura, fundado en 1969, tiene su sede en Osaka, oponiéndose a la idea de que los arquitectos deben mudarse a Tokio para alcanzar el éxito. Si bien gran parte de su trabajo está en Osaka y en sus alrededores, también ha trabajado en el extranjero con varios proyectos importantes, como el Museo de Arte Moderno de Fort Worth en Texas y 152 Elizabeth, una torre residencial en Nueva York.
Entonces, ¿qué define la arquitectura de Tadao Ando? Inspirado por arquitectos como Le Corbusier y tras sumergirse en la arquitectura clásica, el japonés continuamente se esfuerza por crear y trascender lo que ya existe. “La importancia real de la arquitectura es su capacidad de conmover profundamente los corazones de las personas, por lo que siempre trato de construir espacios donde las personas puedan reunirse e interactuar entre sí”, dijo en una entrevista con PORT Magazine.
Características de la arquitectura de Tadao Ando
Materiales
Una de las características del trabajo de Tadao Ando es su uso del concreto. Lo que distingue su uso de este material ordinario es el acabado suave y casi reflectante que puede lograr. Combinado con paredes desnudas y minimalistas, este elemento le permite concentrarse en la forma del edificio, pues para él, es ahí donde reside el impacto emocional de la arquitectura. Ando obtiene este característico acabado barnizando las formas antes de que comience el vertido.
Su icónica Iglesia de la Luz, construida en 1989 y ubicada a las afueras de Osaka, es un excelente ejemplo del poder de la simplicidad. Compuesto por un cubo de cemento perforado por la luz que atraviesa una rendija cruciforme, ha sido señalada por el propio Ando como una construcción que encarna los elementos clave de su arquitectura.
Geometria
“Creo que el poder emocional de la arquitectura proviene de la forma en la introducimos elementos naturales en el espacio arquitectónico. Por lo tanto, en lugar de hacer formas elaboradas, elijo la geometría simples para crear juegos de luces y sombras delicados pero dramáticos en el espacio”.Esta filosofía siempre está presente en la obra de Ando. Su Casa Row de 1976 en Sumiyoshi, o Casa Azuma, es una de sus primeras obras, pero expone su maestría en el manejo de las formas. La pequeña casa consta de dos cubos de concreto sin ventanas exteriores que dan paso a un patio exterior rectangular que fungen como un oasis dentro del paisaje citadino.
Naturaleza
Para Ando, la arquitectura es mejor cuando logra que las personas experimenten la belleza de la naturaleza. “La arquitectura no es una individualidad autónoma. En mi opinión, existe a través de su relación con diversos elementos del entorno como el agua, el verde, la luz o el viento”, compartió en una entrevista de 2014 con The Glass Magazine.
Este flujo entre espacio interior y exterior es un principio tradicional de la cultura japonesa. Ando lleva esta filosofía a otro nivel al aplicarla a sus construcciones. Su trabajo en el Cementerio Makomanai Takino en Sapporo, donde enmarcó a un Buda de 44 pies de altura con una colina, destaca por cómo utiliza la naturaleza para guiar la experiencia de las personas dentro del espacio.
El agua es un tema recurrente en la obra de Ando. En Fort Worth, el Museo de Arte Moderno está rodeado por un lago artificial en el que la construcción se refleja. Para Ando, esta ilusión es tan importante como el propio edificio. Al usar el agua y la luz, también introduce movimiento en su trabajo, así como una calidad efímera lograda por la forma en que estos elementos se transforman a lo largo del día.
Luz
Siguiendo con su estética minimalista, su uso de la luz le permite guiar sutilmente el estado de ánimo de cada edificio. Ya sea la poderosa explosión que rompe el cemento de la Iglesia de la Luz o el juego de luces y sombras en 21_21 Design Sight de Tokio, su uso estratégico de la luz natural es un sello distintivo de su estilo. Con la escasa decoración interior, las personas deben reflexionar sobre el espacio y el paso del tiempo a través de la dinámica de la luz en el inmueble.
Espacio
“Cuando diseño edificios, pienso en la composición general, tanto como las partes de un cuerpo encajarían juntas. Además de eso, pienso en cómo las personas se acercarán al edificio y experimentarán ese espacio … Si le das nada a la gente, pueden reflexionar sobre lo que se puede lograr en esa nada”, le dijo a Architectural Record.
El deseo de Ando de ayudar a las personas a reflexionar sobre su ser interior en lugar de centrarse en lo visual de su entorno es solo una de las formas en que la filosofía Zen japonesa se manifiesta en su trabajo. El arquitecto actúa como un guía, creando caminos estratégicos a través de su diseño que permiten a los visitantes meditar sobre las formas sin distracción alguna. Su meticuloso uso del espacio y su énfasis en la experiencia física de la arquitectura son una gran parte de lo que lo ha convertido en uno de los mejores arquitectos de nuestro tiempo.