Hace casi 2,000 años, Pompeya era una bulliciosa ciudad situada a las afueras de Nápoles, en el sur de Italia. Este floreciente centro romano —fundado probablemente en el siglo VII o VI a.C.— era conocido por su vibrante vida cultural. La antigua ciudad estaba llena de mercados de alimentos, templos, restaurantes, baños y tenía una población de entre 11,000 y 15,000 personas. Sin embargo, la vida en Pompeya se paralizó definitivamente en el verano del año 79 d.C., cuando el volcán Vesubio entró en erupción y cubrió toda la ciudad con un manto de ceniza volcánica. La enorme nube de ceniza sepultó y acabó con todo a su paso.
Durante siglos, el mundo ha intentado reconstruir los acontecimientos de esta destructiva erupción. Las ruinas de la próspera Pompeya han sido conservadas por las cenizas del Vesubio y han proporcionado a los historiadores una idea de cómo era la vida en esa época y ese lugar; pero ahora, gracias a Zero One Studio (una empresa tecnológica australiana dedicada a la animación digital), tenemos la oportunidad de experimentar la vida de Pompeya de una forma más vívida.
A Day in Pompeii (“Un día en Pompeya”), una exposición realizada en el Museo de Melbourne en 2009, presentó ante más de 330,000 visitantes una animación sorprendentemente realista que relataba las últimas horas de la ciudad. La instalación teatral en 3D situaba al espectador en lo alto de una villa, con una vista aérea de la inminente erupción del volcán. Proporcionaba una interpretación visual animada basada en hechos del destino de la ciudad en el transcurso de 48 horas, con imágenes de las llamas, los escombros y la destrucción de un momento fascinante, aunque espantoso, de la historia antigua.
Aunque ahora tenemos muchos más datos sobre las últimas horas y la historia de la ciudad, Pompeya permaneció enterrada y congelada en el tiempo durante casi 1,700 años desde la erupción del Vesubio. Perdida, olvidada, no vista y no tocada, Pompeya fue redescubierta y debidamente desenterrada en 1748. Fue durante estas excavaciones que los arqueólogos descubrieron el gran nivel de conservación bajo las montañas de ceniza volcánica, convirtiendo al sitio en un verdadero tesoro arqueológico.
A pesar de su destrucción, la antigua ciudad de Pompeya sigue siendo conocida por el buen estado de conservación de sus ruinas romanas, que incluyen edificios enteros, baños, casas, herramientas, botellas de vino y panes sin cocer en un horno. Se han conservado hermosos frescos, grafitis y pinturas murales policromadas, retratos profanos, iconografía religiosa e imágenes eróticas. Pompeya contaba con frescos y arquitectura, así como con importantes proyectos de construcción, como un acueducto y un anfiteatro. La ciudad también desempeñó un papel vital en el comercio y el intercambio debido a su ubicación privilegiada en la proximidad de las vías estratégicas construidas por los romanos y la cuenca del Mediterráneo. Puede que Pompeya haya tenido un final trágico, pero no se olvidará pronto.
Mira cómo Pompeya cómo era la vida en Pompeya antes de que fuera sepultada por el Vesubio.
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h/t: [Open Culture]
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