Ve por la charola de quesos y una copa de vino. ¡Es hora de cuidar tus capacidades cognitivas! Los quesos y el vino pueden no parecer saludables a primera vista, pero un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Iowa sugiere que estos manjares tienen un beneficio adicional. El estudio, publicado recientemente en Journal of Alzheimer's Disease, examinó los vínculos entre la dieta y el deterioro cognitivo en adultos mayores. Algunos de los resultados resultaron ser una grata sorpresa. Según el estudio, la combinación clásica de vino y queso puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo—y quizás incluso la demencia senil—en personas con disposiciones genéticas específicas.
Los investigadores estudiaron a 1,787 adultos de mediana a tercera edad en el Reino Unido durante un periodo de 10 años. Cada sujeto tomó una prueba de inteligencia fluida (FIT, por sus siglas en inglés), que mide actividades cognitivas, como la memoria, al principio, a la mitad y al final del periodo de investigación. Durante este periodo de tiempo, los participantes también registraron sus dietas en cuestionarios regulares, anotando la ingesta diaria de frutas, verduras, lácteos, etc. Luego, el equipo analizó la importancia de la dieta para los cambios (o la falta de ellos) en las habilidades cognitivas de los sujetos. Descubrieron que los resultados estadísticamente significativos (que indicaban si un elemento dietético era un factor protector o un factor de riesgo) dependían en gran medida de la categoría de riesgo genético.
Para las personas sin antecedentes familiares de demencia senil, se encontró que una porción diaria de queso se correlaciona fuertemente con puntajes FIT más altos. Esto indica que las personas sin predisposición genética pueden beneficiarse cognitivamente del consumo de quesos, probablemente debido al calcio, la vitamina B12 o las bacterias “buenas” que se encuentran en los productos lácteos. Si hay antecedentes de demencia en tu familia, el vino tinto puede ser una opción gastronómica más eficaz. Los resultados mostraron que el consumo moderado de vino puede mejorar la retención de las capacidades cognitivas en la población en general, pero particularmente entre aquellos genéticamente vulnerables al deterioro. Estas personas también deben tener cuidado con la sal, ya que los autores del estudio descubrieron una mayor probabilidad de deterioro para este grupo.
Sin embargo, no hay que caer en los excesos. Demasiado vino y queso pueden causar problemas de salud no relacionados con las capacidades cognitivas, por lo que la moderación y el equilibrio son necesarios para alcanzar las recompensas descubiertas por este estudio. El autor del estudio, Brandon Klinedinst, también reconoció el doble papel que desempeñan los alimentos y la genética en el deterioro cognitivo de las personas que envejecen. “Quizás la solución milagrosa que estamos buscando sea mejorar lo que comemos”, dice el autor. “Saber lo que eso implica contribuye a una mejor comprensión del Alzheimer y a poner esta enfermedad en una trayectoria inversa”.
Se necesitan más investigaciones, incluidos ensayos clínicos aleatorios, para determinar por completo quién se beneficiaría de ciertos alimentos y cómo. Dado que muchos productos saludables son caros, los efectos de las dietas de la población en general deben estudiarse en beneficio de todos. Sin embargo, parece que los alimentos son un modulador importante del riesgo de demencia en adultos mayores.
Un nuevo estudio de 1,787 personas mayores del Reino Unido sugiere que, en interacción con la genética, los alimentos son un factor importante para prevenir el deterioro cognitivo.
Los sujetos realizaron tres pruebas cognitivas durante un periodo de 10 años, en las que también registraron los alimentos que consumían.
El vino tinto (con moderación) demostró ser un protector contra la demencia, mientras que el queso protegió significativamente a quienes no tenían antecedentes familiares de este padecimiento.
h/t: [IFL Science, Better Homes & Gardens]
Artículos relacionados:
30 Regalos perfectos para los entusiastas del vino
La botella de vino más antigua del mundo permanece cerrada desde el siglo IV
Artista decora su pan tostado con motivos tradicionales japoneses