Como la mayoría de los movimientos que conforman el arte moderno y arte contemporáneo, la instalación busca innovar. Aunque es similar a la escultura y se relaciona con varios géneros artísticos de las últimas décadas, esta práctica inmersiva ofrece una forma única de experimentar el arte. Para comprender el significado de este movimiento, es importante comprender qué lo hace tan especial, desde sus cualidades distintivas hasta sus influencias artísticas.
Aquí exploramos este movimiento de vanguardia, prestando especial atención a las formas en que involucra creativamente a las audiencias y fabrica nuevas experiencias.
¿Qué es la instalación?
La instalación es un movimiento moderno que se caracteriza por obras inmersivas y enormes. Usualmente, los artistas de instalación crean piezas para sitios específicos, permitiéndoles transformar magistralmente cualquier espacio en un entorno interactivo.
Características
Inmersiva
Un atributo clave de la instalación es su habilidad de interactuar físicamente con los espectadores. Si bien todos los medios artísticos pueden involucrar a los individuos, casi ninguno puede sumergirlos en experiencias interactivas.
Además de facilitar diálogos entre el público y las obras, esta singular característica invita al público a ver el arte desde nuevas y diferentes perspectivas.
Gran escala
Dada a su naturaleza interactiva, la mayoría de las instalaciones son enormes. Su tamaño permite al público sumergirse por completo en la experiencia. En muchos casos, incluso permite a los visitantes sentarse, estar de pie y caminar a través de ella, algo que no es común encontrar en otras formas de arte.
Ubicación
A diferencia de las esculturas, pinturas y obras similares, las instalaciones generalmente se planean con ciertos sitios en mente, desde salas en galerías y museos hasta espacios al exterior. Dada la naturaleza estratégica de sus diseños y la peculiaridad del entorno, las piezas para sitios específicos garantizan una experiencia y estética únicas.
Influencias
Como muchos géneros modernos y contemporáneos, la instalación tiene raíces en muchos movimientos artísticos diferentes, como el dadaísmo, conceptualismo, y el performance.
Dadaísmo
Como el dadaísmo, un movimiento vanguardista que surgió a principios del siglo XX, las instalaciones suelen tener un enfoque experimental sobre el arte. Específicamente, la incorporación de medios mixtos a la instalación y el énfasis en la tridimensionalidad están sin duda inspirados en dos esenciales de Dada: los ready-mades y los montajes.
Conceptualismo
Inspirados en los dadaístas, los artistas conceptuales creen que la idea detrás de una obra de arte tiene prioridad sobre su estética. Este sentimiento también está presente en el arte de la instalación, como sucede con artistas contemporáneos famosos como Ai Wei Wei y Damien Hirst, quienes utilizan sus famosas instalaciones como medio para transmitir mensajes a los espectadores. “Como persona, nací para dar mis opiniones”, explica Ai Wei Wei. “Al dar mis opiniones, me doy cuenta de quién soy”.
Performance
Mientras el performance —una pieza ejecutada ante un público— puede parecer diferente a la instalación, una forma de arte, los dos movimientos están vinculados por una característica clave: un uso creativo y conceptual del espacio. En ambos casos, los artistas encuentran formas innovadoras e inventivas para reinterpretar y reimaginar los entornos cotidianos.