Los esfuerzos de los científicos del mundo dieron vida a múltiples vacunas contra el COVID-19 a una velocidad récord. Este éxito sin precedentes fue posible debido en gran parte a los avances en la tecnología de vacunas de ARN mensajero (o ARNm), que ya llevaban muchos años en desarrollo. Moderna y Pfizer/BioNTech, las dos vacunas de ARNm disponibles en el mundo, son increíblemente efectivas para prevenir la infección, la propagación y los casos más graves de COVID-19. Un estudio reciente publicado en JAMA encontró que 6.2 millones de personas parecen no haber sufrido efectos secundarios graves como resultado de la vacuna en las semanas posteriores a las inmunización.
El estudio fue financiado por el proyecto Enlace de Datos sobre la Seguridad de las Vacunas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Un equipo de investigadores examinó datos de 11.8 millones de dosis de las dos vacunas de ARNm administradas a 6.2 millones de personas. El equipo puso atención a las tasas (o la frecuencia) de eventos de 23 efectos secundarios graves, como ataque cardíaco, infarto cerebrovascular, coágulos de sangre y síndrome de Guillain-Barré. Se revisaron dos periodos de tiempo discretos: los primeros 21 días después de la inyección y los siguientes 21 días hasta el día 42 después de la vacunación.
Las tasas de eventos “no fueron significativamente más altas para las personas entre 1 y 21 días después de la vacunación en comparación con personas similares entre los 22 y 42 días después de la vacunación”, según los autores. Los eventos como los infartos cerebrovasculares ocurren independientemente de la vacunación. Por lo tanto, la falta de aumentos estadísticamente significativos implica que la vacunación carece de los efectos secundarios graves investigados. Ciertamente, los efectos secundarios leves como dolor, cansancio y fiebres temporales son muy comunes y reconocidos. No obstante, el nuevo estudio sugiere que las vacunas son incluso más seguras de lo que se había documentado anteriormente.
Como ocurre con cualquier estudio científico, existen limitaciones para los hallazgos. El análisis estadístico puede modificarse en el futuro para lograr una mayor precisión, o se pueden agregar otros impactos en la salud para su consideración. La investigación adicional continuará aportando a lo que sabemos, pero hasta ahora los datos que apuntan a que las vacunas de ARNm son excepcionalmente seguras.
Si bien las vacunas de ARNm representan apenas una fracción de las dosis administradas en gran parte de los países hispanoparlantes, todas las vacunas han sido ampliamente estudiadas por las autoridades de salud locales, así que vacúnate en cuanto tengas la oportunidad. Las vacunas siguen siendo la forma más eficaz de protegerte contra el COVID-19 y, al mismo tiempo, protegerás a tu comunidad.
Un estudio a gran escala encontró que las vacunas de ARNm (Moderna y Pfizer) no causaron ningún efecto secundario grave inmediato en 6.2 millones de personas.
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h/t: [IFL Science]
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