
“La cosecha” (1888) (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público)
Desde los Nenúfares de Monet hasta los paisajes franceses de Paul Cézanne, los artistas siempre se han inspirado en su entorno, y Vincent van Gogh no fue la excepción. El pintor vivió en más de 15 ciudades diferentes de Europa durante su corta vida en busca de inspiración artística, pero también de un lugar para calmar su mente. En una carta que envió a su hermano Theo en agosto de 1888, Van Gogh escribió: “Siempre me parece que soy un viajero que va a algún lugar y un destino”.
El enorme trabajo de Van Gogh es como una línea de tiempo que revela a dónde viajó, los lugares donde vivió y su estado de ánimo en ese momento. Estos lugares no solo le proporcionaron inspiración, sino que también dieron forma a su estilo e influyeron en su productividad. Desde la costa holandesa hasta la campiña francesa, aquí hay 5 lugares que dieron forma a la vida y el trabajo de Van Gogh.
5 lugares que inspiraron pinturas de Vincent van Gogh
La Haya, Países Bajos

“Vista del mar en Scheveningen” (1882). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Una de las influencias más importantes de Van Gogh fue Anthonij Rudolf Mauve, un pintor realista neerlandés que fue un miembro destacado de la Escuela de La Haya. A finales de 1881, cuando Van Gogh tenía poco más de veinte años, el joven artista pasó 3 semanas en el estudio de Mauve. Durante este tiempo, comenzó a experimentar con el color y la textura por primera vez, a menudo creando gruesas pinturas de empaste al óleo. Uno de esos primeros lienzos incluye Vista del mar en Scheveningen (1882), que muestra un día gris y ventoso en la playa cerca de la que era su casa en ese momento. De hecho, hacía tanto viento, que los granos de arena todavía están incrustados en la superficie de la pintura, lo que confirma que Van Gogh la pintó al aire libre ese día.
Nuenen, Países Bajos

“Paisaje de otoño” (1885). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Aunque trabajaba mucho, Van Gogh no logró vender sus obras, por lo que comenzó a depender económicamente de su hermano Theo, quien trabajaba como comerciante de arte en París. Los hermanos acordaron que todas las pinturas de Vincent serían propiedad de Theo a cambio de 150 francos por mes.
Sin la presión financiera, Van Gogh se sintió libre de experimentar aún más con el color y las pinceladas gruesas. Una de las últimas piezas que hizo en Neuen fue Paisaje de otoño (1885), que mostró su creciente confianza en la composición, el color y la luz. “Mi paleta se está descongelando”, escribió a Theo poco después de completar la pieza, “y la desolación del comienzo se ha ido”.
París, Francia

“Autorretrato con sombrero de fieltro gris” (1887). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Además de retratar los parques y las escenas de la calle de París, Van Gogh completó dos de sus autorretratos más famosos durante su estadía en la capital francesa: Autorretrato con sombrero de fieltro negro (1887) y Autorretrato con sombrero de fieltro gris (1887). Pintados con menos de un año de diferencia, es claro ver cuán rápido se desarrolló el estilo colorido único del artista durante este corto tiempo.
Arlés, Francia

“El viñedo rojo cerca de Arlés” (1888). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Rodeado por campos de trigo, viñedos y los campos de girasoles del campo provenzal, Van Gogh se inspiró tanto que pintó alrededor de 200 piezas durante sus 15 meses ahí –¡eso es más de tres cuadros por semana!– Obras como Cosecha en Provenza, El sembrador y El viñedo rojo cerca de Arlés (todas de 1888) se caracterizan por colores atrevidos y pinceladas dinámicas, lo que refleja su alegre estado de ánimo.

“Autorretrato con la oreja vendada” (1889). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Saint-Paul-de-Mausole, Saint-Rémy-de-Provence, Francia

“La noche estrellada” (1889). (Foto: Wikimedia Commons [Dominio público])
Con un cielo oscuro, estrellas brillantes y una luna resplandeciente sobre un pequeño pueblo, la pintura representa la vista desde la ventana de su habitación, justo antes del amanecer. La pieza revela que incluso en los momentos más difíciles, Van Gogh estaba comprometido con su oficio. En Living with Vincent van Gogh: The homes and landscapes that shaped the artist (2019), el académico y curador Martin Bailey escribe: “Esta pintura vibrante es un testimonio poderoso de la lucha del artista por superar los desafíos de vivir y trabajar en un hospital psiquiátrico”.
Sin embargo, solo un año después, en 1890, Van Gogh decidió poner fin a su sufrimiento y se suicidó en la pequeña ciudad de Auvers, en el norte de Francia. Aunque su vida fue corta y turbulenta, los 850 cuadros y 1,300 dibujos de Van Gogh muestran su pasión y determinación creativa por la vida y el arte, convirtiéndolo en uno de los artistas más famosos de todos los tiempos.
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