Aunque su carrera artística duró apenas 10 años, Vincent van Gogh dejó un diverso cuerpo de trabajo que continúa maravillando a personas de todo el mundo. Su característico estilo posimpresionista partía de una paleta de colores vibrantes y pinceladas gruesas y expresivas para transmitir el mundo que lo rodeaba. Y aunque el artista holandés falleció a una herida de bala autoinfligida a la edad de 37 años, las semanas que precedieron a su muerte estuvieron entre sus periodos más productivos como artista.
Dado que vivía en un poblado de artistas llamada Auvers-sur-Oise, a las afueras de París, dedicó todo su tiempo a pintar, produciendo un promedio de un lienzo por día. Su estilo, que ya era muy singular, se volvió aún más audaz y sus composiciones aún más ambiciosas. Entre el momento en que llegó a Auvers-sur-Oise a mediados de mayo y su muerte el 29 de julio de 1890, creó más de 70 pinturas, además de decenas de bocetos y dibujos.
Aquí conoceremos más sobre el último año de vida de Van Gogh y echaremos un vistazo a un par de pinturas que los académicos creen que son sus obras finales.
El último año de Vincent van Gogh
En mayo de 1890, Vincent van Gogh (1853–1890) finalmente abandonó el hospital en las cercanías de Saint-Rémy, en Francia, tras vivir allí por un año. Aunque ingresó voluntariamente en mayo del año anterior, comenzó a mostrar signos de inquietud en sus cartas un par de meses antes de su partida.
“El entorno aquí comienza a pesarme más de lo que puedo decir… Necesito un poco de aire, me siento abrumado por el aburrimiento y la pena”, le escribió a su hermano, Theo van Gogh.
Casi inmediatamente después de dejar el hospital, Van Gogh se mudó a un pequeño pueblo en las afueras de París llamado Auvers-sur-Oise, un destino popular para los artistas, donde estuvo bajo la supervisión del Dr. Paul Gachet, médico y coleccionista de arte.
Allí, también estuvo más cerca de su hermano menor Theo, quien trabajaba en París y era responsable de apoyar financieramente a Van Gogh.
Inestabilidad financiera
Van Gogh nunca pudo mantenerse como artista, por lo que necesitó del apoyo financiero y emocional de Theo a lo largo de su vida.
Aunque este acuerdo pasó por varios altibajos, parece que Van Gogh estaba especialmente preocupado por sus finanzas en las semanas previas a su muerte.
En ese momento, Theo y su esposa, Jo, esperaban un hijo, lo que significaba otra persona a la que mantener. Además, Theo estaba considerando dejar su trabajo como marchante de arte para iniciar un negocio.
Es muy probable que estos cambios causaran una gran ansiedad a Van Gogh, que probablemente se transfirió al arte que estaba produciendo en ese momento.
Últimas pinturas
Al llegar a Auvers-sur-Oise, Van Gogh se volcó en su trabajo. Completó, en promedio, una pintura por día. “Estoy prestando a mis lienzos toda mi atención. Estoy tratando de hacerlo tan bien como ciertos pintores a los que he amado y admirado mucho…”, le escribió a Theo.
Si bien esta energía renovada puede haber sido su forma de lidiar con parte de la ansiedad que rodeaba las finanzas y su salud mental, y ciertamente su soledad, está claro que el paisaje inspiró mucho al artista. Los trigales se convirtieron en un tema recurrente, y plasmó varios desde diferentes momentos del día y perspectivas.
Además, las últimas obras de Van Gogh también parecen reflejar un cambio en su estilo, en el que sus lienzos se volvieron aún más audaces, más expresivos y, a veces, incluso abstractos.
En total, Van Gogh completó más de 70 pinturas entre el momento en que llegó a Auvers-sur-Oise a finales de mayo y su muerte, el 29 de julio de 1890.
Si bien no hay un consenso claro sobre qué pintura fue la última obra completa de Van Gogh, especialmente porque rara vez fechaba sus pinturas, los historiadores han presentado argumentos a favor de un par de piezas que se han fechado con seguridad en el mes en que murió el artista.
Trigal con cuervos, julio de 1890
La pintura que comúnmente se creía que era el trabajo final de Van Gogh es Trigal con cuervos. Aunque ahora hay suficiente evidencia para debatir esta teoría, esta pintura es una de las últimas obras que produjo y una de sus composiciones más respetadas.
Como parte de la serie Trigales de Van Gogh, este trabajo consiste en campo de trigo amarillo alto con un camino de tierra que serpentea a través del medio del lienzo. Sobre el horizonte hay un cielo azul oscuro, casi turbulento, salpicado de cuervos voladores. El camino sin salida, el cielo tormentoso y los cuervos se han utilizado como evidencia del posible estado mental de Van Gogh en ese momento.
Raíces de árbol, julio de 1890
Otra de las últimas pinturas de Van Gogh, y posiblemente incluso la última en la que trabajó, es Raíces de árbol. Claramente abstracta y de colores brillantes, esta pieza representa una vista de troncos y raíces de árboles, aunque no es evidente a primera vista. Una carta del cuñado de Theo, Andries Bonger, proporciona evidencia de que esta pintura podría haber sido la obra final de Van Gogh: “La mañana antes de su muerte, pintó un sous-bois [escena del bosque], lleno de sol y vida”, escribe Bonger.
Si ese es el caso, esta pintura ofrece una perspectiva muy diferente del estado mental de Van Gogh en el momento de su muerte. Aunque Raíces de árbol no está terminada, parece ser una celebración de la belleza de la naturaleza.
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