Para poder entender por qué este tema ha tenido una historia tan prevalente, es importante trazar su evolución artística. Aquí reflexionamos sobre el rol del bañista en el arte, examinando desde culturas antiguas hasta pinturas contemporáneas.
Mira cómo los bañistas han estado presentes en algunos de los movimientos artísticos más importantes de la historia del arte.
Antigüedad clásica
En la antigua Grecia, pocos personajes eran tan cautivadores como Afrodita. Símbolo de amor y belleza, esta diosa fue la musa ideal de muchos artistas, dado origen a piezas como la Afrodita de Cnidos. Creada originalmente por Praxíteles, un escultor del siglo IV, esta pieza fue una de las primeras esculturas griegas de desnudos femeninos. Además, como Afrodita sostiene una toalla en la mano, también es un ejemplo temprano de bañistas en el arte.Al igual que muchas otras esculturas de la antigua Grecia, la Afrodita de Cnidos original ya no existe. Sin embargo, su legado se mantiene vivo gracias a las copias romanas.
La Edad Media
En la Edad Media, los artistas europeos se inspiraron principalmente en motivos religiosos. Con esto en mente, no es ninguna sorpresa que los bañistas medievales aparezcan sobre todo en representaciones del bautismo (una limpieza simbólica que eventualmente se convertiría en una parte fundamental de los ritos sacramentales cristianos) de Jesucristo.Según la Biblia, Jesús fue bautizado por su primo, Juan, en el río Jordán. Después de su purificación, emergió del agua, y “los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Esta escena inspiró una infinidad de paneles y retablos dorados producidos durante la Edad Media, algo que continuaría en los siglos siguientes.
Renacimiento
Durante el Renacimiento—un periodo marcado por un renovado interés cultural en la antigüedad clásica—los artistas mantuvieron una preferencia por la iconografía religiosa. Artistas renacentistas como Leonardo da Vinci (una figura clave del Renacimiento italiano) y Jan van Eyck (pionero del Renacimiento nórdico) a menudo retrataron a la Sagrada Familia, con la relación entre Jesús y Juan el Bautista de nuevo en primer plano.Mientras que en muchas pinturas Jesús y Juan el Bautista aparecen como niños pequeños juguetones, algunas obras del Renacimiento exploran eventos importantes en sus vidas adultas, incluyendo el bautismo de Cristo. Al igual que las representaciones medievales del mismo tema, estas piezas a menudo capturan el momento en que Juan “baña” a Jesús con agua bendita.
Siglo de Oro neerlandés
En el siglo XVII, los artistas ilustrados continuaron inspirándose en el enfoque renacentista de la pintura. En el norte de Europa, esto dio lugar al Siglo de Oro neerlandés, una era de prosperidad iniciada con Rembrandt como su máximo exponente en el arte.Al igual que los pintores que lo precedieron, gran parte de la obra de Rembrandt fue influenciada por la tradición cristiana—incluyendo a sus bañistas. Rembrandt completó varias pinturas de Betsabé, una figura del Antiguo Testamento, mientras se bañaba. Aunque están directamente inspiradas en la narración bíblica de Betsabé (según el libro de Samuel, el rey David seduce a Betsabé mientras se baña), estas pinturas están generalmente desprovistas de detalles etéreos, allanando el camino para que los “bañistas” no religiosos del futuro.
Neoclasicismo
En el siglo XVIII en Francia, los artistas neoclásicos revisaron y revitalizaron el arte idealizado de la antigua Grecia y Roma. Aunque realizadas en un estilo inspirado en la antigüedad, las pinturas neoclásicas a menudo muestran escenas y temas contemporáneos, un enfoque tipificado por La bañista de Valpinçon de Jean Auguste Dominique Ingres.La bañista de Valpinçon es protagonizada por una mujer desnuda que se prepara para tomar un baño. Además de sus líneas delicadas y tonos exquisitos (los escritores franceses Edmond y Jules de Goncourt señalaron que “el mismo Rembrandt hubiera envidiado el color ámbar de su pálido torso”), La bañista de Valpinçon es famosa por su influencia—tanto en la obra de Ingres (sirvió como un estudio de El baño turco, su obra maestra) y en el trabajo de algunos de los más grandes pioneros del arte moderno.
Modernismo
En 1855, Ingres fue contactado por Edgar Degas, un joven pintor que trabajaba como copista en el Louvre. Como gran admirador del ya famoso pintor (acabó añadiendo casi 20 obras de Ingres a su colección personal), Degas fue particularmente receptivo a sus consejos, que resonarían con él durante toda su carrera. “Dibuja líneas, joven”, decía, “y aún más líneas, tanto de la vida como de memoria, y te convertirás en un buen artista”.Además de adaptar la atención de Ingres al trabajo de líneas, Degas adoptó uno de sus temas favoritos: los bañistas. Durante las últimas décadas de su vida, Degas cambió su enfoque de sus famosas bailarinas a mujeres en la toilette. Realizados al pastel y al carbón, estos dibujos pretendían ofrecer una visión voyeurista de sus temas “como si miraras a través de un ojo de cerradura”, ilustrando el interés impresionista por los temas cotidianos.
Arte contemporáneo
Hoy en día, los artistas continúan explorando el tema de los bañistas en sus obras. Una figura contemporánea que ha encontrado inspiración en este motivo es David Hockney, un pionero del Pop Art conocido por sus pinturas de piscinas.
Ya sea sirviendo como el reflexivo Retrato de un artista, una toma sincera de un Baño de sol, o incluso un estudio de El gran chapuzón, las pinturas de piscinas de Hockney dan un giro contemporáneo al bañista tradicional. Si embargo, a diferencia de los artistas anteriores, quienes estaban fascinados por las figuras en sí, Hockney se siente atraído por su entorno acuático—un enfoque que captura perfectamente la naturaleza fluida de su tema preferido.
“El agua en las piscinas cambia su aspecto más que en cualquier otra forma”, explicó, “su color puede ser hecho por el hombre y sus ritmos reflejan no sólo el cielo, sino también, debido a su transparencia, la profundidad del agua. Si la superficie del agua está casi quieta y hay mucho sol, entonces aparecen líneas danzantes con los colores del espectro por todas partes”.
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