
Mary Cassatt, “Mujer lavándose (La Toilette)”, 1890-1891 (Foto: Wikimedia Commons [CC0 1.0])
Para poder entender por qué este tema ha tenido una historia tan prevalente, es importante trazar su evolución artística. Aquí reflexionamos sobre el rol del bañista en el arte, examinando desde culturas antiguas hasta pinturas contemporáneas.
Mira cómo los bañistas han estado presentes en algunos de los movimientos artísticos más importantes de la historia del arte.
Antigüedad clásica

Basada en Praxíteles, copia romana de la Afrodita de Cnido, siglo III a.C. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Al igual que muchas otras esculturas de la antigua Grecia, la Afrodita de Cnidos original ya no existe. Sin embargo, su legado se mantiene vivo gracias a las copias romanas.
La Edad Media

Giovanni Baronzio, “El bautismo de Cristo”, c.1330 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Según la Biblia, Jesús fue bautizado por su primo, Juan, en el río Jordán. Después de su purificación, emergió del agua, y “los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Esta escena inspiró una infinidad de paneles y retablos dorados producidos durante la Edad Media, algo que continuaría en los siglos siguientes.
Renacimiento

Piero della Francesca, “El bautismo de Cristo”, c.1450 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Mientras que en muchas pinturas Jesús y Juan el Bautista aparecen como niños pequeños juguetones, algunas obras del Renacimiento exploran eventos importantes en sus vidas adultas, incluyendo el bautismo de Cristo. Al igual que las representaciones medievales del mismo tema, estas piezas a menudo capturan el momento en que Juan “baña” a Jesús con agua bendita.
Siglo de Oro neerlandés

Rembrandt, “Betsabé con la carta de David”, 1654 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Al igual que los pintores que lo precedieron, gran parte de la obra de Rembrandt fue influenciada por la tradición cristiana—incluyendo a sus bañistas. Rembrandt completó varias pinturas de Betsabé, una figura del Antiguo Testamento, mientras se bañaba. Aunque están directamente inspiradas en la narración bíblica de Betsabé (según el libro de Samuel, el rey David seduce a Betsabé mientras se baña), estas pinturas están generalmente desprovistas de detalles etéreos, allanando el camino para que los “bañistas” no religiosos del futuro.
Neoclasicismo

Jean Auguste Dominique Ingres, “La bañista de Valpinçon”, 1808 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
La bañista de Valpinçon es protagonizada por una mujer desnuda que se prepara para tomar un baño. Además de sus líneas delicadas y tonos exquisitos (los escritores franceses Edmond y Jules de Goncourt señalaron que “el mismo Rembrandt hubiera envidiado el color ámbar de su pálido torso”), La bañista de Valpinçon es famosa por su influencia—tanto en la obra de Ingres (sirvió como un estudio de El baño turco, su obra maestra) y en el trabajo de algunos de los más grandes pioneros del arte moderno.
Modernismo

Edgar Degas, “La bañera”, 1886 (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Además de adaptar la atención de Ingres al trabajo de líneas, Degas adoptó uno de sus temas favoritos: los bañistas. Durante las últimas décadas de su vida, Degas cambió su enfoque de sus famosas bailarinas a mujeres en la toilette. Realizados al pastel y al carbón, estos dibujos pretendían ofrecer una visión voyeurista de sus temas “como si miraras a través de un ojo de cerradura”, ilustrando el interés impresionista por los temas cotidianos.
Arte contemporáneo
Hoy en día, los artistas continúan explorando el tema de los bañistas en sus obras. Una figura contemporánea que ha encontrado inspiración en este motivo es David Hockney, un pionero del Pop Art conocido por sus pinturas de piscinas.
Ya sea sirviendo como el reflexivo Retrato de un artista, una toma sincera de un Baño de sol, o incluso un estudio de El gran chapuzón, las pinturas de piscinas de Hockney dan un giro contemporáneo al bañista tradicional. Si embargo, a diferencia de los artistas anteriores, quienes estaban fascinados por las figuras en sí, Hockney se siente atraído por su entorno acuático—un enfoque que captura perfectamente la naturaleza fluida de su tema preferido.
“El agua en las piscinas cambia su aspecto más que en cualquier otra forma”, explicó, “su color puede ser hecho por el hombre y sus ritmos reflejan no sólo el cielo, sino también, debido a su transparencia, la profundidad del agua. Si la superficie del agua está casi quieta y hay mucho sol, entonces aparecen líneas danzantes con los colores del espectro por todas partes”.
Artículos relacionados:
8 Artistas mundialmente famosos que también pintaron con pasteles
Fra Angélico y ‘La Anunciación’: Cómo este episodio bíblico inspiró al gran pintor renacentista
Gran exhibición explora por primera vez la influencia de Van Gogh en la obra de David Hockney