Kintsugi –traducido poéticamente como “carpintería dorada”– es el tradicional arte de reparar piezas de cerámica rotas. En lugar de usar un pegamento discreto, los artesanos utilizan un esmalte especial espolvoreado con oro, plata o platino. El resultado son hermosas “costuras” que hacen que las grietas de la pieza brillen, dándole un aspecto único. En japonés, Kintsugi quiere decir “empalme de oro”, y esta técnica también es conocida como Kintsukuroi, o “reparación con oro”.
Este método de reparación celebra la historia de cada artefacto al hacer énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas. De hecho, el Kintsugi le da una nueva vida a la pieza al transformarla en un objeto más bello que el original.
Aquí echaremos un vistazo a esta encantadora técnica, revisaremos su historia, conoceremos sus métodos, y veremos cómo los artistas contemporáneos se han inspirado en esta artesanía.
Historia del Kintsugi
El arte Kintsugi data de la segunda mitad del siglo XV. Según la leyenda, esta técnica nació cuando el shogun japonés Ashikaga Yoshimasa envió un chawan –o tazón de té– roto a China para ser reparado. Al ser enviado de vuelta, Yoshimasa se disgustó al ver que la pieza había sido enmendada con unas feas grapas de metal. Esto motivó a los artesanos de la época a buscar una forma de reparación alternativa que fuera agradable a la vista.
Para el siglo XVII, el Kintsugi se ha convertido en una práctica común en Japón. Según Louise Cort (curadora de cerámica en la Galería de Arte Freer y la Galería Arthur M. Sackler), fue durante este tiempo que un guerrero japonés compró, rompió y reparó cuencos de té estándar para obtener ganancias. “Eso parece indicar que, a principios del siglo XVII, el kintsugi era una técnica comúnmente utilizada para reparar –y al mismo tiempo, adornar– cerámica para el té”, explica Cort.
Desde su creación, el Kintsugi ha sido influenciado por las ideas filosóficas de la época. Concretamente, esta práctica se relaciona con la filosofía japonesa del wabi-sabi, que se basa en ver la belleza en la imperfección. Este método de reparación también tiene que ver con el sentimiento que los japoneses llaman mottainai, lamentarse cuando algo se desperdicia; así como mushin, aceptar el cambio.
Métodos
Hay tres estilos predominantes de Kintsugi: grieta, método de pieza y “convocatoria conjunta”. Aunque en todos los casos se utiliza resina espolvoreada con un material precioso para unir los fragmentos, el proceso y los resultados varían.
Grieta
Los objetos reparados con la técnica de grieta utilizan una cantidad mínima de resina. Esta es la técnica de Kintsugi más común, ya que da como resultado las brillantes venas que caracterizan a esta artesanía.
Método de pieza
Las obras restauradas con el método de pieza presentan fragmentos de reemplazo hechos completamente de resina.
Convocatoria conjunta
Las piezas reparadas con la técnica de convocatoria conjunta emplean piezas de formas similares de otras piezas rotas, combinando dos obras estéticamente diferentes en un singular producto unificado.