La gran ola de Kanagawa es una de las obras de arte más famosas del mundo. Esta estampa japonesa, que a su vez es un excelente ejemplo de la práctica del ukiyo-e, ha inspirado a artistas y amantes del arte por casi 200 años. Si bien La gran ola es reconocible de inmediato, muchos no conocen su historia, incluyendo su sorprendente evolución, su papel dentro de una serie y su legado.
¿Qué es La gran ola de Kanagawa?
La gran ola de Kanagawa es una estampa yoko-e (orientada al paisaje) creada por el artista japonés Katsushika Hokusai durante el periodo Edo. Es la primera pieza de Treinta y seis vistas del monte Fuji, una serie de estampas ukiyo-e que muestran el pico más de Japón desde diferentes perspectivas.
En esta pieza, el monte Fuji es visto desde el mar y enmarcado por una gran ola. Esta marejada domina el lienzo, empequeñeciendo tanto la montaña como un trío de botes, lo que inspiró el título de La gran ola.
Los precursores de Hokusai
Si bien esta estampa es el retrato más famoso de Hokusai de una ola, La gran ola no fue la única ocasión en la que experimentó con este motivo. De hecho, creó otras tres piezas con un tema similar a lo largo de su vida, invitando al público a trazar visualmente la evolución de La gran ola.
Hokusai comenzó a inspirarse en las olas cuando tenía 33 años. En 1797, creó Primavera en Enoshima, una estampa de su serie Los hilos del sauce.
Si bien el monte Fuji y una ola estilizada dominan el lado izquierdo de la composición, la escena también presenta de manera prominente a una familia parada en la playa. La presencia de estas figuras no es común en los estudios de olas de Hokusai, ya que las piezas generalmente se centran en el mar y el paisaje circundante, y no en las personas.
En 1803, Hokusai experimentó una vez más con el motivo de la cresta. En Vista de Honmoku desde Kanagawa, una gran ola se eleva sobre un barco mientras navega a través de ella. Como la ola que aparece en Primavera en Enoshima, este es un motivo estilizado. Sin embargo, a diferencia de su predecesor, esta segunda ola está mucho más simplificada, es más grande en escala y se mueve de derecha a izquierda.
Dos años después de que creó Vista de Honmoku desde Kanagawa, Hokusai produjo Barco de carga luchando contra las olas. Estilísticamente, esta pieza es muy similar a la pieza anterior. Sin embargo, lo que distingue es la composición, ya que Hokusai regresó la ola creciente al lado izquierdo de la escena.
Como era de esperar, esta penúltima representación se parece más a la famosa y final La gran ola, aunque el primero carece de la intrincada espuma blanca y los colores encendidos presentes en el segundo. Además de estas diferencias estilísticas, La gran ola también presenta un cambio importante en el tema: la adición del monte Fuji, su punto focal previsto.
Treinta y seis vistas del monte Fuji
Alrededor de 1830, Hokusai, quien ya tenía 70 años, produjo Treinta y seis vistas del monte Fuji. En esta serie, el artista ofrece vistas del monte Fuji desde diferentes perspectivas y durante varias épocas del año. Las estampas en la serie son reconocidas por sus colores intensos—particularmente, sus tonos azules—que Hokusai logró a través de un complejo proceso de impresión.
“El sofisticado uso de varios tonos de azul es una característica distintiva de varias estampas de la serie Treinta y seis vistas del monte Fuji, a la que pertenece La gran ola“, explica el Museo Metropolitano de Arte. “En el momento en que se produjo esta estampa, había mucha demanda por el azul berlinés—conocido popularmente como ‘azul de Prusia‘—importado de Europa. Desde entonces, el análisis científico ha revelado que se usó tanto azul de Prusia como indigo tradicional en ‘La gran ola' para crear sutiles gradaciones en el color de esta dramática composición”.
Este intenso tono azul es usado en otras piezas de la serie, incluyendo el famoso Viendo del sur, cielo despejado.
Creado en el apogeo de su carrera, Treinta y seis vistas del monte Fuji es considerado uno de los proyectos más importantes de Hokusai, incluso por el propio artista . “No vale la pena tener en cuenta todo lo que he producido antes de tener setenta años”, dijo el artista.
Legado
Hoy en día, las estampas originales de La gran ola de Kanagawa están en algunos de los museos más importantes del mundo, como el Museo Metropolitano de Arte, el Instituto de Arte de Chicago, el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, y el Museo Británico. “Cientos de impresiones de la estampa han sobrevivido”, señala el Museo Británico, “lo que atestigua su popularidad original”.
Además, la Gran ola de Hokusai ha inspirado decenas de obras de arte contemporáneo, como un mural monumental en Moscú, una instalación de inspiración medioambiental en Florida, e incluso dibujos de gatos de un artista malayo que reside en París. Cada una de estas piezas confirma el extenso legado de esta obra maestra japonesa.
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