En el siglo XV, los gustos artísticos comenzaron a cambiar en toda Europa. Esta transformación dio como resultado un periodo conocido como el Renacimiento, una “época dorada” de iluminación que duró aproximadamente 300 años. Para muchas personas, esta etapa de historia del arte europeo solo suele ser asociada con los maestros del Renacimiento italiano, como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli. Sin embargo, el cambio se esparció muchos países por todo el continente, lo que dio como resultado un movimiento simultáneo pero separado conocido como Renacimiento nórdico.
Al igual que sus colegas italianos, los artistas del Renacimiento rechazaron las ideas medievales y, en cambio, encontraron inspiración en la estética milenaria de la antigüedad clásica. Este enfoque culminó en un renacimiento artístico que ayudó a sacar a Europa de la Edad Media.
Aquí echamos un vistazo al –menos conocido– Renacimiento nórdico, exploramos su historia y revisamos sus logros.
¿Qué es el Renacimiento nórdico?
El Renacimiento nórdico, o Renacimiento del norte, es un periodo en el que los artistas que vivían al norte de los Alpes –es decir, en los Países Bajos, Bélgica, Alemania, Francia e Inglaterra– adoptaron y adaptaron las ideas del Renacimiento italiano. Esta corriente caracteriza por un enfoque realista de la pintura, técnicas mejoradas y la proliferación del grabado.
Historia
A principios del siglo XV, la Edad Media de Europa (que vivió su esplendor entre aproximadamente 500-1000 d.C.) estaba llegando a su fin. Durante este tiempo, el arte en Europa era generalmente religioso y, aunque a menudo se presentaba con detalles expresivos, mostraba poco interés en la perspectiva y el realismo humano. Sin embargo, alrededor del año 1400, los artistas italianos comenzaron a emular la escultura clásica en su trabajo.
Gracias a la invención de la imprenta 50 años después, estas ideas se extendieron por todo el continente, inspirando a los artistas del norte a adoptar un enfoque de representación artística de ideas afines. Alberto Durero, un pintor y grabador alemán que conocía personalmente a muchos artistas del Renacimiento italiano, encarnaba este ideal, y solía decir que “el nuevo arte debe basarse en la ciencia”.
A continuación: Más de la historia del Renacimiento nórdico