En el siglo XIX, Rosa Bonheur rompió todas las barreras para convertirse en una de las artistas más aclamadas de Francia. Con su extraordinaria habilidad para crear representaciones realistas de animales, el trabajo de Bonheur atrajo a una gran variedad de audiencias, desde el jurado del prestigioso Salón de París hasta miembros de la sociedad francesa. Aunque tal hazaña sería impresionante para cualquier mujer artista, Bonheur fue particularmente revolucionaria al tratarse de una mujer que desafió los roles de género y cuya visión feminista daría forma a toda su carrera.
“¿Por qué no estaría orgullosa de ser mujer? Mi padre, ese entusiasta apóstol de la humanidad, me dijo una y otra vez que la misión de una mujer era mejorar la raza humana… A sus doctrinas debo mi gran y gloriosa ambición por el sexo al que orgullosamente pertenezco, cuya independencia defenderé hasta el día de mi muerte”, dijo en sus últimos años. “Además, estoy convencida de que el futuro es nuestro”.
Conoce todo acerca de la vida y obra de Rosa Bonheur a través de estos datos curiosos.
Toda la vida amó a los animales.
Marie-Rosalie Bonheur, quien eventualmente sería conocida como Rosa Bonheur, nació en Burdeos, Francia, en 1822. Creció en un hogar creativo: su madre era profesora de piano, su padre pintaba retratos y paisajes, y sus hermanos eventualmente serían pintores y escultores exitosos. En su adolescencia, su padre le enseñó a pintar, ofreciéndole a su hija mayor una forma de explorar su pasión: los animales.
El amor de Bonheur por los animales nació cuando apenas era una bebé, y las lecciones de su padre lo hizo aún más profundo. Además de proporcionar animales a Bonheur para su estudio, su padre la animó a copiar imágenes de libros, trabajar a partir de esculturas realistas y, eventualmente, copiar pinturas en el Louvre. Mientras que estos enfoques le ayudaron a perfeccionar su arte, ella prefería acercarse a sus sujetos. “Me convertí en una pintora de animales porque me encantaba moverme entre los animales”, dijo. “Estudiaba a un animal y lo dibujaba en la posición que tomaba, y cuando cambiaba a otra posición lo volvía a dibujar”.
Aunque la mayoría de sus pinturas de animales retratan lugares de su Francia natal, algunas están ambientadas en el Reino Unido, donde su nostálgico tema la hizo famosa.
Era más conocida en el Reino Unido que en Francia.
En 1855, Bonheur completó su pintura más famosa: La feria de caballos, una monumental pintura al óleo de un mercado parisino. Admirada por su gran escala (mide cinco metros de largo y más de dos de alto), su temática llena de energía, y sus pinceladas expresivas pero realistas, esta pieza fue un éxito instantáneo. La pintura puso el nombre de Bonheur en el mapa e incluso le llevó a conocer a la reina de Inglaterra.
La reina Victoria no era la única fan británica de Bonheur. De hecho, su trabajo era mucho más popular en el Reino Unido que en Francia, ya que las audiencias británicas apreciaban su enfoque sentimental hacia los paisajes—ya fuera la campiña inglesa, las Tierras Altas escocesas o las granjas francesas.
Tenía un permiso para usar ropa de hombre.
Aunque el arte de Bonheur era bastante tradicional, su vida personal definitivamente era poco convencional para los estándares victorianos. Además de ser lesbiana y de tener una pareja estable (Natalie Micas), Bonheur prefería usar ropa de hombre—una decisión controversial que requería de un permiso formal en la Francia del siglo XIX.
En el año 1800, la prefectura francesa lanzó un decreto que estipulaba que las mujeres tenían prohibido usar pantalones. Sorprendentemente, esta orden también incluía información sobre cómo se podían hacer excepciones con un “permiso de travestismo” que permitiría a las mujeres usar pantalones por tres o seis meses. Sin embargo, esta excepción solo podía hacerse por razones médicas o de salud; en el caso de Bonheur, la necesidad de cubrir sus piernas mientras se movía por la naturaleza fue suficiente para que se le otorgara el permiso de usar pantalones el 12 de mayo de 1857.
Fue la primera mujer en ser nombrada oficial de la Legión de Honor.
El derecho legal de usar pantalones no fue el único honor que el Estado otorgó a Bonheur. En 1865, se convirtió en la primera mujer artista en ser condecorada con la Legión de Honor francesa. Este logro fue solo uno de los muchos reconocimientos que recibió a lo largo de su vida, incluyendo premios en el famoso Salón de París y una medalla de oro en la Feria Universal de 1848. En 1894, Bonheur se convirtió en la primer mujer en ser promovida al grado de oficial de la Legión de Honor. Este sería el último gran reconocimiento que recibiría antes de su muerte cinco años después.
Su casa ahora es un museo.
Hoy en día, el legado de Bonheur vive a través de sus pinturas, que se encuentran en colecciones de todo el mundo. Además de grandes instituciones como el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York y el Museo de Orsay en París, su obra también puede verse en el Château de Rosa Bonheur, el hogar y el estudio de la artista situado en los bosques de Fontainebleau, a las afueras de París.
Bonheur compró el castillo en 1860 con las ganancias de una venta particularmente lucrativa: la adquisición por parte del Met de La feria de caballos. La artista vivió y trabajó en este edificio de ladrillos hasta su muerte en 1899, llenándolo con todo, desde suministros de arte y un piano hasta colillas de cigarrillos y mascotas taxidermizadas (en particular, Fatma, su leona). Hoy en día, la casa sirve como un museo dedicado a Bonheur, ofreciendo a los huéspedes un vistazo a su apasionado enfoque artístico.
“El arte es un tirano”, dijo. “Exige corazón, cerebro, alma, cuerpo. Todo el ser del devoto. Nada menos que eso le ganará su más alto favor. Me casé con el arte. Es mi marido, mi mundo, el sueño de mi vida, el aire que respiro. No sé nada más, no siento nada más, no pienso nada más”.
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