Pocos artistas encarnan la belleza inmaculada del arte renacentista tan bien como Sandro Botticelli. Pintor del Quattrocento, o Renacimiento temprano, Botticelli representó el cambio desde el estilo gótico hacia los ideales clásicos y el naturalismo.
Aunque Botticelli dejó un portafolio diverso de retratos y pinturas religiosas, es mejor conocido por sus escenas mitológicas. Tanto La primavera como El nacimiento de Venus encapsulan las ideologías humanistas de la época y resaltan el estilo refinado y rítmico de Botticelli.
Aquí aprenderemos más sobre la vida de Botticelli y su impresionante cuerpo de trabajo.
¿Quién fue Sandro Botticelli?
Sandro Botticelli (c. 1445–1510) fue un destacado pintor italiano del Quattrocento o Renacimiento temprano. Aproximadamente siete años mayor que Leonardo da Vinci, fue uno de los primeros artistas de esta época en plasmar temas humanistas, como escenas de la mitología clásica. Además, sus numerosos mecenas influyentes, entre los que había miembros de la todopoderosa familia Médici, lo ayudaron a producir una obra impresionante, que incluía retratos seculares y una gran variedad de pinturas religiosas.
Primeros años
Originario de Florencia, el nombre de nacimiento de Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi. Su padre era un curtidor local y, quien más tarde fue batidor de oro. Aunque la razón precisa por la que se hizo llamar Botticelli sigue sin estar clara, en Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores de Vasari, el autor sugiere que adoptó el nombre de un orfebre local, de quien fue aprendiz.
Su primer entrenamiento artístico conocida fue el de batir oro, tras lo cual estuvo bajo la tutela de un destacado pintor florentino, Fra Filippo Lippi (c. 1406-1469). Fue durante este tiempo que Botticelli desarrolló una excelente técnica de dibujo, una habilidad que prevalece en muchas de sus obras más famosas.
En 1469, Botticelli operó su propio estudio y recibió numerosos encargos de pinturas religiosas, como Adoración de los Magos y San Sebastián. Incluso se le pidió que decorara la recién terminada Capilla Sixtina, aunque la mayor parte de este trabajo se ve ensombrecido por el mural del techo de Miguel Ángel.
Escenas mitológicas
Si bien Botticelli disfrutó de un éxito significativo en su trabajo previo, son sus pinturas de la década de 1480 las que se han hecho más famosas. Durante este tiempo, creó sus dos mayores obras maestras: La primavera (c. 1477-1482) y El nacimiento de Venus (c. 1484-146), dos íconos del Renacimiento italiano.
Estas dos pinturas reflejan los ideales humanistas de la época, incluyendo un interés renovado por los ideales clásicos. De hecho, Botticelli fue uno de los primeros artistas de la época en representar temas mitológicos y narrativas sin matices cristianos. Asimismo, su descripción del cuerpo femenino desnudo a gran escala fue una decisión radical para la época.
Su estilo delicado y lineal brilla en la interpretación de los cuerpos ligeramente alargados, las manos expresivas y los escenarios bucólicos y escénicos.
Últimos años y legado
La creatividad de Botticelli sufrió más adelante en su vida. Según Vasari y otros historiadores del arte, se convirtió en seguidor del extremista fraile dominico Girolamo Savonarola y, en consecuencia, abandonó el arte hasta la ejecución de Savonarola en 1498. Cuando finalmente reanudó la pintura, creó principalmente obras religiosas en un estilo más antiguo y más gótico.
Aunque la fama de Botticelli disminuyó después del Renacimiento, su trabajo fue redescubierto en el siglo XIX por los prerrafaelitas, quienes hicieron que su obra fuera apreciada de nuevo. Desde entonces, sus pinturas gozan de fama mundial.