
Foto: Wikimedia Commons (dominio público)
El teórico de arte y pintor ruso Wassily Kandinsky fue uno de los grandes pioneros del arte moderno abstracto. Este artista creía que “los objetos dañan las imágenes”, así que exploró formas abstractas y colores como una forma de evocar la espiritualidad y las emociones humanas. Kandinsky creó su propio idioma pictórico que transcendía el mundo físico e ilustraba la experiencia humana.
Kandinsky veía la música como la forma más sublime de arte abstracto y creía que sus pinturas podían comunicar ciertos sonidos. “El color es la clave. El ojo es el martillo. El alma es el piano con sus muchos acordes”, dijo alguna vez. “El artista es la mano, que al tocar esta o aquella tecla, hace vibrar el alma automáticamente”.
Sigue leyendo para conocer más sobre seis pinturas famosas de Kandinsky que capturan la brillante mente de este artista.
Estas seis pinturas de Wassily Kandinsky muestran el desarrollo de su distintivo estilo.
Der Blaue Reiter (El jinete azul), 1903

“Der Blaue Reiter (El jinete azul)” 1903. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
El grupo de artistas de Der Blaue Reiter—incluyendo a Wassily Kandinsky, Franz Marc y August Macke—compartían el deseo común de expresar la espiritualidad a través de su arte. Creían en la conexión entre el arte visual y la música; las asociaciones simbólicas del color; y un acercamiento espontáneo e intuitivo a la pintura.
Composición IV, 1911

“Composición IV” por Wassily Kandinsky, 1911. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Composición VII, 1913

“Composición VII” por Wassily Kandinsky, 1913. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Kandinsky creía que su arte podía evocar el sonido de la música y usaba los términos “improvisaciones” y “composiciones” para describir sus pinturas. Composición VII—con su vórtice de color y símbolos—a menudo era descrita como “operística”. A pesar de estar centrado en el tema de la batalla y la redención, Kandinsky mantuvo varias referencias simbólicas en esta pintura, incluyendo glifos de barcos con remos, montañas y figuras.
Composición VIII, 1923

“Composición VIII” por Wassily Kandinsky, 1923. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Hubo seis eclipses solares entre 1921 y 1923, dos de ellos ocurridos en el año en que Kandinsky creó Composición VIII. Estos eventos podrían haber sido la inspiración para los círculos multicolores de la pintura. Según Kandinsky, el negro significaba silencio mientras que el naranja indicaba el alto instrumental. El amarillo, formando un halo alrededor de los círculos azules y rojos, representa explosiones de sonidos, como trompetas y fanfarrias.
Varios círculos, 1926

“Varios círculos” por Wassily Kandinsky, 1926. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
En Varios círculos, Kandinsky limitó la pintura a una sola forma: el círculo. Esto le permitió centrarse en el color, la escala y la composición. Variando en tamaño y tono, los círculos parecen moverse alrededor del lienzo e interactuar entre sí. Algunos incluso se superponen y cambian de color donde se encuentran. Kandinsky defendió la idea de que los colores podían tener diferentes valores espirituales. Los tonos en esta pintura promueven la armonía emocional, mientras que el movimiento dinámico de las formas redondas evoca la vida misma—desde las estrellas en el cosmos hasta las gotas de agua en una hoja.
Composición X, 1939

“Composición X” by Wassily Kandinsky, 1939. (Foto: Wikimedia Commons [dominio público])
Además de representar el cosmos y el fin de la vida, el fondo negro resalta las secciones de color. La pintura ilustra el círculo de la vida y los altibajos emocionales que todos en el mundo experimentamos.
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