Muchos movimientos artísticos componen lo que hoy conocemos como “arte moderno“. Los artistas que pertenecían a cada una de estas corrientes compartían ciertas metas e ideales, independientemente de su estilo personal. Los impresionistas, por ejemplo, reimaginaban momentos efímeros sobre el lienzo. Los postimpresionistas exploraron las mentes de los artistas, mientras que los fauvistas hacían énfasis en sus percepciones individuales. En cambio, los expresionistas, un grupo de figuras con gustos artísticos eclécticos, buscaban despertar emociones.
Si bien el movimiento expresionista comenzó en Alemania, eventualmente se extendió por todo el continente europeo y más allá. Aquí, exploramos esta corriente artística y las figuras que ayudaron a darle forma.
¿Qué es el expresionismo?
El expresionismo es un movimiento modernista que surgió a principios del siglo XX en Alemania. Los artistas que trabajan en este estilo distorsionaban la realidad de sus sujetos para “expresar” sus propias emociones, sentimientos e ideas.
Con una estética y enfoque inspirados en las pinturas de Vincent van Gogh y Edvard Munch—dos artistas considerados precursores del movimiento—los expresionistas emplearon paletas de colores artificiales, pinceladas energéticas y texturas exageradas en sus piezas. Juntas, estas características dan como resultado pinturas vanguardistas que favorecen lo subjetivo por encima de lo real para ofrecer un vistazo a la mente de los artistas.
Historia
Se cree que el expresionismo inició en 1905. En ese entonces, los artistas en Alemania hacían frente a dos fenómenos disímiles pero importantes: la prevalencia y popularidad del impresionismo y el estado caótico del mundo en los años previos a la Primera Guerra Mundial.
Die Brücke
Este interés dual inspiró la creación de Die Brücke, o “El Puente”, un grupo cuyo nombre hace referencia a su “afán juvenil de cruzar hacia un nuevo futuro”. Con sede en Dresde, Die Brücke fue dirigido por Ernst Ludwig Kirchner y cofundado por Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff.
Lejos del enfoque impresionista en la representación estilística sobre la profundidad emocional, los miembros de Die Brücke buscaban obtener una respuesta emotiva del espectador a través del uso de sujetos primitivos, colores desconcertantes y configuraciones distorsionadas. Aunque su enfoque era radical, sí buscaron inspiración en el arte del pasado. Específicamente, emularon el trabajo de artistas renacentistas como Albrecht Dürer y Matthias Grünewald, cuyas xilografías les inspiraron a revivir la práctica del grabado y a utilizar el método de impresión como medio para escribir su manifiesto.
Die Brücke siguió reclutando nuevos miembros en Dresde y otras ciudades alemanas por casi una década. Sin embargo, en 1913, Kirchner publicó Chronik der Brücke, o “Crónica del Brücke“. Con este texto, Kirchner tenía como objetivo definir y darle una estructura al movimiento; no obstante, los miembros de su grupo vieron su interpretación como unilateral y decidieron separarse.
Der Blaue Reiter
Dos años antes de la disolución de Die Brücke, Der Blaue Reiter (otro grupo expresionista) se consolidó en Alemania. Con sede en Múnich, el grupo estaba compuesto por artistas de ascendencia rusa y alemana, siendo Wassily Kandinsky y Franz Marc dos de los más importantes.
Los objetivos artísticos de estos creadores variaban. Sin embargo, los unía un interés por explorar la espiritualidad y la creencia de que el arte es más de lo que se ve a simple vista.
Para los miembros de Der Blaue Reiter, por ejemplo, los colores eran simbólicos y la pintura, intuitiva. Aunque creían que estos principios formaban parte del arte anterior—incluyendo, sobre todo, obras de la Edad Media—lo reinterpretaron de una manera modernista sin precedentes. Como señaló Franz Marc en 1912 (dos años antes de su muerte y del fin del grupo): “El arte de hoy se mueve en direcciones en las que nuestros antepasados nunca hubieran imaginado”.
Durante décadas, se creyó que “Der Blaue Reiter”, que se traduce como “El jinete azul”, hacía referencia a una pintura creada por Kandinsky en 1903. Sin embargo, parece que el título de esta pintura fue dado de manera retroactiva, llevando a los historiadores de arte a formar otra teoría: que fue simplemente el resultado de combinar la conocida inclinación de Kandinsky por el color azul y los intereses ecuestres de Marc.
Influencia
Aunque estos grupos tuvieron una historia muy corta, ambos tuvieron una influencia monumental en el expresionismo, un movimiento que se estableció oficialmente hasta 1913. El expresionismo siguió siendo la fuerza artística dominante en Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Aunque su popularidad se desvaneció alrededor de 1920, los artistas alemanes lo revivieron en la década de 1970 con la creación del neoexpresionismo. Su popularidad se extendió incluso a los Estados Unidos, donde se materializó en forma del expresionismo figurativo americano y, eventualmente, del expresionismo abstracto.
Además de inspirar a los expresionistas, el movimiento tuvo una profunda influencia en el arte contemporáneo. A diferencia de la mayoría de los géneros del arte, el expresionismo no era del todo exclusivo; los artistas expresionistas prominentes no solo incursionaron en otros estilos, sino que los efectos de su movimiento inspiraron a muchos otros incluyendo el futurismo, el cubismo, el surrealismo y el dadaísmo; un fenómeno que ilustra cuán lejos han estado estas filosofías aparentemente fugaces.
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