La pintura con acuarela es una de las formas más accesibles de arte. Muchas personas han probado este tipo de pintura en algún momento de su vida, ya sea en la clase de arte cuando eran pequeños o simplemente como un pasatiempo de la edad adulta. Sin embargo, a pesar de esta familiaridad, mucha gente no conoce su rica historia y algunos de los artistas de acuarela más famosos que han hecho de este medio lo que es hoy.
Al igual que el arte textil, la pintura con acuarela tiene sus raíces durante el periodo Paleolítico en Europa, pero ganó cierta popularidad gracias a los manuscritos ilustrados de la Edad Media. Con pigmentos de colores brillantes, los artistas de la época ilustraron pequeñas escenas y diseños decorativos en los márgenes de los libros escritos a mano. Estos elaborados textos no eran para todos –se necesitaban cuatro personas para crear un manuscrito iluminado– y las obras, que en su mayoría eran religiosas, se limitaban principalmente a los monasterios.
El Renacimiento puso la pintura de acuarela bajo los reflectores. Este medio trascendió los manuscritos decorativos y llegó a las obras de artistas como Alberto Durero. Él, como otros pintores de caballete durante ese tiempo, usaba acuarela para bocetos, copias o dibujos informales. La pintura de acuarela también fue adoptada por las élites como parte de su educación general y finalmente se popularizó, particularmente en Inglaterra, como una forma de hacer una crónica personal de los viajes. Aunque la pintura de acuarela era bastante conocida, no era tomada tan en serio como la pintura al óleo o el grabado.
Sin embargo, a finales del siglo XIX, las acuarelas vivieron un gran momento. Había un entusiasmo general por la exploración mundial, y se usaban imágenes de vida silvestre y la naturaleza para ilustrar publicaciones científicas. Así, el artista y ornitólogo John James Audubon representa la cúspide de este movimiento, ya que usó la pintura con acuarela para ayudar a dar vida a sus dibujos realistas de pájaros. Su famoso libro, The Birds of America (1827-1839), identificó 25 nuevas especies. Con él comenzó una tradición artística que aún vive en la actualidad: guías de campo ilustradas con acuarelas.
Si bien Audubon tenía un enfoque técnico y calculado para su trabajo, otros famosos artistas de la acuarela no fueron tan precisos. Por ejemplo, Georgia O’Keeffe jugó con la fluidez del medio para crear hermosos campos de colores intensos. Al igual que Audubon, la pintora se inspiró en el mundo natural, pero su interpretación es completamente opuesta. Juntos, demuestran la infinidad de posibilidades que ofrece la acuarela.
Para entender mejor la importancia de la pintura con acuarela hoy en día, conoce a los artistas de acuarela más famosos de la historia.
Alberto Durero (1471 – 1528)
Alberto Durero fue un hombre de muchos talentos y conocido por sus pinturas, piezas talladas en madera y grabados. En cuanto a la acuarela, fue considerado uno de los primeros pintores europeos destacados en utilizar este medio en su práctica artística, con lo que creó bocetos de paisajes y naturaleza, los cuales todavía podemos ver hoy gracias a su (casi obsesiva) colección de trabajo.
J.M.W. Turner (1775 – 1851)
Al igual que Durero, J.M.W. Turner incursionó en algo más que la pintura de acuarela. Contando la poesía y la enseñanza como parte de sus intereses, su talento artístico general fue cultivado desde una edad temprana. Este artista utilizó sus habilidades en acuarelas para exhibir en exposiciones y producir obras comerciales que le proporcionaron su “primer ingreso real”. Más tarde, Turner usó este medio como una forma de narrar sus viajes. Durante la última década de su vida laboral produjo más acuarelas que nunca.
William Blake (1757 – 1827)
William Blake es considerado uno de los mejores poetas de la lengua inglesa, pero también incursionó en las artes visuales. Después de estudiarlo cuando era niño, fue aprendiz un grabador antes de intentar pintar con acuarela. Finalmente, perfeccionó su técnica de “fresco”, que es básicamente la impresión de monotipos; primero pintó un diseño sobre una superficie plana (como una placa de cobre) y luego lo aplicó al papel. Los diseños eran terminados individualmente en tinta y acuarela, asegurando que cada imagen fuera única.