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Además de ser una de las figuras más fascinantes del arte contemporáneo, Marta Minujín es una pionera en uno de los ramos que definen a esta corriente: la instalación. Esta artista plástica argentina, quien también ha experimentado con la pintura, escultura y el performance, desafió las normas estéticas desde su aparición en la escena artística en la década de 1960. Desde entonces, la obra de Minujín–que crece día con día–ha sido reconocida a nivel mundial y ha inspirado a nuevas generaciones de artistas gracias a su calidad efímera, su singular visión y su compromiso con hacer que el arte sea democrático.
¿Quién es Marta Minujín?
Marta Inés Minujín nació en enero de 1943 en Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Durante su adolescencia estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano y la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón Buenos Aires, sin concluir sus estudios en ninguna de ellas. Minujín expuso por primera vez a los 16 años y en 1961, año en que montó su primera muestra individual, obtuvo una beca para desarrollar su arte en París.
En la capital francesa, encontrando un punto de contacto con el nuevo realismo, creó sus primeras estructuras con colchones, un motivo recurrente en su labor artística. El primer colchón que usó para esto fue el de su propia cama, y después arrastraba los colchones que encontraba en las calles de París hasta su estudio. En 1963 realizó su primer happening, titulado La destrucción, que consistió en que sus amigos artistas (entre los que se encontraban Christo y Paul-Armand Gette) destrozaran todas las piezas que había creado hasta ese momento.
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La menesunda
Tras su regreso a Buenos Aires, Minujín presentó varios proyectos en el Instituto Di Tella en 1965. Entre ellos destaca La menesunda, considerada una de las primeras instalaciones en la historia del arte y un hito del arte argentino. Creada junto con Rubén Santantonín, y en colaboración de Pablo Suárez, David Lamelas, Rodolfo Prayón, Floreal Amor y Leopoldo Maler, La menesunda atrajo a miles de visitantes y causó revuelo entre los medios de comunicación y la escena artística bonaerense.
“Menesunda” significa “mezcla” o “confusión” en lunfardo, una jerga rioplatense que data de finales del siglo XIX. La revolucionaria pieza consiste en un laberinto con 11 “estancias” de diversas formas y tamaños que buscaban estimular todos los sentidos, desde las luces de neón que evocaban a la bulliciosa calle Florida y un espacio con televisores que reproducían la imagen del visitante, hasta un gabinete funcional con maquilladoras en sitio y el íntimo dormitorio de una pareja.
El legado de La menesunda aún es palpable hoy en día, por lo que la pieza ha sido montada de nuevo en los últimos años; primero en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, después en el New Museum de Nueva York en 2019, y pronto se anunciarán las fechas para su apertura en el Tate de Liverpool.
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Instalaciones y happenings
A finales de los años 60, Minujín obtuvo la beca Guggenheim, con lo que se sumergió en el pop art y pasó a dividir su tiempo entre Buenos Aires y Nueva York. Entre sus happenings más destacados de este periodo destacan Three Countries Happening (1966) una operación en simultáneo entre Nueva York, Berlín y Buenos Aires para el que entrevistó a distintas celebridades sobre la alienación provocada por los medios y Kidnappening (1973) en el MoMA de Nueva York, donde algunos actores recitaban poemas y posaban como esculturas clásicas antes de “secuestrar” a algunos espectadores.
Muchas de las piezas de Minujín buscan desmitificar íconos argentinos. Por ejemplo, El Obelisco de pan dulce (1979), una pieza para la Feria de las Naciones de Argentina, emulaba al célebre Obelisco de Buenos Aires con pan que después fue distribuido entre el público; mientras que Carlos Gardel de fuego, montado en Medellín en 1981, hizo arder una figura del famoso cantante de tango.
Una de las obras más célebres de Marta Minujín es el Partenón de libros, instalado en 1983 en el centro de Buenos Aires para celebrar la vuelta a la democracia en Argentina. Esta estructura monumental fue recubierta con libros prohibidos durante la dictadura. El significado histórico de la pieza le valió ser montada una vez más en 2017 durante la feria de arte Documenta 14, en Kassel, Alemania, esta vez con libros prohibidos a lo largo de la historia. “Es la [obra] más grande, la más genial y la más política, en el lugar más perfecto”, le dijo Minujín al diario La Nación.
Otro gran happening con tintes políticos incluyó a su gran amigo Andy Warhol. En 1985, Minujín se reunió con el célebre artista estadounidense para pagar la deuda externa argentina con maíz.
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Marta Minujín hoy
Además de las recreaciones de sus obras, Marta Minujín continúa trabajando y creando nuevas piezas en su taller de Buenos Aires y se mantiene muy activa en redes sociales, donde comparte sus proyectos, ideas y aventuras prácticamente todos los días. “No siento la edad. Igual con los años me fui achicando. Los huesos se reducen. Pero cuando te dedicás al arte, estás tan concentrado en lo que hacés que no te importa nada más”, dijo en una entrevista. “Además, como creo que me quedan pocos años, no los quiero desperdiciar”.
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