Con una fascinación por las nuevas industrias y emoción por el porvenir, los futuristas de principios del siglo XX se hicieron de un lugar en la historia. Basado originalmente en Italia, este grupo incluía a pintores, escultores, diseñadores gráficos, músicos, arquitectos y diseñadores industriales. Juntos, estos creadores dieron forma a un nuevo movimiento de arte moderno que aún es relevante al día de hoy.
Los futuristas fueron revolucionarios, miembros de una corriente vanguardista que buscaba liberarse de las convenciones artísticas del pasado. A través de sus manifiestos, fueron capaces de capaces de difundir sus ideas y gozaron de un gran éxito antes de la Primera Guerra Mundial. Para los futuristas, el pasado no era algo digno de admirar. Los aviones y los automóviles eran un símbolo de la velocidad y el dinamismo con el que veían el mundo.
Hoy en día, el movimiento futurista es conocido por su actitud de adoptar la velocidad, la violencia y la cultura joven en un intento por avanzar la cultura. Aunque esta corriente a menudo se asocia con Formas únicas de continuidad en el espacio, la escultura de Umberto Boccioni, aún queda mucho que decir sobre ella.
Los orígenes del futurismo
El futurismo fue fundado en la ciudad de Milán por el poeta Filippo Tommaso Marinetti, quien en 1909 publicó su Manifiesto futurista, primero en La gazzetta dell’Emilia y después en el periódico francés Le Figaro.
Este manifiesto inicial remarcaba el desprecio de los futuristas hacia el pasado, declarando: “¡Nosotros, los jóvenes y fuertes futuristas, no queremos nada que ver con el pasado!” En el texto, Marinetti deja claro su deseo de reestablecer a Italia como un nuevo centro cultural. Italia, cuya unificación acababa de ocurrir en 1870, aún aclamaba la gloria del antiguo Imperio romano y el Renacimiento italiano. Para los futuristas, esto no era suficiente.
De hecho, Marinetti estaba listo para dejar ir el pasado. “Liberaremos a Italia de sus innumerables museos, que la cubren como si fueran innumerables cementerios”, escribió. Para los futuristas, la belleza de los descubrimientos industriales del siglo XX era mucho mayor que la de la pintura y escultura clásica. En el manifiesto afirman abiertamente que los inventos industriales modernos son mucho más atractivos: “Declaramos… una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras… es más hermoso que la Victoria de Samotracia“.
El manifiesto también promovía la violencia y la necesidad de la guerra, pero curiosamente no discutía ni proponía ninguna regla para las artes visuales. Eso vendría después, con el Manifiesto técnico de la pintura futurista de 1914. Este fue sólo uno de los muchos manifiestos que producirían, ya que los futuristas escribieron sobre todo tipo de temas, desde la arquitectura y la religión hasta la ropa.
Junto a Marinetti durante esta primera etapa había un grupo de artistas que darían forma al futurismo y, en particular, a las artes visuales. El compositor Luigi Russolo, así como los pintores Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Giacomo Balla y Gino Severini formaron parte del grupo original de futuristas.
Características del arte futurista
Como el primer manifiesto no abordaba directamente la producción artística del futurismo, pasó un tiempo antes de que tuvieran una identidad visual cohesiva. Un sello distintivo del arte futurista es la representación de la velocidad y el movimiento.
En particular, se adhirieron a los principios del “dinamismo universal“, lo que significa que ningún objeto individual está separado de su fondo o de otro objeto. “Las dieciséis personas que te rodean en un autobús de motor rodante son a su vez y al mismo tiempo una, diez cuatro tres; están inmóviles y cambian de lugar. […] El autobús se precipita hacia las casas por las que pasa, y a su vez las casas se lanzan sobre el autobús y se mezclan con él”.
Esto se ejemplifica en Dinamismo de un perro con correa de Giacomo Balla, donde el movimiento de pasear a un perro se muestra a través de la multiplicación de las patas del perro, la correa y las piernas del dueño. Escenas urbanas como esta eran típicas de los futuristas, que veían el entorno de la ciudad como la culminación de sus ideales.
Umberto Boccioni explicó los principios del arte futurista distinguiéndolo de otro movimiento de vanguardia—el impresionismo. “Mientras que los impresionistas pintan un cuadro para retratar un momento particular y subordinan la vida del cuadro a su semejanza con este momento, nosotros sintetizamos cada momento (tiempo, lugar, forma, tono de color) y así pintamos el cuadro”.
Los futuristas también tuvieron una fuerte influencia del cubismo, que fue presentado al grupo por Gino Severini. Severini conoció el estilo durante su visita a París en 1911 e introdujo su uso de campos de color partidos y pinceladas cortas a la obra de los futuristas. Los artistas principales usaron estas técnicas para crear escenas aún más dinámicas, retratando desde ciclistas y bailarines hasta ciudades en construcción.
Eventualmente, Boccioni llevó su trabajo de dos a tres dimensiones y creó la aclamada escultura Formas únicas de continuidad en el espacio. Aerodinámica y fluida, es emblemática por representar la nueva obsesión del pintor por la escultura y su habilidad para sugerir movimiento. Curiosamente, la escultura no fue fundida en bronce durante la vida de Boccioni. Su molde de yeso original se encuentra en el Museo de Arte Contemporáneo de São Paulo. Se hicieron varios moldes de bronce a partir de 1931; de hecho, uno de los moldes originales fue adquirido por el MoMA de Nueva York.
Declive y legado del futurismo
El comienzo de la Primera Guerra Mundial marcó el fin del grupo futurista original. Boccioni creó una sola pintura durante la guerra y terminó siendo reclutado por el ejército italiano. Su asesinato en 1916 durante un ejercicio de entrenamiento fue un gran golpe para el grupo.
Al terminar la guerra, Marinetti revivió el movimiento. Más tarde, este periodo fue llamado el segundo futurismo, que sería asociado con el fascismo. Al igual que muchos fascistas, este grupo consideraba que Italia estaba dividida entre el norte industrializado y el sur agrícola y deseaban construir un puente para unirlos. El Partido Político Futurista de Marinetti eventualmente fue absorbido por el Partido Fascista de Benito Mussolini, aunque Marinetti más tarde discreparía con algunos de sus principios y se retiraría de la vida política.
El futurismo posterior a la Primera Guerra Mundial dio vida a nuevos tipos de expresión. En particular, la aeropintura se convirtió en un estilo popular en la década de 1920. Esta práctica combinaba el amor por el vuelo con los paisajes aéreos y fue utilizada a menudo como propaganda. Sin embargo, no se limitaba a los paisajes; la aeropintura era realmente variada en su temática y siguió siendo popular hasta la década de 1940.
Después de la derrota de Mussolini y la muerte de Marinetti en 1944, el futurismo murió como movimiento formal. Aún así, siguió siendo una corriente muy influyente para movimientos artísticos posteriores del siglo XX como el dada, el surrealismo, y en términos de diseño, el art déco.
Hoy en día, el trabajo de los artistas futuristas está presente en las grandes colecciones alrededor del mundo, y es esencial para entender la cultura de principios del siglo XX.
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