Juan Soriano: el artista mexicano que vio poesía en el arte

El pintor, escultor, dibujante, diseñador y escenógrafo Juan Soriano dejó una huella indeleble en la historia del arte mexicano. Conocido por su excepcional uso del lenguaje y su profundo amor por las palabras, Soriano hizo de las artes plásticas su vehículo para acceder a la poesía–una llena de colores y formas que exploraban el espíritu de sus sujetos. Celebrada por autores como Octavio Paz, Xavier Villaurrutia y Elena Poniatowska, la obra de Soriano le valió convertirse en uno de los artistas más interesantes del siglo XX.

En uno de los muchos ensayos que le fueron dedicados, el crítico literario Juan García Ponce describió a Soriano como alguien que “no busca ni siquiera la pintura, la sola posibilidad del concepto de la obra le estorba. Soriano se busca a través de la pintura, pertenece a la categoría, sin clasificación posible, de los pintores absolutamente singulares y por ello sería inútil tratar de colocar su obra dentro de una determinada evolución de los estilos”.

 

¿Quién fue Juan Soriano?

 

Juan Soriano, cuyo nombre era Juan Francisco Rodríguez Montoya, nació el 18 de agosto de 1920 en Guadalajara, Jalisco, México. Los primeros 15 años de su vida en esta ciudad lo marcarían para toda la vida. Su amor por la escultura surgió de una escena profundamente hogareña: su nana, Mari, le hacía figuras en forma de animales con maíz mientras preparaba la comida. Desde una edad temprana, adoptó el apellido de su abuela, Soriano, para darse a conocer.

A los 12 años de edad, comenzó a visitar la casa del pintor y coleccionista Chucho Reyes, donde exploró por primera vez la pintura europea en imágenes de libros y revistas. Tras presentar algunas obras en una exposición colectiva en el Museo de Guadalajara en 1934, artistas establecidos como María Izquierdo y Lola Álvarez Bravo le sugirieron mudarse a la Ciudad de México, a donde llegó un año después.

En la capital mexicana, un joven Soriano asistió a tertulias con figuras de la escena intelectual, expuso sus dibujos en una pequeña sala del Palacio de Bellas Artes y tomó sus primeros proyectos como escenógrafo. A los 25 años tuvo su primera exposición individual en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor. El inicio de la década de 1940 también cambiaría su vida con la llegada de Diego de Mesa, un refugiado que llegó a México tras la guerra civil española y quien sería su pareja por más de una década.

 

Viajes a Europa y consolidación

pintura de juan soriano

“Pez luminoso”, pintura de Juan Soriano en el Museo de Arte Moderno. Foto: Eduardo Ruiz Mondragón vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Tras algunas exposiciones en Estados Unidos a finales de la década de 1940, Soriano puso la mira en Europa. Durante su primera visita a Roma conoció al pintor chileno Roberto Matta, y desarrolló algunas esculturas en el taller de Piero y Andrea Cacella. En esa misma ciudad, en 1954 pintó Apolo y las musas, una de sus obras pictóricas más conocidas. Así, Roma se convertiría en su segundo hogar y un espacio creativo para empaparse de las tendencias europeas.

Fue en esa época que Soriano consolidó su estilo: con un abismo de distancia con los tres grandes muralistas del momento–Rivera, Orozco y Siqueiros–, su obra es más cercana a las composiciones oníricas y llenas de color de Rufino Tamayo, quien también aspiraba a la universalidad del arte, en contraste con una visión nacionalista. No obstante, Soriano desarrolla un estilo único, marcado por su enfoque cuasi-religioso hacia el arte y su poder para sanar su propia alma.

 

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A su regreso a México, se unió al grupo “Poesía en voz alta”, en el que participó como escenógrafo y diseñador de vestuario. Este proyecto lo llevó a colaborar con Octavio Paz y Leonora Carrington. Su trabajo escenográfico y experimental—y hasta cierto punto controvertido—empezó a recibir elogios por su nivel de innovación, el cual elevaba esta forma de arte. Soriano también ilustró varios libros, desde un homenaje a Sor Juana editado por Juan José Arreola hasta una traducción del Bestiario de Guillaume Apollinaire, así como varias publicaciones de Octavio Paz.

A mediados de la década de 1960, Soriano celebró su primera gran exposición escultórica en el Palacio de Bellas Artes. Tras viajar múltiples veces entre México y Europa, en 1975 se estableció en París tras recibir un contrato de la compañía Olivetti para realizar una serie de grabados. Un año antes había conocido en la capital francesa a quien se convertiría en su pareja por el resto de su vida: el bailarín polaco Marek Keller. En 1978, Soriano recibió una beca de más de 2 millones y medio de pesos que le permitieron realizar 60 pinturas con absoluta libertad creativa.

 

Legado

escultura de juan soriano

“La paloma”, escultura de Juan Soriano en La Paz, México. Foto: JavierDo vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0)

Hacia el final de su vida, Soriano recibió premios y distinciones, además de ser sujeto de múltiples exposiciones retrospectivas en varios recintos culturales de todo México y en el Museo Reina Sofía de España. Con la llegada del siglo XXI, los arquitectos mexicanos Teodoro González de León y Ricardo Legorreta le propusieron crear versiones monumentales de sus esculturas para complementar sus propias construcciones, acercándolas así a un público más amplio. El artista trabajó hasta los últimos años de su vida, produciendo esculturas, dando conferencias e ilustrando libros.

Juan Soriano falleció el 10 de febrero de 2006 a los 85 años de edad. Tras su muerte, su pareja legó al pueblo de México todas las obras que tenía de Soriano a través de un fideicomiso. Esta donación se convirtió en la base del Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, que abrió sus puertas en 2018. Además de recibir muestras de artistas mexicanos y extranjeros, el museo alberga 1,200 piezas creadas por Soriano, que incluyen pinturas esculturas, dibujos, grabados, carteles y fotografías.

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Regina Sienra

Regina Sienra es colaboradora y redactora en español para My Modern Met. Periodista y traductora originaria de la Ciudad de México. Es egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde cursó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Periodismo. Su pasión por escribir sobre las artes visuales, la música, el cine, la literatura y el teatro ha dado vida a una carrera de casi 10 años en diversos medios culturales de México, Estados Unidos y Canadá.
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