El artista Paul Gauguin es una figura importante del arte moderno. Junto con Vincent Van Gogh y Paul Cézanne, este pintor francés fue un pionero del postimpresionismo, un movimiento que surgió en la década de 1890.
Al igual que sus compañeros postimpresionistas, Gauguin estaba interesado en explorar la mente del artista. Mientras que Van Gogh es conocido por sus pinceladas y Cézanne es conocido por sus composiciones, Gauguin es tradicionalmente célebre por su revolucionaria paleta de colores, una brillante combinación de tonos inspirados en sus viajes a Tahití.
Si bien la atracción de Gauguin por la isla tropical dio origen a su célebre enfoque sobre el color, no estuvo libre de controversia. Aquí, echamos un vistazo a la inusual vida de este artista, exploramos su influencia en su arte y analizamos los aspectos más cuestionables de su carrera.
Primeros años
Paul Gauguin nació en París, Francia, en 1848. Cuando tenía apenas un año y medio, su familia (de padre francés, madre peruana y una hermana mayor) se mudó a Lima. Rodeado de cerámica precolombina y hermosos paisajes, fue aquí donde desarrolló su afinidad tanto por el arte como por los viajes.
Inicios en la pintura
Cuando llegó a la edad adulta, Gauguin casi era un nómada. Después de una temporada en la India y el mar Negro mientras servía en la marina francesa, regresó a París en 1871, donde trabajó como corredor de bolsa por más de 10 años. Durante este periodo, conoció a la pintura impresionista Camille Pissarro y comenzó a pintar escenas de la capital francesa.
En 1884 se trasladó a Copenhague con su esposa danesa, Mette, y sus cinco hijos: Émile, Aline, Clovis, Jean René y Paul-Rollon. Sin embargo, solo un año después, él y su esposa decidieron que debería regresar a París solo para seguir una carrera como pintor.
El cambio al simbolismo
Durante su primer año en París, Gauguin no fue ni productivo ni exitoso. Aunque expuso con los impresionistas, ya no le interesaba su estilo. Para encaminar su carrera y encontrar algo de inspiración, decidió pasar un verano en una colonia de artistas en Bretaña, una región al oeste de París. Aquí, creó piezas en colores pastel inspiradas en las pinturas de bailarinas de Degas. Eventualmente, usaría estas obras como estudios para algunas de sus pinturas postimpresionistas.
El verano siguiente, regresó a Bretaña. En esta ocasión, pintó La visión tras el sermón (La lucha de Jacob con el ángel), un cuadro que marcó el final de su relación con el impresionismo. Renunciando a las pinceladas gruesas de los impresionistas, el interés por los temas cotidianos y el enfoque en la luz y el color naturalistas, Gauguin empleó pinceladas planas, temas simbólicos y una paleta de colores brillantes y artificiales.
Si bien hoy en día se considera una de las obras simbolistas más importantes de Gauguin, esta pieza no fue bien recibida cuando fue pintada en 1888. “Acabo de hacer una pintura religiosa, muy mal hecha, pero que fue interesante de hacer, y que me gusta “, le dijo Gauguin a Vincent van Gogh en una carta. “Quería dárselo a la iglesia de Pont-Aven. No lo quieren, por supuesto”.
Relación con Van Gogh
Más tarde ese año, Van Gogh invitó a Gauguin a unirse a él en Arlés, una comuna en el sur de Francia, con la esperanza de eventualmente establecer su propia colonia de artistas. Aunque Van Gogh sufría de una enfermedad mental, Gauguin accedió a colaborar. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que no les hacía bien estar juntos y Gauguin decidió mudarse. Esto molestó mucho a Van Gogh, lo que lo llevó a cortarse parte de su propia oreja.
Si bien no trabajaron juntos de nuevo, ni volvieron a verse, el par se mantuvo en contacto hasta la muerte de Van Gogh dos años después.
Tahití
Después de regresar de Arlés, Gauguin zarpó hacia Tahití, con la esperanza de escapar del drama y los problemas financieros que enfrentó en Francia y prometiendo a su esposa un nuevo comienzo a su regreso.
Gauguin llegó a la Polinesia Francesa en 1891. Durante su estadía de dos años, vivió en una cabaña y pintó varios paisajes coloridos y retratos de mujeres polinesias. Si bien estas representaciones se encuentran entre sus obras más conocidas, se les considera cada vez más como ejemplos de exotismo y con frecuencia se les condena por sus matices coloniales.
Además, en Noa Noa, un diario de viaje escrito por Gauguin en 1901, el artista reveló que, durante su viaje, se casó y dejó embarazada a una niña polinesia de 13 años llamada Tehura. Ella aparece en muchos de estos retratos, lo que hace que estas obras, y el aprecio por el artista mismo, sean aún más problemáticos.
Últimos años
Cuando Gauguin regresó a París en 1893, estaba claro que su relación con su esposa estaba irrevocablemente dañada. Se separaron ese año y Gauguin se trasladó permanentemente a Tahití en 1895.
Permaneció en la Polinesia Francesa durante seis años, y finalmente se mudó de Tahití a las Islas Marquesas. Durante este tiempo, se casó dos veces (ambas esposas tenían 14 años) y completó su pintura más famosa, ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?
En pintor murió repentinamente en 1903 de lo que se cree que fue sífilis.
Legado
Mientras que Gauguin ha sido celebrado póstumamente durante más de un siglo, un número creciente de historiadores del arte contemporáneo están denunciando su visión “exorcizada” de la Polinesia Francesa. Del mismo modo, muchos han criticando la naturaleza inapropiada de sus relaciones personales.
Aún así, los principales museos de todo el mundo continúan exhibiendo su trabajo, reafirmando su lugar como un importante pionero del postimpresionismo.
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